Innovación medioambiental
El futuro pasa por cultivar en casa nuestros propios alimentos
La tecnología ya permite producir vegetales a pequeña escala y de manera sostenible y local, como una respuesta al cambio climático
Huertos en las azoteas monitorizados con sensores, impresoras 3D o invernaderos verticales dentro del hogar podrían convertirse en habituales
Estos proyectos ya son una realidad y han surgido o cuentan con la colaboración del Fab Lab Barcelona, que acaba de convocar el programa de aceleración Food Tech 3.0
Cuando pensamos en el futuro, también a nivel de alimentación, podemos hacerlo de dos maneras: una pesimista y otra optimista. Y como ya vamos sobrados de malas noticias, mejor optar por una vez por la segunda. En unas décadas, consciente de la necesidad de combatir la emergencia climática, la humanidad habrá desarrollado gracias a la innovación y la tecnología toda una serie de sistemas para producir alimentos a pequeña escala, incluso desde casa, de manera sostenible, sencilla y saludable.
Por ejemplo, los edificios dispondrán de huertos urbanos en el terrado monitorizados por robots y sensores ambientales o las familias cultivarán sus propios vegetales en granjas verticales dentro de su hogar, incluso sin necesidad de tierra y con un ahorro significativo de agua. Y las impresoras 3D permitirán cocinar con, por ejemplo, puré de patatas. ¿Suena a ciencia ficción? Pues la realidad es que todos estos sistemas ya existen y, además, han contado con el apoyo en algunas de sus fases del Fab Lab Barcelona del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC). Para que el futuro siga sin detenerse, ha convocado el programa Food Tech 3.0, que tiene como objetivo acelerar proyectos innovadores en el campo de la tecnología alimentaria.
Solución a los retos del planeta
La iniciativa enmarcada en el programa europeo FoodSHIFT 2030 parte, no obstante, de una premisa que va mucho más allá de la tecnología en sí misma. Y es que cualquier idea debe ser parte de la solución a los retos que plantea el sistema alimentario actual, marcado fuertemente por la necesidad de reducir el calentamiento global. Por eso, el programa mezcla tanto aspectos tradicionales de cualquier plataforma de aceleración (tecnología, negocio e inversión) con conceptos claves para un futuro sostenible, como el diseño basado en las comunidades, la tecnología inclusiva, el respeto medioambiental y el código libre.
El plazo de recepción de propuestas se terminó el miércoles 10 de febrero y, tras la selección de participantes, Food Tech 3.0 comenzará en marzo y se alargará durante 11 meses. “Los proyectos seleccionados para el programa de aceleración estarán abiertos a crear tecnología que esté basada en la comunidad e impulsada por la ciudadanía; que sea holísticamente sostenible; y cuyo diseño sea abierto, equitativo y ecosistémico”, remarcan desde el Fab Lab Barcelona.
Están abiertos a todos tipo de proyectos por parte de productores, elaboradores, cocineros, restaurantes y expertos en reciclaje o reutilización, y el objetivo del programa será en todo momento “madurar las iniciativas en su contexto local y comenzar a escalarlas, combinarlas y multiplicarlas”.
Proyectos ya en marcha
¿Suena demasiado complicado? Para bajar todos estos conceptos a la tierra, nada mejor que repasar algunos proyectos innovadores que ya están en marcha en Barcelona y que combinan siempre el enfoque social y medioambiental con el uso de la tecnología. Por ejemplo, Aquapioneers ha diseñado un ‘kit’ para cultivar diversas plantas aromáticas, rúcula o fresas en casa mediante el uso de la acuaponía, una técnica que consiste en substituir la tierra por una pecera con peces (que aportan los nutrientes) y un sistema informático que controla la luz, la temperatura, el PH…
A su vez, Huertos in the sky está llevando a cabo un proyecto para instalar huertos urbanos en las azoteas y aplicar un modelo circular y en Abono KM0 proponen reciclar los restos orgánicos y el papel que se genera en casa en unos puntos de compostaje instalados en la ciudad –dotados de la biotecnología del vermicompostaje– y recibir a cambio fertilizante.
A nivel europeo, con participación del Fab Lab Barcelona, ya se están desarrollando robots para aumentar la eficacia de las microgranjas ecológicas o invernaderos aeropónicos verticales que no utilizan tierra sino un ‘humo’ con los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de los cultivos. El futuro de la alimentación ya está aquí, solo hace falta aplicarlo.
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