Un menú divino

Así se come en el cónclave: 10 mandamientos gastronómicos para los cardenales

Esto es lo que les espera a los prelados en la mesa: comida italiana (sana), poquito alcohol, mesura con el dulce... en la reunión para elegir al próximo Papa

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Los cardenales, sentados a la mesa en la película 'Cónclave'.

Los cardenales, sentados a la mesa en la película 'Cónclave'. / 'Cónclave' (película)

Javier Sánchez

Javier Sánchez

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Hay una expresión, “comer como un cura”, que hace referencia a la creencia de que los sacerdotes se dan buenos homenajes en la mesa. Por lógica, si un cura se pone tibio, tenderíamos a pensar que un cardenal aún más: a mayor rango en la Iglesia, más viandas. Y por encima de los cardenales solo está el Papa…

Pero, ¿es así realmente? ¿Son los cardenales los auténticos ‘foodies’ de la Iglesia católica? Este 7 de mayo arranca el cónclave para elegir al nuevo Papa con 133 cardenales con derecho a voto que, hasta la fumata blanca vivirán, sin contacto con el mundo exterior, en la Casa Santa Marta del Vaticano, a todos los efectos un hotel con pensión completa.

Gracias a la información de la Santa Sede (y también al chisme, para qué vamos a engañarnos) sabemos cómo y qué se va a comer, 'grosso modo', en el Gran Hermano católico. Y por ello, hemos querido elaborar nuestros propios 10 mandamientos culinarios para que papables y no papables sepan a qué atenerse. Por si leyeran esto antes de entrar: ¡cardenales, escuchadnos! Esta es la palabra de Cata Mayor.

Te darás un homenaje antes de entrar

El primer mandamiento y el que con más gusto han acatado los cardenales. Uno de ellos, Mario Zenari, destinado en Siria, dio cuenta en los días previos de unas alcachofas a la romana en el restaurante La Taverna, próximo al Vaticano, según ha contado un arzobispo retirado que lo acompañó. Y en el barrio romano de Borgo Pío se han avistado purpurados dando cuenta de la legendaria pasta a la carbonara del restaurante Marcantonio o los helados de Latteria Giuliani. Hay que aprovechar, que el cónclave puede prolongarse.

Besarás las manos de las monjas (por la que cuenta que te trae)

En la Casa Santa Marta son las hermanas las que manejan el cotarro en el cocina, tal y como se refleja perfectamente en la película ‘Cónclave’. Por ello, más les vale a los cardenales llevarse bien con ellas: un gesto de complicidad puede suponer una cucharada extra o un filete menos quemado en un momento dado. Eso sí, según algunos medios cercanos al vaticano, en esta ocasión también va a haber chefs externos (¡y laicos!) que cuentan con la confianza del Vaticano echando un cable. ¿Alguien se imagina un cónclave en España con Albert Adrià o Dabiz Muñoz supervisando los menús?

Minestrone de calabacín, guisantes y berros.

Minestrone de calabacín, guisantes y berros. / Dan Jones

Honrarás la comida italiana

No podía ser de otro modo. La previsión es que desfilen por la mesa recetas de las regiones de Lazio -donde está enclavada Roma- y de Abbruzo -la más cercana- especialmente. No faltarán platos de 'spaghetti', sopa Minestrone o ‘arrosticini’ (brochetas de carne de cordero)… Eso sí, sin excesos: que nadie espere que le rallen media trufa o le depositen una cucharadita de caviar sobre la pasta.

Desterrarás la grasa

Pasta sí, por eso de que el cónclave viene a ser como el mundial de fútbol de la Iglesia católica y hacen falta hidratos. Grasa, ya no. En la previsión de comidas para los próximos días habrá mucha verdura cocida para favorecer la claridad de ideas y en línea con la austeridad que el Papa Francisco promulgó durante su papado. 

Desayunarás sota, caballo y rey

Sí, habíamos dicho que la Casa Santa Marta es un hotel, pero no uno de Benidorm en plena temporada. Por eso los desayunos van distar mucho de esos bufés libres de colores radioactivos. Sencillez para empezar el día con café, pan y mermelada.

La 'crostata' se reserva en el cónclave para algunos días especiales.

La 'crostata' se reserva en el cónclave para algunos días especiales. / Wikipedia

Rechazarás la tentación de los dulces

Otro palo para los golosos. Las comidas se rematarán con una pieza de fruta y poco más. Quedan para días señalados (quizá el domingo, si no se decide el nuevo Papa antes) postres pero sin excesos. Entre los que pueden entrar en la quiniela, el pudin o la ‘crostata’, esa tarta de masa quebrada rellena de mermelada y fruta.  

Beberás vino con moderación (pero no destilados)

Ah, la sangre de Cristo. Parece imposible que en cualquier evento de la Iglesia Católica pueda faltar el vino, pero en el cónclave estará ausente de las comidas y solo se ofrecerá bajo petición. Eso sí, a ver quien es el que se atreve a solicitar una copia de Chianti ante las miradas del resto… Lo que sí estará vetado sí o sí son los destilados; nada de sobremesas con copazo.

Los excesos con el mini bar en el cónclave se pagan (en todos los sentidos).

Los excesos con el mini bar en el cónclave se pagan (en todos los sentidos). / Wikipedia

No abusarás del mini bar

Si en el mandamiento anterior hablábamos del veto a los licores en público, hay que aclarar que en el mini bar de la habitación cada purpurado tiene las habituales botellitas. Eso sí, se cobran aparte y luego llega el susto. Como el que se ha llevado uno de los cardenales -cuyo nombre no ha trascendido.- que decidió antes de que empezara el conclave invitar a una cuchipanda en su habitación para luego llevarse las manos a la cabeza al ver la nota. 

Echarás mano de tus provisiones

Algo tiene el cónclave (o mucho) de campamento o convivencia. Por eso no sorprende que se haya revelado que muchos cardenales pasan los días antes por el supermercado para hacerse con galletas, frutos secos y demás ‘snacks’ para cuando aprieta el gusanillo. El picoteo no es pecado.

Esperarás como agua de mayo la ‘cena bianca’ (pero no te hagas ilusiones)

Cuando finalmente llegue la ‘fumata blanca’ que anuncia que hay nuevo Papa, llega también la ‘cena bianca’, que reúne al sumo pontífice de estreno con sus colegas. Sí, será un momento más relajado, que nadie piense en un banquete pantagruélico: la tradición marca que sea una celebración sencilla y sin lujos. Elegir Papa seguro que alimenta el espíritu pero no estamos seguros de que alimente también el cuerpo…