No tenemos leyes anticorrupcción, no hay legislación de la financiación de partidos o donaciones como en otros países. Habría que hacer una auditoría a todos los políticos de este país. Es necesaria una nueva clase política que se rija por la honradez como reglas básicas y que esté al servicio del pueblo (sin aprovecharse de los votantes). Mientras no tengamos una línea que separe al buen político del malo y una buena praxis de una mala, no haremos nada. Ellos legislan y se escudan en sus propias leyes, blindados por su cargo, y eso debería acabarse: deberían perder su derecho de aforados. Hay países en los que el político que delinque es detenido y hasta que no devuelve lo robado, no tiene fecha de juicio, y la fiscalía puede bloquear sus cuentas... De esta forma, sin trucos, todos iguales ante la ley. Seamos democráticos.
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