Entrevista
Pablo Álvarez, dueño de Vega Sicilia: "Producir un vino no cuesta 500 € pero su valor es el que le quiera dar el cliente. Si lo paga…"
El propietario de una de las bodegas más emblemáticas visita Barcelona para presidir una cena en el hotel Majestic en la que se han maridado sus vinos con los platos de Nandu Jubany y David Romero
Una cata de 24 añadas de Vega Sicilia Único en el restaurante Etxebarri, la parrilla más reputada del mundo
Andrés Conde Laya, Mejor Sumiller de España: "Ningún vino vale más de 500 euros"
Cuando el tiempo convierte un gran vino en un grandísimo vino

Pablo Álvarez, consejero delegado de Vega Sicilia, con una botella de vino. / Jordi Otix


Ferran Imedio
Ferran ImedioPeriodista. Redactor del canal Cata Mayor
Periodista barcelonés apasionado por su trabajo que lleva casi tres décadas escribiendo en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, donde ha pasado por las secciones de El Día por Delante, Sociedad, Gran Barcelona, Deportes, Exit e Icult. Ha sido coordinador de las páginas de Motor, responsable de Gente y de las páginas de gastronomía Gourmet's.
Pablo Álvarez es el consejero de Tempos Vega Sicilia, un grupo bodeguero cuyo emblema es Vega Sicilia, fundada en 1864, por lo que es la más antigua de lo que muchas décadas después fue la denominación de origen Ribera del Duero. Su padre la compró en 1982 y este abogado, por orden de su progenitor, se puso al frente en 1985 tras la jubilación del que había sido director hasta entonces. En estos últimos 43 años, la marca ha agrandado su fama y prestigio hasta el punto que incluso los que no son grandes entendidos la conocen.
El empresario acudió a una cena muy especial en el restaurante del hotel Majestic, Solc, donde se maridaron joyas de esta bodega (se cataron las añadas 1995, 2005 y 2015 de Único), y de otras que forman parte de Tempos, como son Alión (Ribera del Duero), Macán (Rioja) y Oremus (Tokaji, en Hungría), con un menú a cuatro manos de Nandu Jubany (una estrella Michelin por Can Jubany y chef asesor del Majestic) y David Romero (chef ejecutivo del hotel). Fueron unos pocos privilegiados los que disfrutaron de esta velada, una de las muchas que se celebran en el hotel para aficionados a los vinos más exquisitos.
Antes del ágape, Álvarez atendió a Cata Mayor, el canal gastronómico de EL PERIÓDICO y Prensa Ibérica.

