En el Born

Restaurante Volta: una divertida y sabrosa vuelta por el Mediterráneo

El establecimiento del Hotel Borneta propone elaboraciones muy trabajadas con productos de temporada y de proximidad

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Las ostras fritas del restaurante Volta.

Las ostras fritas del restaurante Volta. / El Periódico

Ferran Imedio

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El restaurante Volta no podía tener otro nombre. Ubicado frente al parque de la Ciutadella, en los bajos del flamante y cálido Hotel Borneta, te propone dar una vuelta por el Mediterráneo de la mano de los platos que elaboran el chef Andrea di Benedictis y su equipo. Para hacer el recorrido, solo hace falta adentrarse en los pórticos del paseo de Picasso, que de tan afrancesados convierten ese tramo casi en un bulevar parisino.

Volta

Paseo de Picasso, 26. Barcelona

Tf: 93.547.87.00

Precio medio (sin bebida): 35-40 €

voltabarcelona.com

Una vez dentro, sin embargo, no te sentirás en París ni tampoco en la Italia natal del cocinero, sino en ese lugar tan impreciso pero a la vez tan confortable como el Mediterráneo, el que todos conocemos. El que aparece en cada receta, siempre trabajadísima pero siempre al servicio de ese producto de temporada y de proximidad que, a veces, es ecológico. No lo enmascara, lo realza. Y eso es un mérito cuando en cada propuesta asumen el riesgo de combinar multitud de ingredientes y elaboraciones.

Pero De Benedictis, que había sido el chef titular del cercano Cecconi's desde su apertura tras trabajar en Pilu at Freshwater (un dos estrellas Michelin cerca de Sídney), tiene talento de sobras para dar un vuelta de tuerca a una ostra rebozándola con tres panes y aderezándola con un gel cítrico, o para crear una sinfonía de colores y sabores con el milhojas de pan con sardina ahumada, pimientos marinados y mantequilla de perejil.

El ceviche 'mediterraneizado'

Su atrevimiento no se queda ahí y llega a las alcachofas fritas sumergidas en un bol con queso de Mahón gratinado, y mezcladas con un 'crumble' y una espuma de pistacho, y a la 'mediterraneización' del ceviche de corvina: no es tan cítrico porque usa una reducción de agua de pepino que hace de leche de tigre para bañar con ella el tartar del pescado, tres texturas de remolacha (cocida, cruda y encurtida), crema de aguacate, aceite de perejil, cebolla encurtida y eneldo. ¡Bravo!

Son algunos de los ejemplos de lo juguetona y trabajada que es la carta de Volta. Hay más: el tartar de ternera con salsa 'tonnata', reducción de tuétano, polvo de alcaparra y hoja de rabanito servido en un 'chip' de polenta; el rosbif de Black Angus de Girona, con salsa 'gribiche', reducción de los huesos de la carne, vinagreta de mostaza y miel, hojas de 'mizuna' y sal Maldon; los 'culurgiones' (especie de raviolis típicos de Cerdeña) rellenos de patata, queso pecorino y menta con un poco de trufa rallada; el cuello de cordero a baja temperatura y pasado por la brasa a fuego vivo antes de servirlo con crema de tupinambo, alcachofas, habitas en conserva y 'demi-glace' del cuello de animal...

Postres caseros

La 'focaccia', ese vicio, es casera, igual que los postres, otra tentación irrenunciable, desde los profiteroles rellenos de crema pastelera a la naranja hasta los bombones o el pastel de queso.

Hay menú de mediodía laborable por 20 euros, desayunos tipo bufet por 30 y 'brunch' dominical por 45. En este bonito y confortable espacio no falta ni una barra de coctelería bajo una enorme claraboya ni música de 'dj' los viernes por la noche y los domingos al mediodía. Razones más que de sobra para darse una vuelta por Volta.

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