Sabores auténticos

Girona, el valle del Llémena y Olot, tres paradas 'gourmet'

Un hotel con sabor a chocolate y otro vegetariano, pícnics en el bosque con flores y plantas silvestres, platos volcánicos... Te proponemos esta ruta 'gastro' diferente

La azotea de Casa Cacao, donde tomar un 'brunch', unas tapas o unas copas con vistas al Barri Vell de Girona.

La azotea de Casa Cacao, donde tomar un 'brunch', unas tapas o unas copas con vistas al Barri Vell de Girona.

Ferran Imedio

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No hace falta irse muy lejos para disfrutar de una escapada de lo más sabrosa. Una buena ruta en este sentido es la que te proponemos ahora: salir de Girona e ir subiendo por el valle del Llémena hasta Olot. En cada parada podrás darle placer al paladar en estos restaurantes y hoteles.

'Brunch', ‘tour’ chocolatero y noche en Casa Cacao (Girona)

Cuando se elabora una lista de lugares donde comer muy bien en Girona, lo fácil es recomendar El Celler de Can Roca. Pero es caro y exclusivo y cuesta conseguir mesa. En cambio, los hermanos Roca tienen otras propuestas más económicas que te harán disfrutar a niveles estratosféricos. Una de ellas es Casa Cacao, que es tienda (o mejor dicho, 'joyería' de chocolates y bombones) y hotel 'boutique' en cuya una azotea con vistas a la ciudad puedes pedir un desayuno de 'forquilla', comer un 'brunch', tapear o tomar una copa o un cóctel. Y en cuyos bajos el experto Damian Allsop elabora el chocolate y te cuenta, a través de un 'tour' por sus instalaciones, cómo convierte las habas de cacao en las tentaciones que venden en la tienda y sirven en la azotea. Por si fuera poco, justo al lado está Bar Cacao, un espacio donde poder degustar todas las elaboraciones que hacen con el chocolate de suobrador: bebidas frías y calientes, bombones, pastelería...

Canelón de pularda del 'brunch' de Casa Cacao (Girona).

Canelón de pularda del 'brunch' de Casa Cacao (Girona). / Ferran Imedio

Por partes. El 'brunch', preparado por chefs formados en El Celler, cuesta 45 € con copa de cava y de vino, e incluye cinco platos (tabla de quesos, jamón ibérico, un paté casero con pistachos para volverse loco, un canelón de pularda que opta a ser el mejor del siglo XXI…), un yogur, unas frutas de temporada, una torre de dulces de chocolate (ese 'xuixo' relleno…), y unas vistas inigualables del río Onyar, la catedral, la muralla romana y, en definitiva, todo el Barri Vell. Es más una experiencia que una comida.

El hotel, con habitaciones a partir de 230 €, es cuco como él solo. Se nota la elegante y cálida mano de Anna Payet, mujer de Joan Roca, que está al frente de este proyecto, en la elección de cada detalle, desde las maderas naturales hasta los muebles hechos a medida para que te sientas como en casa.

El maestro chocolatero Damian Allsop, durante el 'tour' que hace por las instalaciones de Casa Cacao.

El maestro chocolatero Damian Allsop, durante el 'tour' que hace por las instalaciones de Casa Cacao. / Ferran Imedio

Y el ‘chocotour’ en la fábrica de chocolate es didáctico a más no poder. Son 40 minutos en los que descubrirás, de la mano de los expertos Damian Allsop y Valeria Naumova, que tenías un cacao mental que tenías sobre el chocolate. Por suerte, la cata del final te lo aclara todo (18 €).

Casa Cacao. Plaza de Catalunya, 23 (Girona). Teléfono: 972 90 59 05.


Gamba y angulas vegetales (son setas de cultivo), con jugo de pollo asado del restaurante Dvnum (Girona).

Gamba y angulas vegetales (son setas de cultivo), con jugo de pollo asado del restaurante Dvnum (Girona). / Ferran Imedio

Dvnum, un carro de quesos único en Girona

Girona es una capital gastronomica por restaurantes como Dvnum, un elegantísimo establecimiento en el Barri Vell que propone una delicada y cuidada cocina de autor a partir de productos de territorio que se adorna con unos vinos gerundenses (y de otras latitudes) muy bien seleccionados y maridados por la sumiller y copropietaria de la casa, Laura Tejero. Más preciso es el término ‘cocina de autores’, ya que en los fogones deslumbran el atrevimiento y la ejecución de dos veinteañeros, Arnau Casadevall (estuvo en Bo.tic y el restaurante Camiral del PGA Golf) e Isidre Soler (hijo del chef homónimo del barcelonés Tram-Tram).

Carro de quesos del restaurante Dvnum (Girona).

Carro de quesos del restaurante Dvnum (Girona). / Ferran Imedio

No solo cocinan de maravilla; también se lucen en la sala terminando los platos ante la clientela. Un buen ejemplo del eficiente servicio en sala que dirige Joan Morillo, el otro dueño del negocio que empezó hace 20 años como bar de vinos y quesos. Por eso tiene un carro de quesos único en la ciudad. Sin duda, el sol Repsol es más que merecido. Su menú degustación, con platazos como el cacahuete de 'foie gras', el falso chocolate de 'calçot' con romesco, el apionabo al horno con huevas de trucha y salsa 'meunière', y los guisantes lágrima a la brasa, con 'wasabi' fresco, espuma de tuétano y salsa de curri verde, cuesta 100 euros (60 más con un maridaje sobresaliente). El menú corto, 60 sin bebida. A la carta, unos 80.

