Nutrición

La OCU desvela qué panes de molde del supermercado se salvan

El pan de molde es ligeramente más calórico debido a que contiene un poco más de azúcar y de grasa procedente del aceite de girasol que se le añade

El pan integral aporta más fibra en comparación con el blanco, que tiene más calorías

El pan integral aporta más fibra en comparación con el blanco, que tiene más calorías

Cata Mayor

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El pan es, sin lugar a dudas, uno de los alimentos más famosos de los hogares españoles. Su bajo precio, junto a una larga tradición, convierten a esta mezcla de harina, agua, sal y levadura en el producto top de la dieta mediterránea

Muy común en los desayunos, el pan de molde es uno de los alimentos ultraprocesados más consumidos.

La explicación es que, a diferencia del pan de toda la vida, se conserva en perfecto estado durante más tiempo, sobre todo, si se guarda en su envoltorio original. 

Como se especifica en su etiqueta, se debe almacenar en un lugar fresco, y esto no significa que haya que conservarlo en la nevera, sino alejado de las altas temperaturas. De no ser así, los almidones de la miga se cristalizarían y se vería comprometida su característica textura. 

Su valor energético (287 kcal/100 g) es similar al del pan común, aunque se eleva cuando lleva algún ingrediente añadido como frutos secos, leche o mantequilla. 

“En relación a su contenido lipídico, tiene mayor cantidad de grasa (4,5 g/100 g) y de calidad inferior que en el pan común, ya que durante su tratamiento industrial se produce la hidrogenación de los ácidos grasos insaturados, al igual que en la fabricación de otros alimentos (bollería, precocinados, etc.), transformándose en ácidos grasos trans”. Es por ello que deberíamos buscar panes de molde que entre sus ingredientes haya harina 100% integral (aunque hay marcas que mezclan integral y refinada) y la menor cantidad de azúcar.

En muchas casas se llama “pan bimbo” al pan de molde. Y es que Bimbo fue la primera marca de pan de sándwich en rebanadas, uniformes y cuadradas, de miga tierna y suave. Durante muchos años solo conocimos el pan de molde blanco. Hoy es posible encontrar otras variedades: blanco con y sin corteza, integral, con semillas y cereales, sin gluten, etc. Y de muchas marcas, avanza la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que ha analizado  34 productos de distintas marcas: 12 blancos con corteza, 12 integrales y 10 multicereales. 

La primera conclusión es el mayor aporte de fibra de los panes integrales y multicereales, que suele doblar el de los panes blancos, como consecuencia del uso de harina integral de grano completo como ingrediente principal (el porcentaje debe aparecer en el etiquetado) y la adición de salvado que hacen algunas marcas. Un dato que invita a priorizar este tipo de panes. Por cierto, aunque el pan multicereales el aporte de grasas es superior al resto, al tratarse de grasas poliinsaturadas que proceden de las semillas y cereales añadidos, se consideran saludables.

 La higiene es correcta en todos los productos. Lo mismo que la textura y el etiquetado, salvo en la Barra de cereales de Rustic Bakery, cuyas rebanadas son las menos tiernas de las analizadas, aunque también son las únicas que no incorporan aditivos; el resto tiene entre 2 y 10.

 En cuanto al precio, suele ser mayor en los panes que emplean harina de grano entero, es decir, integral y multicereal: 2,00 €/kg y 3,02 €/kg respectivamente, frente a los 1,62 €/kg del pan de molde blanco. Si bien hay excepciones, como las Compras Maestras de OCU: el pan integral La Cestera, de Lidl, que cuesta 1,09 €/kg; y el pan multicereal El Horno de Aldi, por 2,04 €/kg. Ambos destacan por su buena relación calidad precio y sus buenos resultados en degustación, aunque el segundo tiene una cierta tendencia al enranciamiento.

 Frente al pan de barra, el pan de molde es ligeramente más calórico debido a que contiene un poco más de azúcar y de grasa procedente del aceite de girasol que se le añade (algunos incorporan aceite de oliva). Pero esa diferencia apenas alcanza las 20 kcal/100g, o lo que es lo mismo, el 1% de la ingesta calórica diaria. Por el contrario, el pan de molde contiene un poco menos de sal, especialmente el pan de molde blanco; y aguanta más tiempo fresco.

 Por último, y de cara a una correcta conservación, OCU recomienda guardar el pan de molde en un sito fresco y seco, pero no en la nevera, pues el frío estropea su textura. De este modo puede consumirse incluso una vez superada su fecha de consumo preferente, que ronda los 15 días desde el momento de la compra, siempre que no haya mohos, en cuyo caso hay que desecharlo entero. Antes de que esto ocurra y si se prevé que no va a poder consumirse en los siguientes días, siempre puede congelarse.