Un rincón escondido

Restaurante Dagma: clasicismo en la moderna zona de Diagonal Mar y el Fòrum

El establecimiento del tercer piso del Hotel Barcelona Princess propone platos de cocina tradicional mediterránea muy cuidados

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Crema de calabaza con sardina ahumada, coco y aceite de café del restaurante Dagma.

Crema de calabaza con sardina ahumada, coco y aceite de café del restaurante Dagma. / El Periódico

Ferran Imedio

Ferran Imedio

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Hay rincones de Barcelona que aún hoy son bastante inexplorados para el nativo, como por ejemplo Diagonal Mar y la zona del Fòrum. Si se trata de ir a comer por aquella zona, salen pocos nombres propios a bote pronto, tal es el desconocimiento, y puede que los que más destaquen sean Aürt, de Artur Martínez (una estrella Michelin en el Hilton), y Grand Café Rouge, de Romain Fornell. También habría que tener en cuenta el último en llegar: se llama Dagma, no luce el brillo ni la presencia mediática de aquellos pero resulta una dirección más que digna con su apuesta por el clasicismo en esta zona tan moderna de la ciudad.

Dagma

Diagonal, 1 (Hotel Barcelona Princess).

Tf: 620.24.36.68

Precio medio (sin bebida): 60 €

hotelbarcelonaprincess.com/es/dagmarestaurant

Manda en los fogones Pedro Montolio, que aprendió en cocinas tan ilustres como las de Can Fabes, La Fonda Gaig y Manairó, que fue dos veces finalista en el concurso Cocinero del Año (2006 y 2016) y que lleva 20 años en el recién renovado Hotel Barcelona Princess, donde está ubicado este restaurante que nació con la reforma del edificio. Para llegar hasta allí, hay que subir hasta el tercer piso. ¿Escondido? Sí, pero encontrarás pocos sitios como este, con esa discreción, elegancia, tranquilidad y luminosidad. Y con una pequeña terraza con piscina.

Mar y montaña

De hecho, la carta de Dagma refleja lo mismo. El chef, amante del mar y montaña (como demuestra en la cigala envuelta en panceta ibérica y acompañada de guisantes lágrima, y en el carpacho de pies de cerdo y tartar de carabinero con sopa picante de cangrejo), se maneja bien con esos platos de cocina tradicional mediterránea que dan lo que prometen cuando llegan a la mesa con esas presentaciones tan cuidadas.

A veces son minimalistas, como el milhojas de cangrejo real y pollo del aperitivo, y a veces resultan juguetonas, como la crema de calabaza con sardina ahumada, coco y aceite de café (divertida y triunfal combinación de sabores), mientras que otras son canónicas, como el impecable bacalao con crema de coliflor trufada.

Menú de mediodía laborable y menú degustación

Platos que puedes encontrar en la carta, en el menú de mediodía laborable (22 euros) y en el menú degustación, con dos aperitivos, cinco platos y dos postres (55 euros sin bebida y 75 con maridaje).

Otra cosa que merece el aplauso es su apuesta por el reciclado de materiales: el papel de la carta de vinos se ha elaborado con pieles de uva y muchas piezas de menaje, como platos para 'snacks', vasos de cóctel, placas de reservado de las mesas o jarras salseras, se han creado a partir de los residuos de vidrio del propio hotel. Una demostración de que el clasicismo no está reñido con la sostenibilidad.

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