Dvnum. Albereda, 7 (Girona). Teléfono: 872 08 02 18.


Fajitas de queso con verduras del huerto y salsa de anacardos, uno de los platos de la carta de la cena de Can Buch, un hotel y restaurante en el valle del Llémena.

Fajitas de queso con verduras del huerto y salsa de anacardos, uno de los platos de la carta de la cena de Can Buch, un hotel y restaurante en el valle del Llémena. / Ferran Imedio

Can Buch, un hotel vegetariano en el valle del Llémena

Vegetarianos y veganos también pueden gozar de lo lindo en una escapada a la provincia de Girona. Un rincón más que recomendable es Can Buch, en el valle del Llémena, una zona relativamente inexplorada turísticamente, entre el Gironès y la Garrotxa. A esta masía reconstruida con piedra, barro y madera bajo estrictos criterios de bioconstrucción que usa energía renovable y tiene siete habitaciones se llega a través de una pista forestal. Vale la pena perderse hasta allí para descansar y probar sus platos elaborados con productos ecológicos de proximidad.

La mitad de su oferta gastronómica está libre de carnes y productos de origen animal. La otra mitad se elabora con huevos de sus gallinas, pollos de su corral y corderos de su granja. En todos los casos, sirven platos bien presentados y bien ejecutados en los que no faltan alguna que otra flor o planta silvestre del entorno que pueden acompañarse de cervezas hechas por ellos mismos.

Los desayunos son de bufet (mermeladas propias, yogures de coco veganos, quesos de la zona, zumos ‘detox’…) y un plato de ‘forquilla’ (tortilla, huevos revueltos…) y cuestan 14 €. Al mediodía sirven una divertida cesta de pícnic que puedes consumir en el restaurante o llevártela de paseo (14 €) y por las noches hay menú (26 €) con un entrante, un primero, un segundo y un postre, con pan y agua. Abre de miércoles a domingo de octubre a mayo, y cada día de junio a septiembre.

Can Buch. Can Buch, s/n (Sant Aniol de Finestres). Teléfono: 608 88 84 80.


Pícnic campestre a base de flores y plantas silvestres de Aromes al bosc.

Pícnic campestre a base de flores y plantas silvestres de Aromes al bosc. / Ferran Imedio

Baño (y comida) de bosque

Una excursión entre árboles puede acabar en un curioso y revelador pícnic a base de flores y plantas silvestres. Es lo que propone Anaïs de Villasante en sus baños de bosque. Te pide que desconectes el móvil durante dos o tres de horas para te conectes con la naturaleza y descubras y saborees la vegetación que te rodea.

Después de caminar y meditar en solitario entre el verde, te sientas alrededor de un mantelito con minitapas elaboradas con pimpinela (¡sabe a pepino!), borraja, ortigas... y rematas los bocados con una infusión, por ejemplo, de violetas que has ido recolectando durante la excursión. Si quieres más, puedes ir a con ella a donde os vaya bien a cocinar lo que has recolectado y preparar una cenita mientras recitas eso de ‘verde que te quiero verde’.

Aromes al bosc. Teléfono: 627 775 862.


Tostadita de pan de 'farro' con yogur de La Fageda, mermelada de pimiento rojo y caramelo de piñones del restaurante Ca la Matilde, miembro del colectivo Cuina Volcànica.

Tostadita de pan de 'farro' con yogur de La Fageda, mermelada de pimiento rojo y caramelo de piñones del restaurante Ca la Matilde, miembro del colectivo Cuina Volcànica. /

Así sabe la cocina volcánica de Olot

Mucho se habla de cocina volcánica y una visita a Olot permite probarla de primera mano, sea en restaurantes con estrellas Michelin como Les Cols, que tiene dos, como en los ocho establecimientos de la zona adheridos al colectivo Cuina Volcànica, que trabajan platos con productos de estas tierras tan fértiles como el 'fesol' (judía) de Santa Pau, el 'farro' (harina de maíz blanco cultivado en la zona), la patata de la Vall d'en Bas, el queso 'serrat d'ovella', el 'nap negre' (nabo de piel negra), el 'piumoc' (embutido seco de costilla de cerdo)... Los restaurantes son La Deu, La Quinta Justa y La Moixina (los tres, en Olot), Sant Miquel (Sant Esteve d'en Bas), Restaurant Hostal dels Ossos (Batet de la Serra), Ca La Matilde (Sant Feliu de Pallerols), L'Hostalet (Hostalets d'en Bas), Can Xel (Santa Pau).

Antes o después de un ágape volcánico se puede visitar el Montsacopa, uno de los volcanes de Olot que hace 75.000-100.000 años tuvo su última erupción (aún así se considera la comarca de La Garrotxa una zona activa porque la última erupción es de hace 11.000 años del Croscat). Es un volcán urbano al lado de las casas y donde la gente sale a correr o a pasear el perro. Junto al cráter, que ahora es un prado, está la capilla de Sant Francesc y un bar-restaurante con una sala acristalada y una terraza con vistas sobre la ciudad.

La Garrinada, Bisaroques, Montolivet son los cuatro principales pero se sospecha que Olot está urbanizado sobre muchos más volcanes. Un ejemplo es que el Espai Cràter (centro de referencia en volcanes más importante de España gracias a sus didácticos y amenos contenidos audiovisuales e interactivos y recién abierto) al lado del Montsacopa, se construyó sobre otro volcán descubierto en 2015, el Puig del Roser.

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