Sábado, 24 de noviembre del 2012 Marta Farreras Casanovas (Barcelona)

Este año ejerceré mi derecho a la abstención porque, después de mucho pensar, no se me ocurre otra forma mejor de manifestar que estoy enfadada con todos los políticos, y que el sistema electoral actual no me sirve como ciudadana. Si votar en blanco pudiera significar un toque de atención para que se escuchara al pueblo de una vez, lo haría. Si fuera posible contabilizar un voto nulo como voto de enfado y descontento, mi voto sería nulo. No tengo ninguna otra opción; con todo el disgusto de mis democráticos y libres corazón y espíritu, me decido por la abstención. El voto en blanco y el nulo todavía contabilizan para hacer crecer la mayoría del partido electo. Y con mi voto/no voto, la abstención, me manifiesto en contra de las indignantes acusaciones de unos a otros y la falta de interés que demuestran por las personas. Si todos decidieran manifestar libre y democráticamente su descontento como yo debería haber más abstención que voto útil. Eso sí que sería un buen toque de atención. Quizá en el futuro acabe sucediendo.

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