Cocina sencilla

Restaurante La Font del Gat: esto es lo que se come en su nueva etapa

El espacio, resucitado de la mano de Grup Confiteria, se reivindica como merendero del siglo XXI

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Embutidos y quesos catalanes de La Font del Gat.

Embutidos y quesos catalanes de La Font del Gat. / El Periódico

Ferran Imedio

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La Font del Gat fue un merendero que triunfó en el siglo XIX y en el XX, y en su regreso al panorama gastronómico se reivindica como tal. Sin complejos. Con la idea original de atraer al barcelonés con ganas de pasar un buen rato al aire libre mientras comparte una mesa y suena la música. Como sucedía en aquellas celebraciones populares alrededor de las fuentes de la montaña en las que familias y amigos comían, bebían, bailaban y disfrutaban de la vida en el corazón de Montjuïc. Se llamaban 'fontades'.

La Font del Gat

Paseo de Santa Madrona, 28

Tf.: 93.247.10.58

Instagram: @lafontdelgat

Precio medio (sin vino): 30 €

Parece que Grup Confiteria, la empresa de restauración conocida por recuperar espacios gastronómicos históricos (Dr. Stravinsky, Paradiso, Balius, Betlem, Ultramarinos Marín, Cafè del Centre, Muy Buenas...), ha dado en el clavo con su visión de lo que debe ser una 'fontada' en un merendero en pleno siglo XXI.

La terraza de la Font del Gat, con los primeros asistentes a la inauguración

La terraza de la Font del Gat, el día de la inauguración, el pasado mes de abril. / Ricard Cugat

En este espacio de 700 metros cuadrados presidido por un edificio modernista de Puig i Cadafalch y una terraza alrededor de la fuente con forma de gato que da nombre al establecimiento se propone una gastronomía sin alardes y una programación cultural tan frondosa como el entorno.

Música jazz, flamenco, folk, clásica, electrónica... Cine a la 'fresca' (con cócteles de autor), instalaciones de arte lumínico, exposiciones de esculturas y fotografías... ¿Y para comer? ¿Qué se come en La Font del Gat?

Espetos de carnes a la parrilla en La Font del Gat.

Espetos de carnes a la parrilla en La Font del Gat. / El Periódico

Pues una cocina sencilla, ideal para disfrutar en esa terraza tan amplia como recogida y en la que no falta ni una pista de petanca. Platos populares, en definitiva. Y pocos son más populares que los que salen de las parrillas: espetos de muslo de pollo con limón y tomillo, de butifarra de payés, de cordero 'ras el hanout', de 'onglet' de ternera al vino blanco, de sardinas y de verduras, además de arroces elaborados por chefs invitados (unos cocineros que, por cierto, también llevan sus creaciones los jueves por la noche en la iniciativa 'Sopars del Gat').

Menús de parrilla y de arroz

Precisamente parrilla y arroz protagonizan los dos menús de la casa: el primero (ensalada o gazpacho, dos espetos a elegir con patatas asadas, chalotas y ajos confitados, 'allioli' y chimichurri caseros) cuesta 23 euros sin bebidas, y el segundo, solo disponible los domingos, lleva ensalada o gazpacho, plato de arroz del día y 'allioli' (21 euros sin bebidas).

Más allá de las brasas, La Font del Gat propone platos de toda la vida como croquetas caseras de pollo asado, ensaladilla rusa con ventresca de atún y pimiento rojo escalivado a la brasa, caracoles, torreznos (están triunfando de lo lindo para sorpresa de propios y extraños), 'esqueixada' de bacalao con olivada negra, cebolla de Figueres y tomate seco, coca de 'recapte' con sardina ahumada y 'allioli' ahumado...

Proveedores cercanos

Aquí, la apuesta es que sea todo esté elaborado con productos de proximidad y de proveedores cercanos. Como sucede con los quesos catalanes, seleccionados por los responsables de 12 Graus, tienda especializada en materia láctea; con los embutidos (longaniza, butifarra blanca, chicharrón) de Cal Rovira, proveedor habitual de muchos restaurantes de campanillas; con los postres (esa 'lengua' de gato de chocolate de la pastelería Brunells o ese milhojas relleno de crema de Forn Vilamala)...

Una oferta gastronómica asequible y coherente con la historia del lugar, cuya reapertura ha hecho recordar la vieja canción 'Baixant de la Font del Gat'. El éxito total sería que la gente saliera de allí calle abajo cantándola; señal inequívoca de que se lo habría pasado muy bien ahí arriba.

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