Testimonios ciudadanos
Bajos al borde de la inundación por las lluvias en Castelldefels: “Hemos puesto plastilina para evitar que entre agua"
Los comercios explican a EL PERIÓDICO cómo han lidiado con las lluvias torrenciales que han anegado las calles de la ciudad del Baix Llobregat
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El paso subterráneo de la Calle Joanot Martorell de Castelldefels, completamente anegado. / Pau Lizana
Muchos vecinos de Castelldefels se han levantado este lunes de la cama con el pie izquierdo. Si no los había despertado la incesante e impactante tronada que ha azotado este municipio del Baix Llobregat, lo ha hecho el estridente sonido del aviso que Protección Civil ha enviado a todos los móviles de la comarca a las 08:30 h.
La tromba de agua, que ha dejado en la ciudad 126 litros de lluvia en poco más de hora y media, ha anegado, como es habitual en estas ocasiones, varios pasos subterráneos que conectan el centro del municipio con los barrios de la playa. La tormenta también ha bloqueado la C-32 a la altura del municipio.
Además, la zona de la estación y varias calles aledañas a la Avenida Constitució, la C-245 en su paso por Castelldefels, también se han visto sorprendidas cuando el agua de la lluvia y del alcantarillado ha ascendido varios centímetros y ha llegado a entrar en algunos comercios de esta céntrica zona de la ciudad.
Uno de ellos es la Farmàcia de l’Estació, donde hacia las 12 del mediodía han abierto las puertas al público tras estar limpiando la entrada de la tienda, donde el agua ha llegado a entrar, aunque no tanto como otras veces. May, una de las dependientas de la tienda, ya estaba en el establecimiento cuando ha visto el agua subir.
“Hemos puesto toallas y lo que hemos podido y el agua no ha llegado hasta el almacén [en el otro extremo de la tienda], como ya ha pasado antes”, afirmaba. “El agua me ha cogido alguna vez dentro del almacén y si la luz se va, como pasa normalmente, pasas miedo”, explica May.

La charcutería Anaïs, en Castelldefels, una de las afectadas por las lluvias torrenciales. / Pau Lizana
Esta zona de la Avenida Constitució es susceptible a inundaciones en estos episodios no solo por la intensidad de la lluvia, sino también porque se encuentra en una de las zonas más bajas del centro de la ciudad y allí llega toda el agua de otros barrios del municipio, donde existe un fuerte desnivel.
Tanto la reforma finalizada hace tres años de esta calle como la reciente y polémica remodelación de la Avinguda de la Pineda, a unos 100 metros de la estación, tenían como uno de sus objetivos evitar inundaciones importantes. Para Mariela, una de las compañeras de May en la farmacia, las obras no han sido suficiente. “Diría que los desagües funcionan más rápido, pero ya hemos visto que no lo suficiente. Hay que hacer algo más”, explica.
"Es vergonzoso"
Las farmacéuticas sí que agradecen el aviso de Protecció Civil, ya que aseguran que les ha permitido estar más pendientes a la lluvia y reaccionar más rápido. Menos contenta con la gestión de este aviso estaban las empleadas de la Carnicería Anaïs, en la Calle del Doctor Trueta, muy cerca también de la estación. “Con todo lo que ha pasado, que envíen el aviso 20 minutos antes de que caiga la tormenta es vergonzoso”, denuncia, visiblemente enfadada, Ana María, la dueña de la tienda. De hecho, cuando el aviso ha sonado en Castelldefels ya hacía varias horas que llovía, aunque no con demasiada intensidad.
“Hemos venido corriendo y hemos puesto plastilina para evitar que entrara agua”, explica Isabel Quirante, la madre de la dueña, ya jubilada, pero que ha venido hasta el comercio que regentó durante 30 años a ayudar a su hija. “Por suerte el agua solo ha entrado dos palmos, y porque un coche que ha pasado a toda velocidad y nos ha salpicado, si no todavía hubiera sido menos importante”, asegura Isabel, que ha quitado cierta importancia al asunto-
“La tienda lleva abierta 36 años, y no es ni la primera, ni la segunda vez que pasa algo así”, explica Ana María, que añade que la reforma de la calle ha logrado suavizar algo la situación. “Pero si la tormenta cae de noche, esto hubiera sido un desastre, qué vergüenza”, vuelve a denunciar, “pensaba que habría dos metros de agua cuando llegara a mi tienda”.
Tampoco ha ayudado demasiado el aviso de Protección Civil a Nuria, de la Librería Canillo, que se ha librado del agua por el doble escalón que tienen en la entrada de su local de la Avenida Constitució. Aun así, “el contador de la luz se moja y en el almacén tenemos goteras”, pero no lamentan daños materiales y aseguran que intentarán mantener la normalidad. “Ahora montaré el escaparate, pero dejaré el primer escalón libre”, afirma, porque “algunos radares dan lluvia para esta tarde”.
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