Cata Menor

No hagamos demasiado caso de las listas 'los mejores de'

Lo Mejor de Lo Mejor de Lo Mejor: ¿tienen sentido las listas?

Esas modas gastronómicas que se expanden a lo loco: una lista

La ensaladilla de Pampín Bar (Santiago de Compostela), elegida la mejor de España de 2024.

La ensaladilla de Pampín Bar (Santiago de Compostela), elegida la mejor de España de 2024. / El Periódico

Pau Arenós

Pau Arenós

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El texto de esta noticia se publicó originalmente en la 'newsletter' 'Cata Mayor'. Apúntate aquí y recibe cada semana en tu correo los secretos mejor guardados para disfrutar del buen comer dentro y fuera de casa.

Ninguna semana sin su premio. Ningún día sin su premio. Ningún restaurante sin su premio. 

El espacio entre los meses de septiembre y diciembre es una orgía de concursos, con la entrega de las estrellas en noviembre como pico, en esa gala que desde hace unos años copia la The World's 50 Best Restaurants y que es igual de tediosa. Un día dejarán de lado a los chefs para nombrar solo a los patrocinadores.

En los primeros nueve días de octubre hemos recogido el absurdo de ocho ‘lo mejor de’. Casi un examen por día. Hay jornadas en los que se publicitan varios. Seguir el ritmo es hipotecar el trabajo. 

La mejor ensaladilla de España (y en la misma pieza, la mejor sopa de pescado, ay, que no hemos dicho nada de los mejores callos). El mejor cruasán artesano de España. Las mejores bravas de Barcelona. La mejor chef femenina de América Latina. La mejor patata brava del mundo. Las mejores pizzerías del mundo. La mejor tortilla de patatas de España. 

El mejor cruasán artesano de mantequilla de España es obra de Brunells.

El mejor cruasán artesano de mantequilla de España es obra de Brunells. / El Periódico

Las citas que añaden ‘del mundo’ son mis favoritas. Suelen ceñirse a los participantes locales y a las preparaciones con identidad, como la fabada. Pero ¡por qué renunciar a la ambición planetaria!

Es tan desconcertante la ruleta que en septiembre la pizzería barcelonesa Sartoria Panatieri apareció como la octava mejor del mundo (50 Top Pizza) y en octubre, ¡la segunda! (The Best Pizza Awards). ¡La remontada en menos de 30 días! O el ridículo. Hartos, titulamos con desencanto: ‘El enésimo ‘ranking’ de pizzerías’.

¿Por qué les seguimos el rollo? Porque publicamos qué sucede en el universo gastro (¡en el universo!). Porque los lectores leen esas informaciones. Porque el contrapunto crítico aparece en textos como este.

Una de las pizzas del restaurante Sartoria Panatieri.

Una de las pizzas del restaurante Sartoria Panatieri. / Ferran Imedio

Las listas gustan, y mucho. Las listas facilitan la vida precisamente por el mismo motivo por el que son criticadas: son reduccionistas, comprimen la realidad. A las listas no hay que hacerles demasiado caso: son aproximaciones a un fenómeno. Las listas mejoran las cuentas de explotación, ¡y mucho!, de quienes ganan. Son un negocio, por supuesto.

Recordar que tal o cual plato es ‘el mejor’ entre los que se presentaron, y no dudo que sea ‘el mejor’ de ese certamen en concreto, pero solo es ‘el mejor’ entre cinco o diez concursantes. Una pobre representación para la magnitud de España, de Europa o… del mundo.

Todavía es posible aumentar el registro de premiables. Ofrezco un breve inventario para quien quiera montar su torneo, con el correspondiente ordeño a las diputaciones para que metan pasta pública en organizaciones privadas.

El mejor churro de churrería ambulante. El mejor sándwich de máquina de ‘vending’. La mejor patata de bolsa de gusto aberrante. El mejor ‘panipuri’ de quinta gama. La mejor gilda que no parezca una gilda. La mejor tortilla con cosas encima y la mejor con cosas debajo.  

Suscríbete para seguir leyendo