Un cicloturista llamado Miguel Induráin

El pentacampeón del Tour es con 52 años un ciclista aficionado capaz de recorrer como este sábado más de 300 kilómetros con bici en la Mallorca 312

Miguel Induráin, este viernes, en el Rafa Nadal Sports Centre de Manacor

Miguel Induráin, este viernes, en el Rafa Nadal Sports Centre de Manacor / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / MANACOR

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Miguel Induráin está tan moreno como cuando era el terror del Tour, de eso hace más de dos décadas. Ya habla de su ciclismo como el de "su época", cuando los corredores, como él, se jubilaban poco después de cumplir los 30 años. Ahora, la carrera deportiva del ciclista profesional se amplía hasta los 40 y siempre aparece un fuera de serie, como Alejandro Valverde, capaz de ser el mejor de la clase para demostrar que la edad no es un impedimento para triunfar.

Y si está moreno es porque monta en bicicleta, porque no ha perdido el gusanillo "porque me pico", y porque se deja enredar de buenas maneras para disputar, como este sábado, una carrera de 312 kilómetros por el perímetro de la isla de Mallorca, la Mallorca 312 --así se denomina la prueba- junto a otros 6.500 cicloturistas llegados de toda Europa, entre ellos Stephen Roche, Óscar Freire, Joseba Beloki Pedro Horrillo.

A Mallorca ha llegado invitado por Rafael Nadal y para intentar, a buen seguro como hizo hace dos años en la Quebrantahuesos, poner la carrera patas arriba, como cuando descendía por el Tourmalet por allá 1991 y 1993 sin tocar apenas el freno. "Creo que la primera vez toqué el freno dos veces y el año que perseguía a Tony Rominger ni frené bajando el Tourmalet". En 1991 descendió por la más famosa de las montañas de los Pirineos para conquistar el jersey amarillo y comenzar a ganar el primero de sus cinco Tours y en 1993 para neutralizar a Rominger que se había fugado subiendo y estaba poniendo en jaque su tercera victoria en París.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Miguel Indur\u00e1in","position":"pentacampe\u00f3n del tour","text":"\"Enseguida me sale el gusanillo, me pico y recupero las sensaciones que ten\u00eda cuando era corredor. Al final, el cuerpo no aguanta y acabas reventado\""}}

LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA

Hoy frena más, hoy pide cautela a los conductores. "La carretera era lo que más le preocupaba a mi madre cuando yo empecé a correr pero ciclistas y coches deberíamos aprender a convivir".

El Induráin cicloturista, con 52 años, es el aficionado que espera la primavera para que se lleve el frío de Pamplona. "Yo siempre he sido de calor, por eso me gustaba tanto el mes de julio". Es entonces cuando saca el polvo a su Pinarello (la misma bici con la que ganó cuatro de sus cinco Tours) y surca las carreteras de Navarra. "Tengo tantas invitaciones que afortunadamente puedo escoger pero acostumbro a correr cada año entre cinco y seis marchas. Prefiero no repetir porque hay tantas a las que puedo ir y me gusta más variar. Y sí, enseguida sale el gusanillo, me pico y recupero un rato las sensaciones que tenía cuando era corredor. Sin embargo, al final, el cuerpo no aguanta y acabas reventado. Ahora corro para poder disfrutar".

¡INDURÁIN, AL ATAQUE!

Hace un par de años, en la Quebrantahuesos, cortó la cinta y atacó de salida. 15.000 bicicletas a su caza. Coronó el Somport en primera posición, todos a la captura de Induráin hasta que levantó el pie antes de llegar al Marie-Blanque. El otoño pasado se apuntó al triatlón de Barcelona, en la modalidad de equipo. Mireia Belmonte nadó y Martín Fiz corrió a pie. Induráin hizo el mejor tiempo de todos los participantes sobre la bici para demostrar que todavía no había perdido calidad en el arte de la contrarreloj que tan bien dominó en los años en los que nadie le hizo sombra en esta disciplina.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Disputa cinco o seis marchas cicloturistas al a\u00f1o\u00a0","text":"y afirma que ahora monta en bici para divertirse"}}

El verano pasado circulaba por los Pirineos de Navarra con un grupo de cicloturistas. En plena subida decidió acelerar, a ritmo de turbo diésel como hacía en los 90, y se quedó solo. A buen seguro que este sábado por Mallorca lo volverá  a intentar. Correrá con un chip para que los organizadores puedan anunciar su presencia unos minutos antes por los pueblos por donde pasa la prueba. Que todos sepan que Induráin sigue activo sobre la bici y a buen ritmo. "Algunos me dicen que sería bueno que hiciera otro deporte, pero si me va bien sobre la bici por qué voy a cambiar". Sería un pecado.