Montserrat Carulla: «La vida es generosa y da siempre oportunidades»

A Montserrat Carulla le llegó un regalo de fin de año y, como todos los obsequios, tuvo el cariz de lo inesperado: el premio Gaudí d'Honor de la Acadèmia del Cinema Català. Una distinción siempre justa con artistas de trayectoria tan sólida como prolongada, pero en su caso lo fue un poco más. A sus 82 años, la actriz barcelonesa se convertía en la primera mujer con ese galardón en una ceremonia, el pasado febrero, de la que fue una de sus grandes protagonistas. «Soy Montserrat Carulla, actriz, catalana e independentista», soltó a quemarropa.

La frase levantó ampollas en los ambientes más rancios por el tremendo altavoz televisivo, pero poco sorprendió a quienes conocen a esta mujer menuda, de vitalidad indesmayable y firme compromiso con su profesión y con su país a lo largo de muchas décadas. La Carulla es por igual un nombre con mayúsculas de la escena catalana y un personaje entrañable y muy popular. Y también una artista marcada por su carácter luchador e indómito.

CARRERA DE OBSTÁCULOS / Formada en la escuela de la radio tras una infancia en la durísima época de la posguerra, la vida profesional de Montserrat Carulla ha estado marcada por una carrera de obstáculos que ha ido salvando uno a uno. Por ejemplo, se pasó 40 años sin poder hacer cine en España por un veto del sindicato vertical después de una queja por sus condiciones económicas en el rodaje de una película en los años 50. O cuando sufrió un boicot de TVE al separarse de su marido, el también actor Felipe Peña, en una época en la que nadie lo hacía. El director de TVE era amigo de Peña y tomó esa decisión para ver si recapacitaba y volvía con él. También estuvo antes, en este caso por propia voluntad, apartada de la escena cuando parió a sus cuatro hijos (gemelas incluidas) en cuatro años y medio.

Pero nada arredró a esta mujer de una vitalidad contagiosa. «Yo siempre fui una niña inquieta en una época muy difícil. Envidiaba a la gente con cultura y quería entrar en ese mundo. Aprovechaba todas mis oportunidades al máximo: estudiando, leyendo todo lo que podía... Todo es una escuela y de todo puedes aprender si tienes capacidad de retener. La vida es generosa y te da siempre oportunidades», afirma.

Esa generosidad también tiene sus momentos intermitentes como cuando se encontró sin ninguna oferta de trabajo, ya separada, a lo largo de un año. De nuevo volvió a surgir en Montserrat Carulla esa mentalidad de enfrentarse a todas las dificultades con la cara bien alta. «Estuve un año sin que me llegara ningún papel y fue algo terrible para mí. Hice todo tipo de trabajos, desde auxiliar de clínica a encuadernadora. Mi padre también me ayudó», recuerda. Pero en sus palabras no hay ninguna queja. «La vida me ha dado mucho y yo he hecho todo lo posible para que las cosas rodaran porque no me han regalado nada. Y también he tenido mucha suerte».

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CRÓNICAS SENTIMENTALES / A lo largo del pasado año, Carulla acabó de perfilar su recorrido vital enEl record és un pont al passat(Ara Llibres), otra huella de su inquietud intelectual. La actriz recalca que no se trata de un libro de memorias al uso, «sino una recopilación de crónicas sentimentales, de imágenes y recuerdos». Porque nunca ha dejado de escribir ni de mantener colaboraciones ocasionales con la radio, el medio en el que dio sus primeros pasos. Así, el libro, que apareció coincidiendo con la entrega del Gaudí, tuvo su origen en un programa de COM Ràdio.

En el libro detalla una militancia que nunca ha ocultado, hasta el punto de que formó parte de la lista de Esquerra en las últimas municipales. «Soy independentista y ya lo era a los 18 años. Quiero una Catalunya libre que no dependa de nadie. Respeto y admiro al pueblo español, su cultura y lengua», sentencia una mujer que tiene entre manos un proyecto teatral con su hijo Roger. «Un personaje de mi edad no es muy frecuente, puedo hacer uno pequeño, pero tengo mi vanidad», puntualiza. Montserrat Carulla, genio y figura. Siempre.