MENSTRUACIÓN

“El dolor menstrual afecta entre el 50-90% de la población femenina joven”

Entrevista con la Dra. Monica Domenech, del Grupo de Lípidos y Riesgo Vascular en el Hospital Clínic de Barcelona

Dra. Monica Domenech

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La Dra. Monica Doménech es licenciada en Medicina por la Universidad de Barcelona, Formación en Medicina Interna en el Hospital de l’Esperit Sant de Santa Coloma de Gramenet. Doctora por la Universidad de Barcelona, ha focalizado su actividad profesional e investigadora en el impacto del estilo de vida y manejo del riesgo vascular en las diferentes etapas de la vida, siendo el dolor una de las patologías más frecuentemente referidas por los pacientes en su consulta, en las diferentes formas, en función de las etapas de la vida.. 

-Si queremos hablar del dolor, quizás la primera pregunta sería ¿qué es realmente el dolor?

-La versión más reciente de la definición del dolor, según Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (AIED), es la siguiente: “El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada a una lesión tisular real o potencial”.

Sin embargo, hay que puntualizar que el dolor es siempre una experiencia personal que se ve influenciada en diferentes grados por factores biológicos, psicológicos y sociales, y que la descripción verbal es sólo uno de los varios comportamientos para expresar dolor, pero no el único.

-¿Hay grados?

-La subjetividad del concepto de dolor y la diferente percepción del dolor que existe entre las personas requiere de instrumentos que nos permitan identificar la intensidad del dolor de forma individualizada. Es por ello que, para evaluar el “grado de dolor” se recomienda el uso de diferentes escalas de dolor, como la Escala Numérica (NRS), la Escala Analógica Visual (VAS) o la Escala de Puntuación Verbal. Por ejemplo, la VAS consiste en una línea horizontal de 10 centímetros. En su lado izquierdo se ubica la ausencia o menor intensidad, y en el derecho, la mayor intensidad. La persona con dolor señala en la línea el punto que indique la intensidad. Además, existen otros instrumentos que incluyen cuestionarios más detallados y específicos en relación con la patología asociada y que evalúan el impacto sobre la calidad de vida, muchas veces mermada en las personas con dolor crónico.

-¿Qué enfermedades comunes van ligadas tradicionalmente al dolor?

-El dolor puede ser agudo (duración menor de 3 meses) o crónico (persiste de forma continua o episódica durante más de tres meses). El dolor agudo está asociado a dolor postoperatorio, dolor traumático asociado a un esguince, luxación o fractura, dolor cólico, dolor menstrual…El dolor crónico está asociado más frecuentemente a dolor del tipo artrosis, lumbalgias, cefaleas, fibromialgia, dolor abdominal crónico, miembro fantasma, neuralgias, así como el dolor oncológico y el dolor psicógeno, que es derivado de las patologías psiquiátricas.

-Y después también tenemos dolores que, no por no estar ligados a enfermedades, son menos importantes, como el de la menstruación… ¿Cómo nos afectan estos dolores a nuestro día a día y a qué se deben?

-Durante la expulsión del tejido del endometrio, los músculos del útero se contraen para eliminar el exceso de sangre y tejido por la vagina y ello comprime los vasos sanguíneos de la pared del útero, limitando el flujo de oxígeno y sangre en el útero y provocando el dolor y la inflamación. Esto está relacionado con la liberación de unas sustancias llamadas prostaglandinas. El dolor menstrual es muy frecuente, entre el 56-62% de las mujeres tienen dismenorrea, llegando incluso a afectar hasta el 50-90% de la población femenina joven de todo el mundo, pero hasta hace pocos años, no se había puesto en relieve su significativo impacto socioeconómico. Diversos estudios demuestran que la dismenorrea se ha asociado con absentismo laboral, reducción del rendimiento académico de las jóvenes, así como una disminución de la calidad de vida en muchas mujeres, llegando a convertirse en un problema social que también perjudica a las personas del entorno familiar, la pareja o los amigos.

-¿Hay fármacos que pueden ayudarnos con estos dolores más habituales? 

-Actualmente existen dos grandes grupos farmacológicos de primera línea para el dolor leve-moderado: los antinflamatorios no esteroideos (AINEs), por ejemplo, el ibuprofeno, y el paracetamol. Los AINEs actúan reduciendo la producción de prostaglandinas, como hemos comentado antes relacionadas con el dolor y la inflamación, el paracetamol tiene efecto analgésico y presenta un perfil de seguridad más favorable, en cuanto a los aspectos gastrolesivos. Es por ello por lo que la combinación en un mismo comprimido de dosis más bajas de dos analgésicos con diferente pero complementario mecanismo de acción, como el paracetamol y el ibuprofeno, se postulan como una atractiva estrategia para optimizar la relación riesgo-beneficio en el tratamiento del dolor crónico ocasional, como el dolor menstrual. Diversos estudios han demostrado que la asociación de ibuprofeno con paracetamol comporta mayor eficacia en términos de analgesia y tolerancia que cualquiera de las dos moléculas por separado, lo que la convierte en una de las opciones terapéuticas de primera línea para el tratamiento eficaz de la dismenorrea.