Jon Cake & Wines: vino, 'cheese cake' y punto

Porque este es su gran atractivo y su hecho diferencial, incluso respecto al primer establecimiento de la marca, que está en el Born. Si allí solo puedes comprar un pastel y llevártelo a casa, aquí te puedes hacer lo mismo (ese mostrador es pura tentación) o sentarte para comerlo y maridarlo con vinos e incluso destilados hechos a medida (sensacional el de Cabrales y chocolate). Puedes probar lo que más te motive o dejar que te sugieran qué trago tomar según el 'cheese cake' que has pedido.

Cinco pasteles fijos

Las combinaciones son, pues, infinitas, ya que siempre hay cinco tartas fijas (la clásica, la de manchego, la de queso San Simón -ahumada-, la de queso azul Valdeón y la de chocolate negro) y varias que van cambiando, sea a diario o cada dos semanas (de camembert, de torta del Casar, trufada, de queso de cabra, de tiramisú...). La mejor demostración práctica de que vino y queso (aunque sea en formato de pastel) conforman uno de los binomios gastronómicos más infalibles y placenteros.

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Para profundizar en este campo, los más inquietos deberán aguardar hasta marzo o abril para apuntarse a las catas con maridaje en los que explorar combinaciones de lo más interesantes. Lo bueno se hace esperar.

Jon Cake & Wines, que abre de jueves a lunes de 9.30 a 20.30 horas (viernes y sábado hasta las 21.00), también tiene otros motivos para seducir a los golosos, como 'brownies', madalenas, 'cookies', y zumos naturales, 'kombuchas', cervezas artesanas y cafés de especialidad.