Pablo Álvarez, en el Hotel Majestic, donde se celebró una cena con los vinos de las bodegas de Tempos Vega Sicilia, compañía de la que es consejero delegado. / Jordi Otix
-¿Cómo se consigue que una marca como Vega Sicilia tenga ese aura y se convierta en objeto de deseo en un mercado con tantísima competencia?
-Ya me gustaría saberlo. Solo sé lo que hemos intentado hacer, y lleva mucho trabajo. Es probable que otros hayan intentado lo mismo pero no lo hayan conseguido porque a veces hay factores que no controlas. De todos modos, cuando llegamos a la propiedad en 1982, la bodega ya tenía un prestigio nacional e internacional.
-Pero no tanto como hoy en día.
-Fue una bodega que siempre siguió la filosofía de su fundador, Eloy Lecanda, que trató de hacerlo bien, algo muy fácil de decir pero muy difícil de hacer cuando tratas con la naturaleza. Pero cuando esta responde, salen pequeñas obras de arte que son los grandes vinos.
-Entonces, dígame: ¿cuál es el factor primordial para un gran vino?
-El gran valor está en la viña. Al final, por muy buen cocinero que seas, si no tienes una gran materia prima es imposible hacer un gran plato, y eso lo aprendimos y respetamos desde el principio. Hemos invertido muchísimo en mejorar la calidad la viña, investigando muchísimo: clasificando todas las variedades, extrayendo su adn, estudiando los suelos (tenemos 19 tipos distintos), trabajando con un vivero de Borgoña y sacando 24 clones distintos de tempranillo…
El gran valor está en la viña. Al final, por muy buen cocinero que seas, si no tienes una gran materia prima es imposible hacer un gran plato
-Y siendo de los primeros en apostar por la viticultura ecológica.
-En 1985, dejamos de usar abonos químicos y herbicidas, y no recuerdo que nadie lo hiciera entonces. Pero no lo hice por conciencia ecológica, de hecho cuando en 1985 Lalou Bize-Leroy [pionera en aplicar los principios de la biodinámica en Borgoña] me explicó lo de la biodinámica le pedí que me lo repitiera porque no entendí nada. Tomamos esa decisión pensando que era mejor para la viña, no por sostenibilidad, y creo que acertamos. Siempre hemos tenido la idea de hacer todo el proceso que supone la producción de vino lo mejor posible.
-Pero pasar a la viticultura ecológica era un riesgo para controlar la salud de la viña, y más aun sin referentes.
-Era un riesgo, sí, pero solo hasta un cierto punto, porque nosotros no tenemos la humedad ni los problemas de Burdeos o Borgoña, y el oídio [enfermedad endémica de la viña] se combate con azufre, que está considerado ecológico, y el mildiu [enfermedad vegetal causada por diversos hongos] es más extraño en nuestras tierras. Vigilamos la viña y en cuanto hubiéramos visto un problema lo habríamos atacado al momento.
Recuerdo en aquellos tiempos en que la gente decía “¡qué bien, este vino huele a bodega!”, y si pasaba eso era que estaba sucio
-Antes comparaba la uva con el ingrediente que necesita un cocinero para hacer un gran plato. Pero el cocinero también tiene que ser bueno. En su caso, también han mimado todo más allá del campo.
-Hemos mejorando todo, absolutamente todo. Metimos el acero inoxidable en la bodega (antes, la fermentación se hacía en tinos de madera y en hormigón recubierto de resina epoxídica, de modo que el mosto no estaba en contacto directo con el hormigón). El acero, que ahora está de moda, trajo higiene al mundo del vino. Recuerdo en aquellos tiempos en que la gente decía “¡qué bien, este vino huele a bodega!”, y si pasaba eso era que estaba sucio.
-Otro detalle que les diferencia del resto son las barricas…
-Las de roble americano las hacemos nosotros porque tenemos nuestra propia tonelería. Importamos la madera, la curamos tres años antes de hacer la barrica y decidimos cuánto la tostamos porque sabemos qué vino va a ir ella. Eso lo hacen muy pocas bodegas.
-¿Cómo definiría el resultado final?
-Creo que estamos haciendo los mejores vinos de nuestra historia: son los más puros, más limpios, más elegantes y más complejos. Creo que estamos haciendo grandes vinos. En este mundo siempre parece que el pasado siempre fue mejor, yo creo que en ningún sitio del mundo el pasado fue mejor porque nunca hubo tanto conocimiento de la viña, de los vinos ni de tantas otras cosas como hoy en día.
Estamos haciendo los mejores vinos de nuestra historia: son los más puros, más limpios, más elegantes y más complejos
-También son vinos con gran capacidad de guarda…
-También. Estoy seguro de que si le preguntas por la guarda a un bodeguero francés estará 25 minutos explicándote por qué el vino envejece tanto tiempo en botella, pero si me preguntas a mí te diré que no sé por qué. Puedes decir las características que debe tener un vino para que envejezca bien pero a lo mejor otro con las mismas características no envejece igual. Hay algo que no se sabe. Cuando llegamos a Vega Sicilia, Jesús Anadón, que llevaba 40 años allí y fue director técnico y director general, me dijo un día: “Mira, Pablo, aquí pasa algo que no sé lo que es, pero que pasa. Será la viña, será la bodega… Aunque creo que la base de todo es la viña”.
-Usted también lo cree.
-Durante 70 años, desde su nacimiento en 1864 hasta 1927, cuando se fundó Protos, Vega Sicilia fue la única bodega comercial de Ribera del Duero. Había agricultores que se hacían el vino para ellos, para su propio consumo, pero solo nosotros lo elaborábamos para venderlo. Eso hizo que al tener que arrancar o plantar una parcela se usaran viñas ya existentes en Vega Sicilia, y eso fue una buena selección basal. Estas viñas plantadas entonces están totalmente adaptadas al clima y al suelo.
-Se llegó a decir que Vega Sicilia era la bodega favorita del entonces rey Juan Carlos. Eso fue una gran campaña de marketing.
-No sé si nuestros vinos eran los favoritos del rey. En una ocasión visitó la bodega y la Casa Real nos pedía vinos. Alguna vez los pedía él personalmente, de hecho, en una ocasión me llamó a mí. Te trataba con una cercanía que sorprendía.
-¿Cuánto cuestan sus vinos?
-No son baratos pero sus precios tampoco son disparatados. Vega Sicilia nunca ha dejado de subir pero lo ha hecho con moderación. Actualmente, el más caro es el Reserva Especial, que cuesta 270 euros. El Único vale 210…
-Se lo pregunto porque hay mucho debate al respecto de los precios de los grandes vinos. ¿De verdad un vino puede valer eso y más?
-Puede valer más, sí. Depende. No es lo mismo producir solo 2.000 botellas que, como nosotros, elaborar 120.000 de Único o 200.000 de Valbuena; eso sí, con nuestra calidad, no lo hace nadie.
Ha habido un 'boom' en el precio de los vinos y de momento se ha parado. La gente ha dicho que no está dispuesta a pagarlo
-¿Ha habido o hay un ‘boom’ en el precio de los vinos?
-Lo ha habido y de momento se ha parado aunque en los últimos años, no sé por qué, tras el covid, los precios se dispararon. Pero ha llegado un momento en que la gente ha dicho que no está dispuesta a pagarlo. El champán ya empezó a bajar en 2023 y los vinos de Borgoña y Burdeos en ‘premier’ (a la avanzada) han bajado un 60% desde 2010.
-El sumiller Andrés Conde Laya sostiene que "ningún vino vale más de 500 euros".
-Por el valor de producción, evidentemente no. Ninguno. Pero tampoco un ‘picasso’ vale 100 millones de euros, y no creo que cueste pintar más un ‘picasso’ que uno que pueda pintar yo.
-¡Pero un ‘picasso’ es único!
-Claro, y un vino puede ser una cosa única aunque su coste de producción es indudable que no llega a 500 euros. Al fin y al cabo, el valor es el que le quiera dar el cliente. Si lo paga…
-Comentaba que la burbuja de precios se ha desinflado. Y en general, ¿en qué momento se encuentra el mundo del vino, según usted?
-El mercado, el nacional y el mundial, anda raro, no hay mucha alegría, todo está un poco parado. Algo esta pasando, esta clarísimo. Estamos en un punto difícil, complicado.
-¿Hacia dónde irá o hacia dónde cree que debe ir?
-No lo sé, si lo supiera… Hombre, el vino no es un producto necesario. Recuerdo que un famoso periodista que era cliente nuestro nos dijo que tenía que agradecer a Vega Sicilia que con sus vinos había celebrado los grandes momentos de su vida y había soportado los peores. Así que para algo estamos…
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