Consejo culinario
Cómo saber si un huevo está malo: truco infalible para saber si es apto para consumo
Así puedes freír un huevo sin que te salte el aceite
El huevo es uno de los alimentos más consumidos en todas las dietas. Esto es debido a su delicioso sabor, su múltiples propiedades y las variadas formas que hay de cocinarlo: tortilla, revueltos, cocidos o fritos; de cualquiera de las maneras puede ser un auténtico plato de alta cocina. Además, combina con casi cualquier ingrediente: patatas, jamón, setas... Y frito es uno de los platos más exquisitos que existen, sobre todo si se sigue la receta del chef con 7 estrellas Michelin Gordon Ramsay para hacer el huevo frito perfecto.
No solo eso: del huevo también interesan sus sanas propiedades nutricionales. Según el Instituto del Huevo, cada unidad aporta nada más y nada menos que 6 gramos de proteína, 14 nutrientes esenciales, vitaminas A, B, D y E, calcio y selenio. Y es bueno para el cerebro, el corazón e incluso va bien para la vista.
Antiguamente se creía que no era sano comer huevo todos los días. El motivo que alegaban los defensores de esta teoría es que "aumentaba los niveles de colesterol malo". No obstante, la investigación de 'The American Journal of Medicine' ha de mostrado que comer un huevo al día tiene muchas propiedades positivas para la salud.
¿Está caducado?
Sin embargo, puede pasar tiempo desde la adquisición de los mismos y, aunque la fecha de caducidad debe ir impresa en cada unidad, además de en la caja, a veces no se ve bien. Entonces, hay que observar si tiene fisuras, grietas o algún tipo de defecto externo en la cáscara.
Pero puede que a simple vista presente un buen aspecto y, sin embargo, no sea apto para el consumo. Entonces, hay un truco infalible: meterlo en un vaso lleno de agua. Si el huevo flota y no se hunde significa que está caducado y no es apto para el consumo.
La explicación es que, a medida que el huevo pierde la frescura, la cáscara se vuelve más porosa, creando una especie de envoltorio que lo hace flotar. De la misma manera, se podría decir que el indicador del estado del huevo es a cuanta profundidad se encuentra.
Sin embargo, si decides romperlo y no acabas de confiar en que sea apto para el consumo, puedes guiarte por el olor, el color de la yema o el estado de la clara.
Si la yema tiene un color apagado, se desprende del centro de la clara o se rompe, quiere decir que el huevo está malo. Además, está la clara, que debe ser brillante y gelatinosa. Si tiene pequeñas manchitas o elementos extraños, lo más recomendable sería no comérselo.
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