Elaboración sencilla

¿Cómo puedes hacer palomitas en la sartén?

El método tradicional para hacerlas es la opción más económica y casera. Te enseñamos los trucos

Palomitas de maíz

Palomitas de maíz

Pedro G. Cuesta

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A la hora de ver una serie o película, nada mejor que tomar unos frutos secos o las consabidas palomitas. De hecho, también son el complemento perfecto para tomar unas cañas en una terraza una noche de verano o con un combinado o cóctel nocturno, para que el alcohol no caiga en el estómago vacío.

Es por ello por lo que tener un palomitero es algo muy útil. O las palomitas que se compran envasadas y listas para meter en el microondas, que quedan hechas en unos minutos.

Pero una opción más económica y casera es hacerlas por el método tradicional, con una sartén.

Tapa imprescindible

Lo primero que necesitas es el maíz en grano y una sartén con tapa. En la misma, echarás un chorrito de aceite, que puede ser de girasol o de oliva, dependiendo de cuál te guste más. También es posible echar margarina o mantequilla, en cuyo caso es posible que añadas sabor, pero también un exceso de grasa.

El truco está en no echar demasiado aceite o mantequilla y esperar a que se derrita, pero no se queme. Cuando esté caliente, conviene bajar el fuego y ponerlo a temperatura media y echar los granos de maíz, un puñado no muy grande: hay que recordar que el maíz se expande cuando se abre.

Se tapa la sartén (muy importante) y se mueve sobre el fuego en movimientos de adelante hacia atrás o circulares, depende de la muñeca. Conviene estar continuamente moviendo la sartén. En unos minutos oirás el típico "pop, pop, pop" del maíz abriéndose y chocando contra la tapa, que tienes que tener sobre la sartén, cubriendo todos los huecos para que el maíz no se escape cuando se abra.

Ruido

Cuando dejes de oír el ruido de los granos abriéndose y chocando contra la tapa, retira la sartén del fuego y tendrás un montón de ricas palomitas listas para salar y consumir.

Ten cuidado, porque puede acabar saltando algún grano despistado cuando abras la tapa por el calor concentrado.