¿Qué es el test de antígenos, la PCR, y el serológico? ¿Cuál es la mejor forma de detectar el coronavirus?

Apenas 10 meses después de que China diera la voz de alarma sobre la aparición del SARS-COV2, los laboratorios farmacéuticos de medio mundo elaboran varios tipos de pruebas para la detección del nuevo coronavirus en el organismo.

¿Qué es el test de antígenos, la PCR, y el serológico?  ¿Cuál es la mejor forma de detectar el coronavirus?

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Apenas 10 meses después de que China diera la voz de alarma sobre la aparición del SARS-COV2, los laboratorios farmacéuticos de medio mundo elaboran varios tipos de pruebas para la detección del nuevo coronavirus en el organismo.

Las PCR o las serologías son términos que hace unos meses no sabíamos de su existencia y ahora se han convertido en habituales en nuestras conversaciones. Muchos de nosotros incluso nos hemos sometido a este tipo de pruebas diagnósticas. ¿Pero tenemos claro cómo funcionan cada una de estas pruebas? ¿Son igual de eficaces? ¿Qué información clínica se obtiene de cada una de ellas?

Los test de antígenos

Si nos sometemos a un test de antígenos, la forma de extraer la muestra de nuestro cuerpo es la misma que en una PCR, introduciendo una torunda en nariz y boca. La diferencia con la prueba anterior es que en ésta no se analiza ni amplifica el material genético del virus, sino que lo que detecta son las proteínas que rodean al virus.

La ventaja fundamental es que esta prueba es muy rápida, ya que no requiere unos laboratorios muy especializados, y eso permite que tengamos un resultado positivo o negativo en tan sólo 15 o 20 minutos.

Su formato físico es similar a una prueba de embarazo y son muy baratos, entre 4 y 5 euros.

Son este tipo de pruebas las que se están utilizando ahora en muchos núcleos de población para detectar infectados.

Pero a pesar de su rapidez, su punto débil es su sensibilidad y especificidad, que no alcanzan las de las pruebas PCR. Así que muchos expertos tienen dudas sobre su eficacia a la hora de detectar asintomáticos.

En todo caso, las pruebas de antígenos no tienen porque sustituir a la PCR, si no ser el complemento perfecto para los cribados masivos.

PCR

Las primeras pruebas que se comenzaron a hacer para saber si un paciente estaba infectado por el SARS-COV2 fueron las PCR. Este test, cuyo nombre corresponde a las siglas en inglés de 'Reacción en Cadena de la Polimerasa', es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno, del coronavirus en este caso.

Tal y como explican desde la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, «Se trata de una prueba segura y fiable, pero que exige analizadores complejos y un personal especializado».

Como ya sabemos, la toma de muestras se realiza con una especie de bastoncillo con algodón llamado 'torunda', con la que se cogen dos muestras de saliva y moco tanto de las fosas nasales como de la zona oro-faríngea.

Es verdad que las dos fórmulas resultan algo molestas.

- La de la nariz, porque introducen el bastoncillo hasta muy arriba, mucho más allá de lo que alcanza un dedo, y es fácil que sintamos incluso un dolor sostenido durante unos pocos segundos.

- Y la de la garganta... pues si a muchos ya les provoca una arcada que el médico les explore con el depresor lingual, imagínese cuando tienen que llegar a tocar la garganta y frotarla un poquito.

En cualquier caso, son dos exploraciones fácilmente soportables y que realiza personal sanitario perfectamente preparado y correctamente protegido con equipos EPI para evitar contagios.

Una vez tomada la muestra, el material genético captado se amplifica y se analiza. El resultado de la PCR estará disponible en el transcurso de unas horas.

Este tipo de prueba diagnóstica tiene la ventaja de que es muy sensible y bastante fiable. Es cierto que puede dar resultados falsos, pero es poco probable que no detecte la presencia del virus. Además, son muy específicos y no se confunden de virus en la identificación.

Una PCR puede detectar a un paciente infectado antes de que aparezcan los síntomas, o incluso si son asintomáticos.

En su contra sólo tiene que es más caro y que su proceso de análisis es lento. No tanto como están tardando ahora mismo en algunos lugares de España, que son varios días, pero sí que se necesitan varias horas para obtener resultados.

Test serológico

La tercera de las pruebas diagnósticas para detectar la Covid-19 son las serológicas. Esta prueba no es específica para saber si la infección por SARS-COV2 sigue activa, sino que detectan si el contagio ya ha pasado y si existen anticuerpos contra el coronavirus.

Tampoco la forma de realizarlos tiene nada que ver con la PCR o el de antígenos, puesto que no se toman muestras de nariz y boca, sino que se extrae sangre para analizar.

Tal y como explican desde la Sociedad Española de Trombosis y H emostasia, existen dos tipos diferentes de test sero-inmunológicos: los que detectan las inmunoglobulinas IgM y los que detectan las inmunoglobulinas IgG.

Los test IgM, no dan positivo hasta los 7 días de infección, y permanecen activos hasta dos semanas después de haber superado la enfermedad.

Los anticuerpos IgG no aparecen hasta que el paciente se está recuperando y, a diferencia de los IgM, sí permanecen en el tiempo.

Teniendo en cuenta estos aspectos, este tipo de test puede revelarnos que el virus todavía está en nuestro organismo si la IgG es positiva, o que la infección ya ha pasado y ha sido superada cuando la IgM es positiva.

En lo que coinciden todos los expertos es que la situación ideal para un paciente que se someta a estas pruebas es que los resultados sean PCR negativa, IgM negativa e IgG positiva, porque querrá decir que ha superado la enfermedad y ha desarrollado los anticuerpos necesarios para evitar una reinfección por coronavirus.

¿Durante cuánto tiempo? Esta pregunta todavía no tiene respuesta.