Jueves, 21 de marzo del 2013 Estrella Palomero -Directora propietaria del hotel Don Pío (Madrid)

En relación al artículo aparecido en su edición digital firmado por Óscar Toral bajo el título 'Intermón denuncia un caso de racismo con una activista de Guatemala en un hotel de Madrid', me gustaría hacer algunas precisiones sobre lo sucedido a fin de que sus lectores puedan disponer de más elementos de juicio.
Como efectivamente se indica, el pasado sábado 16 de marzo, alrededor de las 17.00 horas, se presentaron en la recepción del hotel tres personas solicitando una habitación para una de ellas, a lo que la recepcionista respondió que “en ese momento no tenía habitaciones disponibles”. Se marcharon las tres personas y a los cinco minutos, más o menos, regresaron indicando que habían realizado una reserva a través de internet, y que les había sido confirmada. La recepcionista les informó entonces de que, efectivamente, aunque ella no disponía de habitaciones para la venta directa, es posible que alguna web tuviera en sus cupos habitaciones disponibles, como de hecho había ocurrido. Preguntó entonces la recepcionista para quién era la habitación, indicándosele que era para la señora Macz, procediendo a continuación a darla de alta en el hotel como es habitual, alojándose en régimen de alojamiento y desayuno durante una noche y siendo abonada la cuenta en el momento de la entrada por los acompañantes de la señora Macz.
Como directora propietaria del hotel Don Pío, puedo asegurar rotundamente que nunca, ni antes ni ahora, se ha producido en este establecimiento ninguna discriminación por razón de raza, sexo o condición y que a diario, dada nuestra situación próxima a varias embajadas, alojamos a personas de todo tipo de etnias que son tratadas, como no podría ser de otra forma y como es norma en el hospedaje español, con total igualdad y respeto.
No estuve presente en el momento en que la recepcionista, por cierto inmigrante de nacionalidad cubana, atendió a la señora Macz y a sus acompañantes, pero estoy segura de que tuvo que producirse algún malentendido, por el que pido disculpas, como las pido por el hecho de que la recepcionista no supiera encontrar las hojas de reclamaciones que, como es preceptivo, tenemos a disposición de nuestros clientes.
En el momento en que llegué al hotel, avisada por la recepcionista, tuve ocasión de hablar con los acompañantes de la señora Macz, a los que pedí sin éxito, una y otra vez, que me explicaran lo que pasaba. Estos permanecieron callados sin darme pie para una explicación que, estoy segura, hubiera evitado las injustas acusaciones de las que hemos sido objeto en diferentes medios.
Soy una gran admiradora de la labor que realiza Intermón Oxfam y de su lucha por los derechos de las personas, por eso no entiendo bien que alguien perteneciente a esta prestigiosa organización no intente aclarar debidamente las cosas antes de causar un enorme daño, repito que injusto, a personas que intentamos desarrollar nuestro trabajo con honestidad y profesionalidad.

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