Ya es lo bastante duro no poder vivir el 27-S de cerca para que encima no tenga la posibilidad de ejercer mi derecho a voto. Una vez convocadas las elecciones, tenía más de un mes por delante para poder votar. Tenía entendido que el voto por correo conllevava problemas, pero estaba segura de que si lo hacía con tiempo no los tendría. Pues bien, después de estudiar todas las posibilidades para votar desde el extranjero, de contactar con Voto Exterior y de discutir con Correos, la única opción para votar legalmente era la de tomar un avión, volver a mi ciudad e introducir la papeleta yo misma. Todos los que nos íbamos a partir del 30 de agosto (muchos cursos comienzan en septiembre) no podríamos hacerlo en nuestro consulado, ya que el plazo acababa el 29. Pero tampoco a través del voto por correo desde Catalunya, ya que aun solicitándolo el 4 de agosto nos llegaban las papeletas y sobres a partir del 7 de septiembre. Unos documentos que se entregan de manera personalísima, sin posibilidad de transmitir ese derecho a nadie. ¿Cómo puede ser que a gente que se marcha casi un mes antes de las elecciones se le imposibilite el voto desde el exterior?
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