7 tartas de queso para morirse de gusto

Álex Cordobés (Madrid)

Autodidacta, comenzó a preparar tartas de queso en casa y a aceptar encargos por Instagram. Fue tal la fiebre que hasta los jugadores del Real Madrid comenzaron a pedírselas. Ahora, desde su local en el centro comercial Burgocentro de Las Rozas, sirve a toda España sus prodigiosos pasteles, con el interior siempre al borde del desparrame. Prepara tartas tradicionales, con una base de galleta con mantequilla, pero también de queso con chocolate blanco o con chocolate negro. El precio es de 28,60 € la mediana y 39, 60 la grande.

La Viña (San Sebastián)

La tarta de queso del restaurante La Viña (31 de agosto, 3, San Sebastián) lleva elaborándose desde los años 90 pero en los últimos tiempos es cuando se ha convertido en un mito. Su estilo, que prescinde de base alguna y lo fía todo a su textura 'cremosísima' y su tostado superior, ha rendido incluso a 'The New York Times', que eligió el 'basque burnt cheesecake' como uno de los sabores que había que probar sí o sí en 2021. Es el modelo que todos quieren imitar: no hay más que teclear "tarta La Viña" en Google y ver todas las recetas que tratan de emularla. La tarta puede tomarse en el restaurante pero también se sirve para llevar: su precio es de 45 € o 25, si solo queremos la mitad.

La tarta de la madre de Cris (Granada)

La primera vez que caté esta tarta fue tras un atracón de tapas -y cañas- en Granada. Me supo a gloria pero al día siguiente la quise probar de nuevo, ya con la cabeza un poco más fría... El segundo trozo me confirmó lo que sospechaba: que la tarta de la madre de Cris (Pescadería, 7, Granada) era pura ambrosía cuajada en el horno. Por si alguien lo dudaba, efectivamente, la hacedora de la receta original es Pilar Molina, la madre de Cris, Cristina Orta, que decidió poner en marcha el negocio para que todo el mundo probara la receta inigualable de su progenitora. La envía a toda España en tres tamaños, de los 800 gramos al kilo y medio y los precios oscilan entre los 17 y los 27 €.

Kava (Marbella)

En 2019 se celebraba el último Madrid Fusión prepandémico con concurso de mejor tarta de queso incluido. La ganadora fue la del restaurante Kava (avenida Antonio Belón, 4, Marbella). Su chef, Fernando Alcalá, presentó una versión con una alianza de queso Philadelphia y Flor de Guía canario, huevos ecológicos y nata cremosa. Una tarta 1.0 que ha ido mutando en versiones posteriores a base de queso azul, mantequilla, 'labneh' y nata... todo de oveja. Una tarta de queso en evolución perpetua. Puede probarse como postre en sus dos menús degustación (55 y 85 €).

Madreamiga (Madrid)

Hay momentos en los que uno quiere una tarta de queso para él solo. O para él y un amigo (bueno, el amigo ya sabéis quién es...). Para satisfacer a todos aquellos reacios a compartir según que placeres, Madreamiga, el obrador de las maravillas madrileño, tiene una versión individual de la tarta de queso impecable. ¿Su secreto? El queso crema gallego que emplean y la buena mano, como siempre, de Begoña San Pedro. El precio es un regalo: solo 5,50 € la tartita, aunque en este caso toca pasarse a por ella (cuentan con varias direcciones en Madrid) porque no la envían a domicilio. 'Spoiler': el paseo merece la pena.

Essentia (Cuenca)

Con la moda de las tartas de queso, también han proliferado los concursos. Más allá de distinciones, lo que es innegable es que algunas de las ganadoras en los diferentes certámenes, como la del restaurante Essentia (Tarancón, Ciudad Real) están a un grandísimo nivel. Elaborada con un queso local, el cocinero Toño Navarro asegura que llevaba años perfeccionándola hasta que decidió incorporarla a la carta. Con un sabor potente y una textura fluida, es el postre perfecto para aquellos que huyen el dulce excesivo. Su precio es de 6,95 €.

Estimar (Barcelona y Madrid)

En el restaurante de Rafa Zafra y Anna Gotanegra (Sant Antoni del Sombrerers, 3, de Barcelona, y Marqués de Cubas, 18, de Madrid) no hay mejor colofón al festival de pescado y marisco que su celebérrima tarta de queso. Tras un menú en el que no deben faltar las anchoas del Cantábrico, las gambas rojas de Roses o la raya en adobo sanluqueño, es una gozada probar una tarta como la que se sirve aquí, siempre acompañada de un tarro de mermelada de fresas casera, para que cada comensal se la prepare a su gusto. También se puede encontrar en el recientemente abierto Mar Mía (plaza de Isabel II, Madrid), a un precio de 14 €.