Recomendaciones de los expertos para protegerse de los gases del volcán de La Palma

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Ya se ha cumplido un mes desde que el volcán de La Palma entró en erupción. Han sido días de desalojos de población y confinamientos para evitar las terribles consecuencias de este fenómeno natural.

Y, de momento, no parece que las cosas se vayan a calmar en los próximos días. Por eso los especialistas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), recuerdan algunas medidas de prevención para los habitantes de la isla que se ven afectados por los gases que se emiten tras una erupción volcánica, muy perjudiciales para la salud, especialmente en las personas con enfermedades pulmonares.

¿Qué tipo de gases emite un volcán?

Las emisiones en este tipo de fenómenos se componen fundamentalmente de gases y cenizas. Entre los gases, el dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2), son los más perjudiciales para la salud de nuestros pulmones.

Si hablamos de las cenizas, estas pequeñas partículas microscópicas son capaces de entrar en nuestro sistema respiratorio cuando se respiran.

A esto hay que sumarle, los gases que producen como consecuencia de la llegada al mar de la lava.

Cómo afectan las emisiones a pacientes con patologías respiratorias

Si estos gases ya son irritantes y peligrosos para cualquiera persona, aquellos que tienen una patología respiratoria de base, deben tener especial cuidado. La SEPAR se refiere en concreto a aquellas personas con:

  • Enfermedades obstructivas de las vías respiratorias, como asma, bronquitis, bronquiectasias, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Bebes y personas de edad avanzada.

Para estos pacientes, el empeoramiento de la calidad de aire a causa de los gases emitidos por el volcán puede provocar broncoespasmo, que causa síntomas como:

  • Dificultad para respirar.
  • Sibilancias (ruidos pulmonares).
  • Tos e inflamación de las vías respiratorias que provoca hinchazón y producción de moco.

¿Qué hacer entonces?

La primera recomendación de los expertos en neumología para las personas que viven en el entorno del volcán de La Palma es la misma que la que daban todos los sanitarios al inicio de la pandemia: ¡Quédate en casa!

Además, la SEPAR ofrece otra serie de consejos para evitar la entrada de gases en el domicilio:

  • Cerrar y sellas las puertas, ventanas, conductos de ventilación, etc., por ejemplo, con una cita adhesiva.
  • Se pueden también colocar toallas húmedas en la parte inferior de estas zonas.
  • Hay que evitar en la medida de lo posible el uso de calefacción y/o aire acondicionado.

En el caso de que sea preciso salir a la calle, protégete:

  • Vestir pantalones largos y camisetas de manga larga.
  • Usar gafas protectoras.
  • Usar mascarilla. Asegure un buen ajuste de la máscara en la cara.
  • Proteja los ojos, la piel y cubra la cabeza.
  • Si usa lentillas sustitúyalas por gafas para salir a la calle.
  • Beba agua embotellada.
  • Es conveniente lavar muy bien las frutas y verduras.
  • Y, de momento, es mejor no realizar actividades físicas o deportivas al aire libre.

Medidas adicionales para personas con problemas respiratorios

Los neumólogos de la SEPAR consideran necesario que los pacientes con problemas respiratorios deben añadir otras medidas de protección a las ya repasadas. Así que aconsejan a estas personas:

  • Usar mascarilla Fpp2, teniendo en cuenta «que estas mascarillas no protegen de la inhalación de gases como el CO2 o el Dióxido de Azufre».
  • Proteger la nariz con vaselina o un emoliente nasal. Así podremos una barrera frente a la entrada de cenizas y polvo en suspensión en el aire a las vías altas.
  • Usar protección ocular mediante gafas, pues la ceniza y el dióxido de azufre son muy irritantes.
  • Beber mucha agua embotellada y mantener la hidratación.
  • NO dejar la medicación habitual.
  • Llevar siempre el inhalador de rescate.
  • Y si, a pesar de todas estas medidas preventivas, se produce un aumento de la tos y/o la disnea (ahogo), el paciente debe contactar con el equipo médico que lo atiende.