Gastronomía asequible
Barcelona buena y barata: Forno Bomba, 'focaccias' estilo 'barese' y 'brioches' con pistacho
Este local del barrio de Sants que dirigen con simpatía y calidez Francesco Gottardo y Alberto Montobbio destila esencia italiana y rollito mediterráneo
'Bocatas di cardinale': fiebre por las 'focaccias' italianas
El chef que fermentó como panadero (y hornea la mejor 'focaccia' de Barcelona)
Receta de 'focaccia'

La 'focaccia' con aceitunas del Forno Bomba. / Òscar Gómez


Òscar Gómez
Òscar GómezRedactor y escritor gastronómico.
Colabora en diversos medios escritos y radiofónicos con reseñas y crónicas desde el año 2009. Ha escrito varios libros como ‘Històries de cuina, plats i relats’ con el que obtuvo el premio al libro gastronómico Ciutat de Benicarló, ‘Love is in the Bread’ o ‘Els Pèsols i com preparar-los’.
Érase una vez una 'focaccia' estilo 'barese', redonda, no muy alta, elástica. Pintada con salsa de 'pomodoro', hierbas aromáticas y un buen puñado de aceitunas por encima. Son aceitunas sicilianas de tres variedades distintas: algunas son enormes y carnosas, otras más menudas, todas deshuesadas. Las hay pardas y las hay violáceas, cada variedad tiene una textura y sabor particular, así que, en cada bocado, el paisaje en el paladar cambia.
El resultado es una 'focaccia' tierna y fragante, de mordisco amable y caricia en la pituitaria. Érase una vez en el barrio de Sants, una 'focaccia' estilo 'barese', una 'focaccia' superlativa.
Forno Bomba
Vallespir, 24. Barcelona
Instagram: @fornobomba
'Focaccia' estilo 'Barese': 4,20 €
'Focaccia' de mortadela con 'stracciatella': 6,80 €
'Brioche' con pistacho: 4,30 €
La vibra, el rollo, la onda, el 'seny' y la 'rauxa', llámalo como quieras. En el Forno Bomba encuentras también la simpatía y la calidez de Francesco Gottardo y Alberto Montobbio. En su local de estética desnuda encuentras un minimalismo que está en las antípodas del témpano emocional que es el diseño nórdico.
Mires donde mires, aquí arde una esencia de alma italiana y rollito mediterráneo, se notan las ganas de conectar con la gente y con la vida: no tienen ninguna etiqueta para identificar cada una de las elaboraciones de la vitrina, así que hay que preguntar, hay que hablar, hay que interactuar. Me parece un detalle no casual, sospecho que la interacción es buscada.

Francesco Gottardo y Alberto Montobbio en Forno Bomba. / Òscar Gómez
Son extremadamente amables y explican con cariño -y calma- los detalles de cada dulce. Como cuenta Francesco: “No queríamos que nuestro forno fuera un local de entrar y salir, de venir comprar y marcharse. Así que le pusimos mesas, para que quien quiera, se pueda quedar un rato”.
Todo está a la vista: las estanterías con los productos no elaborados, los sacos de harina -catalana-, las botellas de aceite -arbequina, de Lleida- y el obrador donde nunca se detiene el trabajo. Siempre hay alguien amasando, alguien horneando, el oficio en la cara.
Formados en universidades gastronómicas
Este par de italianos se formaron profesionalmente en distintas universidades gastronómicas -sí, en Italia, por lo que sea, en esto también nos sacan ventaja- y se conocieron hace cuatro años en Barcelona. La amistad se regaló un golazo por la escuadra y los unió en esta aventura: “A los dos nos gusta comer bien, nos gustan los productos de calidad, nos gusta la vida sana y nos gusta tejer redes de complicidad con nuestros proveedores, con nuestros clientes…”.
Los locales son como las personas que los abren y comandan. Y el ambiente en el Forno Bomba sabe a 'brioche' relleno de pistacho, a café de especialidad, a 'brioche' relleno de ricota con dulce de ciruelas y también sabe a 'brioche' con perlas de chocolate. Sabe a mañana de sábado.

'Brioche' con queso gorgonzola de Forno Bomba. / Òscar Gómez
“Para nosotros, el buen 'brioche' se basa en buena mantequilla -usamos francesa, nos parece la mejor-, buena harina y buenas manos. No hay secretos”, cuenta Francesco.
“Se trata de buscar el equilibrio entre estos elementos, que no sepa todo a mantequilla, que esté equilibrado, también el dulzor, procuramos que no sea excesivo y mantenerlo controlado”. El 'brioche' con pistacho es ya un clásico y un exitazo.
Cafés de especialidad
El de ricota es sexi, untuoso y láctico y combina de maravilla con alguno de los cafés de especialidad que sirven en unas tazas-vaso (no tienen asa, pero son de porcelana), personalizadas. Son preciosas, ser esencial no significa olvidar los detalles cuando son importantes.
“Servimos café de unos amigos nuestros, en realidad casi todos nuestros proveedores eran o se han convertido en amigos. Su café se llama Santaromero-Café honesto, trabajan directamente con productores colombianos, tuestan en Turín y nosotros estamos felices de prepararlo en Barcelona”.
Para los amantes del 'brioche' salado, buenas noticias: elaboran uno con queso azul gorgonzola. El arrebatado sabor punzante del queso es un contraste interesante con la suavidad esponjosa del interior. Lo calientan ligeramente en un pequeño horno-gratinador que tienen tras la barra.

La vitrina del Forno Bomba. / Òscar Gómez
Allí también calientan las 'focaccias', como las de mortadela, otro imprescindible del local. “Actualmente se encuentra en general un tipo de 'focaccia' con mucho relleno, miga gruesa y mucha crema de 'stracciatella' de burrata sobre la mortadela. Pero esa no es la 'focaccia' clásica de mortadela de nuestra tierra, que era sin el añadido de la burrata y solo con mortadela de calidad” dice Francesco.
Tienen esta versión pura y canónica, pero también puedes optar por la de tendencia combinada, con una fina -muy fina- capa de 'stracciatella', un matiz, un saludo sin excesos que otorga el protagonismo al embutido. El resultado es tierno y espectacular, poco láctico y carnosamente elástico, nada húmedo, riquísimo, la verdad.
Terraza y panes de masa madre
Puedes disfrutar de todas estas maravillas en su terraza, un espacio sencillo de mesas de madera situado en la parte trasera del local. Como son un 'forno', también hacen panes de masa madre que los vecinos del barrio se llevan para casa. “No tenemos apenas clientela turística, nosotros abrimos en Sants porque queríamos clientela local, queremos ser parte del barrio, por eso también estamos aprendiendo catalán, y usamos harinas del país y aceite local y vendemos verduras cultivadas en el Garraf”.
Y qué quieres que te diga, está todo rico y da gustirrinín disfrutar la vida con calma. Sentadito en el Forno Bomba con un café, un 'brioche' o una 'focaccia'… ¡Vaya sábado por la mañana!
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