LA RONDA CICLISTA CATALANA

Valverde gana en la tierra de Marc Soler

El ciclista murciano, apoyado en el joven catalán, deja a Froome y Contador y recupera el liderato de la Volta

Alejandro Valverde triunfa en Lo Port, su segundo triunfo de etapa en la Volta 2017.

Alejandro Valverde triunfa en Lo Port, su segundo triunfo de etapa en la Volta 2017. / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / TORTOSA

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Hubo una vez (Mundial de Ponferrada, septiembre del 2014) en el que Marc Soler mirada de reojo y con timidez a Alejandro Valverde. El joven corredor de Vilanova i la Geltrú (entonces con 20 años) estaba convocado en la selección española sub 23 pero ya había fichado por el Movistar de la mano de su mánager Àngel Edo, el que fuera esprínter de Gavà. "Me gustaría saludar a Valverde, pero él es una estrella y no me atrevo", confesaba quien ya hoy es el gran gregario del murciano, el que este viernes lo impulsó y le abrió el camino, al ritmo de Chris Froome y Alberto Contador --casi nada-- para que triunfara y recuperase el jersey verdiblanco arrebatado el miércoles en los despachos de la Unión Ciclista Internacional (UCI) por la injusta penalización a su equipo en la contrarreloj de la Volta.

 "Habrá que darle un cachete", dijo entonces Valverde al saber de la timidez del ciclista que en Lo Port se presentó ante los ojos de la esfera internacional del ciclismo. El mismo Soler a quien Valverde dedicó su victoria y lo impulsó al más allá de este deporte con palabras no escuchadas hasta ahora por ninguna de las grandes estrellas internacionales al hablar de alguna de las promesas de la bicicleta. "Soler será un gran corredor que ganará todo lo que quiera, todo... hasta vueltas de tres semanas".

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Soler, con 23 años, cuarto de la general de la Volta tras su jefe Valverde, Froome y Contador (un podio provisional de lujo para la ronda catalana) marcó el ritmo de la subida a Lo Port. El joven ciclista de Vilanova llevó a rueda a su líder, seguido de Froome y Contador. Un Soler que le marcó el momento del demarraje a Valverde. Justo cuando cedió el ciclista catalán, el murciano comprendió que era el momento de pasar a la acción. Sin su delfín de oro era el instante, a 900 metros de la cima, de lanzar el ataque letal, al que intentó responder Contador. Valverde se marchó para demostrar otra vez que su juventud es eterna, que los 36 años solo figuran en el carnet de identidad y que es tan joven como Soler, que bien podría ser su hermano pequeño. "He conseguido una victoria espectacular, con muy buenas piernas. He subido, primero con Rubén Fernández, y luego con Soler, a tope, calculando la distancia y he ganado de una forma especial por todos los acontecimientos extradeportivos que han pasado en esta Volta", comentó un feliz Valverde, el mismo que ya ganó esta carrera en el 2009.

Se refería al minuto de penalización con el que fue castigado, él y todo su equipo, tras una denuncia del BMC por supuestos empujones de José Joaquín Rojas a sus compañeros. La sanción fastidió mucho a los ciclistas del Movistar y, en concreto, a Valverde, quien se puso una cremallera en la boca pero una máquina en las piernas para ganar, como venganza, en La Molina, en el primer día que encontró el abrigo de Soler.

Y en Lo Port, en el mismo lugar donde Alex Zülle mostró su pasaporte suizo a los aficionados de todo el mundo en 1991, al lado de Miguel Induráin y Pedro Delgado, aunque como rival de ellos en el antiguo conjunto del ONCE, el joven corredor de Vilanova i la Geltrú dejó a su jefe murciano en la inspiración de la victoria para demostrar que le sobraba el minuto absurdo impuesto por los jueces y comenzar a ganar así su segunda Volta, la carrera de la tierra de Soler. En unos años todos sabrán que Soler es catalán, una estrella y una alegría para el futuro.