Cambio histórico
El lío de la alcachofa: la Green Queen se está comiendo la Prat ¿Cómo distinguirlas?
La nueva variedad, nacida en un laboratorio, más productiva pero con menor potencial gastronómico, se ha convertido en mayoritaria en menos de un lustro desde su llegada al Parc Agrari del Baix Llobregat
La alcachofa sufre el clima: menos producción, más plagas y aumento de precio
Multimedia | Guía de los alimentos de temporada: la alcachofa

La chef Susana Aragón lanza al aire una alcachofa Prat y una Green Queen. / Ferran Imedio


Ferran Imedio
Ferran ImedioPeriodista. Redactor del canal Cata Mayor
Periodista barcelonés apasionado por su trabajo que lleva casi tres décadas escribiendo en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, donde ha pasado por las secciones de El Día por Delante, Sociedad, Gran Barcelona, Deportes, Exit e Icult. Ha sido coordinador de las páginas de Motor, responsable de Gente y de las páginas de gastronomía Gourmet's.
El mundo de la alcachofa lleva algo revuelto en los últimos tiempos. Hace unos años, Sant Boi reclamó su protagonismo como mayor productor que es de la alcachofa Prat, una marca que estaba muy consolidada y era reconocida por los consumidores. Y se inventó la Flor d'hivern para vender las que nacían en su tierra. No tuvo mucho éxito la iniciativa y aquella 'polémica' parece haberse atenuado.
Cuando todo parecía tranquilo en el panorama alcachofero, hace cosa de un lustro apareció en los campos una nueva variedad nacida en un laboratorio y llamada Green Queen (en castellano, reina verde). En esos cinco años desde su llegada al Parc Agrari del Baix Llobregat, se ha convertido en la monarca de los cultivos y ya copa el 80% de las plantaciones de esta verdura. El 20% restante es la de siempre, la blanca de Tudela. En Benicarló, otra zona de producción de referencia, también está sucediendo algo similar.

Una alcachofa Prat (izquierda), con sus hojas más juntas y su característico hoyuelo, y una Green Queen, más puntiaguda. / Ferran Imedio
Ambas variedades se plantan en El Prat de Llobregat y, al no existir una Indicación Geográfica Protegida, se confunden. Y ahí viene el problema, porque no son lo mismo. La alcachofa Prat, la de toda la vida, la que lleva aquí desde principios del siglo XX, la que se planta a partir de esquejes que se traen de Navarra, tiene una calidad gastronómica muy superior.
Semillas y hormonas
Pero la recién llegada, conocida como híbrida, que llega en forma de semillas y hormonas que se administran durante el cultivo para que den un estirón en el momento adecuado, ha conquistado a los agricultores por las facilidades que les brinda a la hora de trabajar, a pesar de que sus prestaciones culinarias son peores... y su precio es algo más reducido.
"Y eso es lo que da rabia. Que el prestigio conseguido a lo largo de tanto tiempo con la Prat esté en riesgo de echarse a perder. Y que se cargue el patrimonio agrícola de la zona", comenta la chef Susana Aragón, una de las que más alcachofas ha cocinado en su vida (cuatro toneladas al año en el desaparecido Cèntric, en El Prat).
Las diferencias
Pero, ¿cómo distinguir una de otra antes de metérsela en la boca? Aragón admite que puede costar lo suyo identificarlas, pero la alcachofa Prat es más redonda, luce un pequeño hoyuelo en la parte superior, se muestran más firmes al apretarlas con la mano y las hojas están pegaditas unas a otras.
La Green Queen, por su parte, es en comparación, algo más puntiaguda, espigada, es más blanda si la presionas, cuesta horrores arrancarle las hojas, en la parte del tallo, que es más largo (y por tanto, hay más merma), hay a menudo tonalidades lilas que llegan incluso a aparecer en el corazón y es menos brillante que la Prat.

Hojas lilas en el corazón de una alcachofa Green Queen. / Ferran Imedio
En la boca, nada que ver. Si la de toda la vida es melosa, suave, con matices dulces y salados, y derrocha 'umami', la 'invasora' es fibrosa y menos sabrosa. "Es como una Coca-Cola y un refresco de cola de marca blanca. Y aunque la gente se está comenzando a dar cuenta de que no son lo mismo, y en los mercados ya piden 'la buena', deberían diferenciarse mejor para que sepamos lo que estamos comprando", reivindica Aragón.
Confusión por un mínimo matiz lingüístico
Porque la confusión está a la orden del día. Una Green Queen cultivada en El Prat no es una alcachofa Prat, pero sí es una alcachofa de El Prat. Debido a ese mínimo matiz lingüístico, no resulta tan raro que la chef reciba llamadas de cocineros amigos extrañados por la baja calidad de las alcachofas que llegan a sus cocinas. Le preguntan si la cosecha ha sido mala, pero no: es que tienen en sus manos la Green Queen. "¡Ahora incluso en las venden como Green Queen Prat!", exclama indignada.
Es evidente el embrollo y la falta de pedagogía. Mientras tanto, los agricultores siguen apostando por la variedad de laboratorio. "Trabajar con la de siempre ya es por romanticismo -admite el agricultor Jaume Juscafresa-. Porque no sale a cuenta. Muchos colegas decían que nunca se pasarían a la nueva, y al final lo han hecho".
Más fácil de cuidar
Las razones prácticas y económicas han decantado la balanza a favor de la Green Queen, relata este payés: "La alcachofa necesita frío y con el cambio climático hay muchas más noches tropicales y la planta se pudre. En cambio la nueva vive mientras tenga agua, crece más rápido, da muchos kilos y es más fácil de cuidar".

Las plantas de las alcachofas Green Queen alcanzan una altura la planta alcanza una altura considerable que hace más sencilla su recogida. / Ferran Imedio
Además, la planta alcanza una altura considerable que hace más sencilla su recogida. Y en los supermercados la prefieren también porque aguanta más tiempo una vez recolectada.
Todo parece en contra de la alcachofa Prat, que tiene a su favor un sabor y una textura muy por encima de la recién llegada. "La diferencia es brutal. Cuando voy a venderlas por los mercados de toda Catalunya, la gente se lleva todas las Prat mientras que las otras me las tiran por la cabeza. No intentes hacerlas a la brasa porque no encontrarás ni una hoja. Es que ni los caracoles se ponen sobre ellas", bromea.
En el Gastrofest que se celebrará en el Poble Espanyol el 8 y 9 de marzo y que está consagrado a la cocina con producto de kilómetro cero (habrá una gran 'calçotada' y 22 platillos elaborados con ingredientes de las principales denominaciones de origen protegida e indicaciones geográficas protegidas catalanas), solo se podrá comer la Prat. Una buena manera de reivindicarla.
Las iniciativas del Parc Agrari del Baix Llobregat
En el Parc Agrari del Baix Llobregat se está intentando salvar la alcachofa Prat con varias iniciativas, algunas de las cuales cuentan con la colaboración del Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA) y del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentaris (IRTA): higienizar los esquejes para que crezcan bien, ya que muchos están afectados por plagas invisibles que solo se manifiestan cuando la planta está en pleno crecimiento; analizar los suelos; estudiar las plagas; crear viveros con la variedad blanca de Tudela ("es complicado porque necesitan mucho espacio") y replantar la planta en la huerta cuando toque ("un proceso muy laborioso", afirman...)...
Con casi todo en su contra, su salvación parece depender de lo informados que estén los consumidores para que estos sean capaces, cuando quieran comprar un buen ejemplar, de distinguirlas y pedir una alcachofa Prat. La que tantos reivindican como la auténtica reina verde.
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