La vacuna de Pfizer - BioNTech: ¿Es realmente una esperanza fundada?

El reciente anuncio de Pfizer-BionNTech sobre la elevada eficacia de su vacuna contra el SARS-CoV-2 ha provocado una conmoción mundial.

La vacuna de Pfizer - BioNTech: ¿Es realmente una esperanza fundada?

La vacuna de Pfizer - BioNTech: ¿Es realmente una esperanza fundada?

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El reciente anuncio de Pfizer-BionNTech sobre la elevada eficacia de su vacuna contra el SARS-CoV-2 ha provocado una conmoción mundial. Las espectaculares subidas en la bolsa, especialmente del sector turístico, indican que los mercados prevén una rápida vuelta a la anterior normalidad. Hasta Donald Trump se lamenta. Si Pfizer hubiese dado esta noticia unos días antes, los resultados electorales podrían haber sido diferentes. Los medios hablan de un hito histórico.

¿Qué hay de cierto en todo ello? ¿Es en realidad la excelente noticia que el mundo estaba esperando escuchar o son solo nuestras ganas de que la pesadilla de la Covid-19 acabe cuanto antes?

Es, sin duda, un gran triunfo para la ciencia.

El espectacular desarrollo de la genética molecular durante las últimas décadas permitió que Pfizer-BionNTech utilice una tecnología novedosa. Una vacuna de ARN (ácido ribonucleico). Con las técnicas actuales es la forma más fácil y rápida de obtener una vacuna contra un coronavirus.

Intentaremos explicar para todos los públicos cómo lo han conseguido.

Se extrae un fragmento del ARN (ácido ribonucleico) del SARS-CoV-2. En concreto el gen del coronavirus que codifica para la proteína que forma la espícula, que son esa especie de picos de corona tan característicos que recubren al coronavirus.

Una vez logrado, ese fragmento se copia billones de veces. Y después, cada fragmento se envuelve en una capa de lípidos. Es de esta forma como el fragmento de ARN entra en el interior de nuestras células.

Una vez dentro, ese ARN es el plano para fabricar la proteína de la espícula. Se lee en los ribosomas (la fábrica de nuestras células que produce proteínas) y nuestras células empiezan a producir proteínas de la espícula.

Por sí solas estas proteínas de la espícula del virus no nos van a hacer daño. Pero nuestro sistema inmune se da cuenta de que estas proteínas de la espícula del coronavirus no son nuestras, y responde. Produce anticuerpos que se pegan a la proteína de la espícula. También produce linfocitos T, que atacan a las células nuestras en las que entró el ARN de la vacuna y están fabricando la proteína de la espícula.

El resultado es que, después de esto, si nos infectamos con el SARS-CoV-2 tenemos anticuerpos que se pegarán a sus espículas y lo inactivarán. También tenemos linfocitos T preparados para atacarlo. Y los linfocitos T, por explicarlo de una manera un poquito 'ligera' pero entendible, son los responsables de la inmunidad celular que pueden responder en forma específica contra patógenos destruyendo las células infectadas o activando otros 'destructores' de esas células 'malas'.

La idea de la vacuna es brillante.

Pero nunca se podría haber llevado a cabo sin el desarrollo de la biología molecular que se produjo después de la Segunda Guerra Mundial, en buena parte gracias al esfuerzo pionero de científicos que habían participado en el esfuerzo bélico, varios de ellos en el desarrollo de la bomba atómica.

No nos olvidemos: Para que hoy podamos construir una vacuna de ARN hizo falta el esfuerzo de vidas enteras de decenas de miles de científicos, y millones de millones de dólares dedicados a la financiación de la investigación, durante décadas.

La gran pregunta es ¿Funcionará lo suficientemente bien como para terminar con el coronavirus?

Para ello la vacuna tiene que ser eficaz. En los ensayos en fase 3 demostró serlo. Protege de la Covid-19 al 90% de los vacunados. Un resultado excelente.

Pero vayamos con cautela. De momento no llegan a 100 las personas que después de vacunarse estuvieron expuestas al coronavirus. Hacen falta más datos.

Además, tiene que ser segura. Parece serlo. Se vacunaron 43.500 personas en el ensayo en fase 3 y de momento no parece tener efectos negativos. Pero aún ha pasado muy poco tiempo.

Y a varios especialistas les gusta poco que sea una vacuna de ARN porque podría tener complicaciones no previstas, posiblemente en personas que tengan infecciones por retrovirus. Hay que esperar para saberlo. Y sería una complicación importante porque los retrovirus constituyen los agentes patógenos más importantes de las últimas décadas. Virus de distinta naturaleza capaces de producir cáncer, enfermedades autoinmunes, inmunodeficiencias como el VIH...

Por otra parte, los ARN duran poco tiempo en el interior de las células. Esto hace que la vacuna necesite 2 dosis. Empieza a ser eficaz 7 días después de la segunda dosis, que se pone casi un mes después de la primera.

Para que consigamos controlar a la enfermedad tenemos que vacunar al menos al 70% de la población mundial. Para vacunar a 5.000 millones de seres humanos necesitaríamos 10.000 millones de dosis. Un buen problema de logística.

Y una complicación importante añadida a esta logística es la conservación. Las vacunas ARN son muy delicadas. Hay que mantenerlas siempre en una cadena de frío. Pero no el frío de la nevera de casa. Necesitan estar por debajo de los -80ºC. Y si no se hace bien, la eficacia se pierde.

Sin duda esta vacuna trae la esperanza.

Puede ser un éxito impresionante. Normalmente se tardan 10 años en conseguir una vacuna. Hasta ahora la más rápida que logramos desarrollar fue la de las paperas en solo 4 años. Y tras muchas décadas no hemos conseguido todavía encontrar una vacuna contra el SIDA.

Pero hay muchas razones para ser realistas. No va a haber un milagro. Por más que suba la bolsa, los mercados no son expertos en salud pública (probablemente todo lo contrario). Sin duda las ganancias entre los sectores implicados (farmacéuticos, logística, etc.) serán millonarias.

De momento hay 10 vacunas en fase 3, 15 en fase 2, 22 en fase 1 y 155 en ensayos pre-clínicos. El mercado es enorme y seguramente haya sitio para varias vacunas. Puede que incluso podamos escoger qué tipo de vacuna queremos ponernos.

Pero la realidad es que con suerte empezaremos a vacunarnos masivamente, si todo sale bien, cerca de mediados del año que viene.

Antes de eso la Covid-19 aún va a dar muchos problemas. Desgraciadamente todavía morirán cientos de miles de personas, tal vez millones. Depende de como lo hagamos.

Seguramente tras las navidades tengamos un nuevo repunte. No podemos bajar la guardia o lo pagaremos muy caro.