Del mantel a los tribunales

El restaurante Amelia (dos estrellas Michelin) cobró 510 € por no cancelar una reserva y el juez le da la razón

El magistrado recuerda que la aceptación de la cláusula de penalización si el comensal no se presenta "era un requisito 'sine qua non' para efectuar la reserva" en el establecimiento donostiarra

Sala del restaurante Amelia.

Sala del restaurante Amelia.

Ana Burgueño (EFE) / Cata Mayor

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Una reserva para tres personas en un restaurante con dos estrellas Michelin puede salir muy caro si no te presentas el día acordado. 510 euros, ni más ni menos. Pero si un vuelo o un hotel se paga por adelantado, ¿por qué no puede ocurrir lo mismo con un restaurante? El chef Paulo Airaudo realiza esta comparación para defender su acción, que llegó a los tribunales. Allí, un juzgado de San Sebastián le ha dado razón.

El litigio se origina la noche del 16 de julio de 2021. Ese día, había una mesa reservada para tres comensales en este restaurante ubicado en el paseo de La Concha, que había conseguido su segunda estrella Michelin a finales de ese mismo año.

Al no aparecer los clientes, Airaudo cargó en la tarjeta de la persona que había hecho la reserva la cantidad estipulada en su política de cancelación, que había sido aceptada por el cliente cuando efectuó el trámite 'on line': 170 € por cabeza.

Tres cubiertos

Al día siguente, el cocinero habló con el cliente, que trató de que le reservaran una mesa para ese día porque había retrasado 24 horas su visita a la ciudad y con ello aplazado también su estancia en el Hotel Villa Favorita, en cuyo edificio se encuentra el restaurante, aunque las empresas son diferentes.

Esa persona había avisado al establecimiento hotelero, pero aseguró que se olvidó de hacerlo a su restaurante y que dio "por sentado" que desde el hotel avisarían.

El chef argentino, asentado desde hace un lustro en San Sebastián, le dijo que tanto para la cena de ese día como para la comida del 18 de julio, el local estaba completo, por lo que ofreció al cliente una mesa en Amelia para 15 días después, pero este rechazó la propuesta, explica Airaudo.

Requisito

El hombre le advirtió de que llevaría el asunto a los tribunales por haberle cargado ya en su tarjeta la suma de los tres cubiertos -170 euros cada uno- sin haber disfrutado del servicio. Semanas después le llegó el requerimiento del juzgado, el juicio se celebró en diciembre de 2022 y en marzo de este año se dictó la sentencia, un pronunciamiento firme que desestima "íntegramente" la demanda del cliente, notario de profesión.

'Petit four' de Darth Vader del restaurante Amelia.

'Petit four' de Darth Vader del restaurante Amelia. /

El titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Sebastián destaca que la aceptación de la cláusula de penalización para el supuesto de no presentarse el comensal en el restaurante "era un requisito 'sine qua non' para efectuar la reserva".

Allí se decía que se aceptaban anulaciones sin cargos hasta 72 horas antes y "que cualquier cancelación o modificación después de ese tiempo estaba sujeta a una tarifa de 170 euros por persona".

Cláusula sencilla

"Se trata además de una cláusula redactada de forma sencilla, de fácil comprensión y de significado unívoco (...) Supera en todo caso los controles de incorporación y transparencia, debiendo apreciarse además que el cliente tiene la profesión de notario", señala el juez.

Da por acreditado que en esa fecha el precio medio por cubierto en Amelia era de 287,77 euros, por lo que no cree desproporcionada la cuantía de la penalización.

Perjuicio económico

Afirma que la incomparecencia de esos tres clientes supuso "un perjuicio económico" para un negocio que "busca la excelencia y distinción tanto en la obtención de la materia prima (bogavante de Escocia o productos originarios del Japón –puso como ejemplos-), como en su elaboración y posterior presentación al comensal", apunta el juez, que cita las palabras de uno los responsables del restaurante que testificó.

"La gente tiene miedo a cobrar por su trabajo", subraya este cocinero, que en la capital guipuzcoana ha extendido su oferta gastronómica con otros negocios y que cuenta con restaurantes en Londres, Barcelona y Hong Kong.