Posibilidades infinitas

Más allá de los aperitivos: cómo sacar partido a los ahumados en cocina

Los ahumados se han convertido en auténticos protagonistas de platos principales, guarniciones, salsas e incluso postres. Su versatilidad abre un abanico infinito de posibilidades en la cocina

Esto va de menús: uno 'ahumado', uno "botánico" y uno de mediodía

Una receta facilísima de mejillones ahumados

Productos ahumados de Rooftop Smokehouse.

Productos ahumados de Rooftop Smokehouse. / Manu Mitru

Laia Zieger

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Barcelona
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Cuando hablamos de ahumados, lo primero que nos viene a la cabeza son los aperitivos, y en especial, los de pescado. Pero son mucho más que eso. La lista de productos con el característico toque de humo es cada vez más extensa y variada. Hoy no solo encontramos una infinidad de pescados y embutidos, sino también sales, especias, quesos, mantequillas, salsas y hasta verduras. Así, los ahumados se han convertido en auténticos protagonistas de platos principales, guarniciones, salsas e incluso postres. En definitiva, su versatilidad abre un abanico infinito de posibilidades en la cocina.

Ahumados: una carta más amplia de lo que parece

Carlos Piernas, de la reconocida Carpier Ahumados, lo tiene claro: “Como son productos con mucha personalidad, bien usados y, sobre todo, de buena calidad, son perfectos hilos conductores de platos que se enfoquen a esencias ahumadas. Bien utilizados, los resultados son magníficos. Además, hay mucha variedad para jugar, como el bacalao Skrei, la vieira de Canadá, la anguila, la caballa, las patatas, el arroz, el aceite...”, enumera el experto.

Entrantes, platos principales y mucho más

Para empezar, en los entrantes, nada mejor que una ensalada aderezada con aceite ahumado o acompañada de patatas ahumadas. Pero no todo queda en los primeros platos. En las propuestas principales, los ahumados pueden elevar una receta clásica a otro nivel. Por ejemplo, añadir salmón ahumado a un 'risotto' de setas y parmesano aporta un equilibrio sorprendente entre lo cremoso y el toque intenso del pescado. Lo mismo ocurre con una paella a la que se añade sal ahumada, logrando una excentricidad deliciosa. En el caso de la pasta, la mantequilla ahumada en unos espaguetis o el queso ahumado en unos macarrones son opciones sencillas pero con un resultado rotundo.

Bocadillos y guarniciones: el toque justo

También hay margen para la creatividad en platos de carne y pescado. Rellenar un pollo con queso ahumado o coronar un bacalao al horno con pimentón ahumado convierte cualquier plato en una experiencia distinta. Y los quesos, claro, también tienen su protagonismo: desde una 'raclette' hasta una 'fondue', el toque ahumado intensifica los sabores.

En el apartado de bocadillos, Piernas destaca el potencial del salmón ahumado, que marida a la perfección con quesos frescos, encurtidos o incluso frutas de verano. En este sentido, el emblemático sándwich de pastrami de Rooftop Smokehouse, elaborado con mantequilla, carne de pastrami y queso cheddar, todo ahumado, es otro buen ejemplo de cómo el humo puede marcar la diferencia.

De hecho, esta famosa empresa de Barcelona aplica el humo en un sinfín de productos, desde 'coquelet' a caviar, anchoas, gildas y en potenciales guarniciones como sus patatas. Bien visto, porque en eso también vale este proceso. Las cremas y verduras con un toque ahumado son un acierto seguro, y en el terreno de los postres, algunas combinaciones pueden sorprender. Quesos ahumados en tartas saladas, helados de queso azul ahumado o el contraste de sal ahumada con chocolate son algunas de las propuestas más atrevidas.

Los 'coquelets' ahumados de Rooftop Smokehouse.

Los 'coquelets' ahumados de Rooftop Smokehouse. / Instagram

Los errores más comunes al cocinar con ahumados

Eso sí, hay que tener cuidado al utilizar estos productos. Según Piernas, uno de los errores más comunes es utilizar ahumados de baja calidad, creyendo que el simple toque ahumado basta para elevar el plato. Además, no hay que ocultar las cualidades del ahumado con guarniciones o aderezos que no sumen. Otro consejo: optar siempre por productos con un punto de sal controlado, lo que facilita su integración en la cocina sin resultar demasiado intensos tras la cocción.

Como última recomendación, el experto sugiere no olvidar los contrastes de temperatura: “Combinar una guarnición caliente con un ahumado frío permite que el humo resalte y florezcan más aromas en el plato”, concluye. Una técnica sencilla que puede hacer que el sabor del ahumado brille con todo su esplendor.