¿quién dijo croqueta?

Gula Bar: qué tapas tan canallas

Este pequeño restaurante sirve platillos que rebosan creatividad, diversión y sabor en un local garajero

Gula Bar

Gula Bar / LENKA SELINGER

Ferran Imedio

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Hay vida más allá de la croqueta. Porque no todo han de ser bravas, ensaladillas rusas y demás. En Gula Bar (calle del doctor Rizal, 20) dan una vuelta de tuerca a las tapas por excelencia ofreciendo un catálogo canalla, cañero y divertido en el que se mezclan sabores y conceptos de todos los rincones del mundo. "En realidad, hacemos lo que nos da la gana", resume el jefe de cocina, Martín Marchese, huyendo de las etiquetas como de la peste.

Porque si algo pretende con esta nueva apuesta gastronómica, que llega acompañada de una carta de vinos alternativos, muchos de ellos naturales, es desvincularse de otros proyectos que ya tiene en marcha con sus socios, como el vecino Santa Gula (cocina de mercado) y, en Sant Cugat, La Burguesería, Garden Pizza y Can Gula.

Para empezar, la estética del local ya anuncia que estás en un sitio diferente. No es muy grande, pero sí muy garajero, con la cocina a la vista en el centro. Se puede comer en cualquiera de las mesas altas y bajas que la rodean o en la barra, frente a los cocineros. 

LUCES DE NEÓN

Luces de neón y ambiente movido para tapas movidas: lata de mejillones con escabeche de yuzu; falsa crema catalana (sin leche ni huevos pero con un sabor que la recuerda pese a llevar maíz, 'foie' curado, avellanas tostadas y piel de naranja);mollete de calamar a la andaluza con salsa 'sriracha', coco y menta picada; tartar de langostino al ajillo con un huevo a baja temperatura rebozado con panko; taco de costilla de cerdo confitada y pasada por la brasa con salsa barbacoa y frijoles negros...

¿De verdad quieres una croqueta?