Domingo, 24 de febrero del 2013 Núria Cuxart (Comissión Deontològica Col·legi Oficial d¿Infermers i Infermeresde Barcelona)

El pasado 8 de febrero, el enfermero de Castelldefels Miguel Álvarez denunciaba, en su carta Enfermeros y médicos publicada en este diario, que su criterio profesional no había sido tenido en cuenta en la atención a una mujer en el final de su vida, a la que se le había mantenido la ventilación mecánica en contra de su voluntad. Desde el Col·legi d¿Infermeres i Infermers de Barcelona queremos unir nuestra voz a la del compañero en la defensa que nuestro colectivo profesional mantiene desde hace años para conseguir el reconocimiento y respeto de nuestra competencia, clínica y ética, para garantizar y promover los derechos de las personas atendidas. Especialmente, en el momento final de la vida.
Al igual que Miguel Álvarez, reclamamos el espacio necesario para poder trabajar al servicio de las personas y familias con problemas de salud. Desgraciadamente, en algunos casos es habitual que el criterio clínico de las enfermeras no sea tenido en cuenta. De resultas, la enfermera debe reivindicar constantemente su papel de defensora del deseo de la persona que atiende. En este sentido, reclamamos a las instituciones sanitarias que velen por garantizar y fomentar la responsabilidad compartida de todos los profesionales de la salud en la atención y cuidado de los usuarios y evitar que solo unos facultativos tomen decisiones sin tener en cuenta el criterio clínico competente de los otros.
Es necesario que las organizaciones sean mucho más conscientes del potencial de buen cuidado que es la aportación enfermera y prioricen los mecanismos que faciliten la plena participación de estos profesionales en la atención de quien nos necesita.

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