Tenemos un problema: uno de cada cuatro europeos dice que no piensa vacunarse

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No es fácil de entender, pero es lo que hay. Y no es bueno. Porque el hecho de que uno de cada cuatro habitantes europeos (el 27%) no esté dispuesto a vacunarse nos dejaría al resto en clara situación de riesgo.

Son los datos de un estudio realizado por Eurofound, (fundación europea para la mejora de las condiciones de vida y del trabajo) con las respuestas de casi 47.000 personas.

El trabajo de campo de la encuesta, que se ha realizado de manera electrónica y en el espacio continental, tuvo lugar en los meses de febrero y marzo de este año.

¿Las redes sociales son antivacunas?

Quizás las redes sociales no tengan criterios concretos, pero sus usuarios sí que tienen un perfil cada vez más concreto.

Y quizás por eso lo más llamativo de esta encuesta es que, como siempre han avisado los expertos, las personas que se informan a través de las redes sociales son las que se muestran menos dispuestas a vacunarse, y las que más se creen las teorías de la conspiración.

La evidencia llega hasta el punto de que la encuesta considera que el tiempo dedicado a las redes sociales es la principal influencia para no ponerse la vacuna.

Y nada menos que un 40% de las personas que utilizan las redes sociales como su principal fuente de noticias han declarado que no piensan vacunarse contra el coronavirus.

Eurofound, que es un organismo tripartito de la UE, cuya misión es proporcionar conocimientos para ayudar en el desarrollo de mejores políticas sociales, de empleo y relacionadas con el trabajo, publicó ayer este estudio que debería animar a dar importantes pasos de comunicación con respecto a las vacunas y su importancia tanto de salud como de solidaridad.

El riesgo constatado por la encuesta de que muchos millones de personas se negarán a ponerse la vacuna cuando sus países les convoquen, multiplicará los contagios y disparará el número de mutaciones, con el enorme riesgo que ello puede significar.

Bulgaria, los más antivacunas

De las más de 47.000 personas encuestadas por Eurofound en toda la UE, nada menos que un 27% respondieron que era «bastante improbable o muy improbable» que se fueran a vacunar.

Analizado por sexos, los hombres resultaron ser un poco más escépticos sobre las vacunas (29%) que las mujeres (25%).

En cuanto a las respuestas positivas, para contabilizar la intención real de vacunarse contaremos solo las personas que respondieron que era «bastante probable o muy probable» que acudiesen a darse el pinchazo.

Y en este apartado se observan en la encuesta diferencias geográficas que cuando menos resultan muy curiosas:

La primera es que hay en Europa una clara división entre los encuestados del este y del oeste.

Occidente europeo:

• En todos los estados miembros occidentales la intención real de vacunarse estaba por encima del 60%, excepto en Francia (48,7%) y Austria (56,8%).

• En Alemania, la cifra fue de poco más del 61%.

• Los países nórdicos y mediterráneos tuvieron tasas más altas, con Irlanda (86,5%), Dinamarca (86,1%) y Malta (84%) encabezando la lista.

España, Portugal, Suecia y Finlandia también registraron tasas superiores al 80%.

Oriente europeo:

• Hubo una tasa mucho menor de personas que tenían decidido acudir a ponerse la vacuna, en los países del este.

• El más favorable a la vacuna ha sido Rumanía, con el 59%

• El que menos claro lo tiene es Bulgaria, donde solo el 33% está decidido a vacunarse. Y lo que es peor, nada menos que un 60% declara que es bastante improbable o muy improbable que se pongan la vacuna.

La desconfianza según cómo se informan

Una de las cuestiones que ha dejado patente su influencia, o cuando menos su relación a la hora de decidir sobre las vacunas son las redes sociales y los medios que los encuestados utilizan para mantenerse informados.

La proporción de personas que es poco probable que se vacunen se eleva al 40% entre quienes utilizan las redes sociales como su principal fuente de noticias.

Sin embargo, de las personas que utilizan para informarse los medios tradicionales, como la prensa, la radio y la televisión, solo alrededor del 18% se mostraron escépticos sobre las vacunas.

Y en cuanto a la edad, curiosamente el rango que se mostró más desconfiado con las vacunas fue el formado por personas de entre los 35 y los 49 años. Por encima tanto de las personas mayores como de los jóvenes.

Por nivel de formación, los estudiantes, las personas empleadas y los jubilados se mostraron menos reacios a ponerse las vacunas que el promedio.

Por el contrario, las personas desempleadas y las personas con una enfermedad prolongada fueron se mostraron más desconfiados.

Sorprendentemente, los estudiantes son el grupo menos escéptico de todos.

Conclusiones

La directora de investigación senior de Eurofound, Daphne Ahrendt, aseguró que a la vista de estos resultados se hace todavía más necesaria y urgente una estrategia de comunicación clara sobre la importancia de vacunarse y la seguridad de las vacunas.

– «Las vacunas juegan un papel crucial en la superación de la pandemia de Covid-19. Y desafortunadamente estos hallazgos reflejan que nos estamos equivocando y no estamos siendo capaces de brindar una comunicación clara y persuasiva con respecto a la eficacia y seguridad de las vacunas».

Además, añadió dos importantes mensaje:

1. «La confianza en las vacunas está relacionada con la confianza en las instituciones, y estos datos suponen un incuestionable problema principalmente para los responsables de la formulación de políticas».

2. Para ellos fundamentalmente pero también para los demás, porque como sociedad todos tenemos la responsabilidad colectiva de garantizar que comunicamos y publicamos información precisa y sólida sobre la seguridad y la importancia de las vacunas.»