Hace unos días, volvía a casa en metro. En el trayecto entre las estaciones de Verdaguer y Selva de Mar, de la línea 4, un skinhead bastante pasado de vueltas se dedicaba a insultar y a amenazar a la gente mientras que su compañero le reía las gracias. A mitad del recorrido (no recuerdo si en la parada de Jaume I o de Barceloneta) entró un vigilante de seguridad del metro en el vagón de al lado. El tren en el que viajábamos es de los que no tienen separación entre vagones. Los skins seguían con sus gritos, y el vigilante les oyó y miró para ver qué pasaba. En cuanto vio la situación, bajó la cabeza y esperó a llegar a la siguiente estación, donde se apeó. ¿Paró el tren, avisó a otros compañeros para que le ayudaran? No. Se puso a caminar por el andén y dejó que el tren se marchara con los skins dentro. No pretendo que una persona, solo porque le paguen un salario, se enfrente a dos tipos peligrosos. Pero de ahí a que no haga absolutamente nada... Se ve que solo están para perseguir a adolescentes que se cuelan.
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