En referencia a la carta Ante un futuro incierto, escrita profesores lectores y publicada ayer en este diario, quisiera decir que no se pueden mezclar las afirmaciones del rector de la Universitat de Barcelona (UB), Dídac Ramírez, en defensa de mantener el número actual de trabajadores permanentes existentes en la universidad, con la continuidad de un grupo que ha terminado sus cinco años de contrato, el máximo permitido por la ley. Nuestra universidad saca cada año a concurso el máximo número de plazas permitidas (10% de reposición del Estado y hasta un 50% la Generalitat), tal como está contenido en el presupuesto para el 2013. Al finalizar el contrato de profesor lector, se debe seguir la carrera académica ganando una plaza permanente y, como se ha dicho, las limitaciones no las fija la UB. Por todo ello, afirmar que el rector, que siempre ha priorizado el capítulo de personal, no ha cumplido su palabra no se corresponde a la realidad. Como vicerrector, invertiré todos los esfuerzos para que las necesidades docentes de los diferentes departamentos queden cubiertas.
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