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Oriol Mitjà, el médico que lucha contra la enfermedad infantil del pian, Català de l'Any 2016

Oriol Mitjà rodeado de niños, en 'On acaben el camíns'.

Oriol Mitjà rodeado de niños, en 'On acaben el camíns'.

Beatriz Pérez

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El médico infectólogo Oriol Mitjà (Arenys de Munt, 1980) es el ganador del Català de l'Any 2016, cuya entrega fue suspendida el año pasado y por eso se celebra este martes. Mitjà, que ahora se alza con el galardón, había quedado finalista junto al dibujante Francisco Ibáñez y el sacerdote Manel Pousa.

Este joven barcelonés licenciado en la Universitat de Barcelona (UB) trabaja desde el 2010 en un hospital de la isla de Lahir (Papúa Nueva Guinea) y hace seis años descubrió que con una única pastilla del antibiótico azitromicina se cura una terrible infección infantil llamada pian.

El pian causa úlceras en la piel y deformaciones en los huesos, y conduce a los niños a la marginación

El pian es una enfermedad tropical que causa graves úlceras en la piel (similares a las de la lepra) y deformaciones en los huesos. Conducía a la marginación a miles de niños de entre 5 y 15 años que la contraían sin apenas darse cuenta, dando la mano a un amigo o jugando con él. El pian, causado por la bacteria 'Treponema pertenue', tenía difícil tratamiento en las islas del Pacífico: los infectados recibían inyecciones de penicilina que más de una vez se cristalizaban y dolían.

Mitjà buscó una alternativa eficaz y fácil de aplicar y así llegó a los comprimidos de azitromicina, que solo requerían un poco de agua. En el 2012, ensayó con 250 niños de Lahir: el 96% quedaron curados de manera fulminante. El médico expuso su hallazgo ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que ahora es asesor. Su objetivo es erradicar el pian del mundo en el 2020. Actualmente, esta infección causa 100.000 nuevos contagios cada año y afecta en estos momentos a 80 millones de personas localizada en África y el sur del Pacífico.

"Muy estigmatizante"

El pian no mata, pero destruye la vida a quienes lo sufren. Los primeros síntomas aparecen unos dos meses después del contacto piel con piel. "Los enfermos son rechazados. Es un mal muy estigmatizante que causa un enorme sufrimiento", explicaba Oriol Mitjà a este diario el año pasado.

La azitromicina con la que se cura el pian es un antibiótico común y de reducido coste, pero según Mitjà serán necesarias al menos dos dosis para lograr la desaparición completa de esta enfermedad. Tras ocho años de trabajo en Lihir, el médico confirmó recientemente que la erradicación no ha sido posible porque el fármaco no llegó a un 16% de la población y porque surgieron cepas resistentes. 

Mitjà afirma que se puede erradicar, pero se necesitan al menos dos dosis para su completa desaparición

Los casos de pian se redujeron al mínimo, pero sigue habiendo. La prevalencia de la enfermedad disminuyó drásticamente tras la administración del fármaco: del 1,8% de la población a solo el 0,1%, pero a los 42 meses subió al 0,4%. Uno de los problemas es que la enfermedad permanece latente en la población adulta. 

Ahora este infectólogo propone administrar dos o tres dosis de azitromicina cada seis meses a todo el mundo, sin excepción, y para ello asume que es necesaria la colaboración de las autoridades locales y la confección de un censo. El pasado abril los ensayos se ampliaron a toda la provincia de Nueva Irlanda. Oriol Mitjà no tiene duda de que esta infección puede desaparecer del mundo. Por ello trabaja y lucha.