ASÍ SABE EL 'TERROIR'

Vinos de pago: los tragos más auténticos

Los vinos de pago están ganando popularidad gracias a la apuesta de las bodegas por reflejar el terruño con uvas propias

Vino de pago

Vino de pago / periodico

Ferran Imedio

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Alguien que no tiene la más mínima idea del tema y que se quiera hacer el gracioso te dirá que todos los vinos son de pago a no ser que te los regalen. Bromas aparte, los vinos de pago están ganando notoriedad. Se demostró el pasado 4 de febrero en el Hotel Majestic, donde siete miembros de la asociación Grandes Pagos de España (cuenta con 30 bodegas) brindaron una cata de sus mejores botellas ante un centenar de restauradores, enólogos y sumilleres (la primera vez que ocurría en Barcelona), y se sumaron a un 'show room' al que acudieron unos 250 profesionales durante toda la jornada para conocer las creaciones de estas 30 bodegas, entre las que se encuentran Cérvoles, Mas Doix, Abadía Retuerta, Numanthia, Mauro, Gramona, Alvear...

Una visita al encuentro resulta ideal para aclarar conceptos. ¿Qué es un pago? Es una finca que tiene unas características de suelo y microclima que las distingue del resto y dan como resultado vinos singulares. Es lo que los iniciados describen como "expresión del 'terroir', del terruño". Para que un vino sea de pago, debe cumplir varios criterios: se debe elaborar y embotellar en la propiedad (excepcionalmente, en bodegas cercanas) a partir de uvas procedentes de los viñedos ubicados en el pago en cuestión

Más 'mimados'

Son vinos más 'mimados'. "Pero sobre todo son más auténticos", puntualiza Tomàs Cusiné, de Cérvoles Celler (Costers del Segre), que hace unos meses nos explicó cómo debería ser un vino moderno. "Porque expresan una filosofía de viña y bodega. La gente piensa que una bodega hace vinos solo con sus propios viñedos, pero las que trabajamos así somos menos de las que se piensa. Y como todo se hace en casa, es más fácil tener esa identidad, esa personalidad propia. Es la mejor manera de transmitir un territorio". "Es un sello de calidad por sí mismo", apunta Valentí Llagostera, de la bodega del Priorat Mas Doix.

"Más calidad, más caros"

Da igual las hectáreas y las variedades que tengan los pagos ("en el Priorat es típico el ensamblaje de cariñena y garnacha", recuerda Llagostera), si viticultura es ecológica, biodinámica o convencional. Porque el nivel suele ser alto. De hecho, Llagostera recuerda que Grandes Pagos de España, por ejemplo, cuenta con un comité externo de catas para certificar el nivel de los vinos de las bodegas asociadas.

Así que si el vino es de pago, probablemente cuesten más dinero. "Es lógico: si tienen más calidad, son más caros", admite Cusiné. Es el precio de la autenticidad y la singularidad.