Mesa redonda

El cáncer de colon se puede prevenir, en buena parte, con una detección a tiempo

La adhesión a los programas de cribado tiene que aumentar del 50% actual al 100% en 2024

El estilo de vida es un factor de riesgo importante. Hay que evitar el alcohol, el tabaco, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad

Entre un 5% y un 8% de familias tienen una tendencia hereditaria hacia este cáncer, por alteraciones genéticas que se transmiten en las generaciones. 

Ilustración del colon

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Redacción

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A la campaña contra el cáncer de colon le faltan referentes. Contrariamente al de mama, por ejemplo, no hay muchos famosos que hayan contado su experiencia con esta dolencia. Quizás eso influya en que a la prevención de esta enfermedad le quede mucho camino para hacer.

Es urgente recorrerlo a toda velocidad. Este tumor – el más diagnosticado en España, si se tienen en cuenta ambos sexos – se puede prevenir en la mayoría de los casos, si se detecta pronto. No obstante, la adhesión a los programas de cribado sigue siendo escasa. 

Este fue uno de los mensajes fundamentales de un debate en ocasión del Día Mundial del Cáncer de Colon (31 de marzo), que EL PERIÓDICO organizó en colaboración con la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), la farmacéutica Casen Recordati, y el Centro 360 de Excelencia Oncológica (GCCC).

Cáncer de colon: donde estamos, hacia dónde vamos

Cáncer de colon: donde estamos, hacia dónde vamos. /

El tumor con más incidencia

En España se diagnostican cada año 44.000 nuevos casos de cáncer de colon y recto, la mayoría entre personas de entre 55 y 75 años y más en hombres que en mujeres (casi un 25% de diferencia). Esto lo convierte en el tumor con mayor incidencia en el país. También es la segunda causa de muerte por cáncer (16.000 fallecimientos en 2017). 

Si una persona por encima de los 50 años experimenta un cambio importante de su hábito intestinal (por ejemplo, de las diarreas al estreñimiento, o viceversa), eso puede ser una señal de alarma, explicó en el debate Miguel Hernández-Bronchud, oncólogo del Centro 360 de Excelencia Oncológica GCCC, de GenesisCare y de la Clínica Corachan. Otras señales comunes son la pérdida de sangre con las heces, dolor y bultos en el abdomen, y anemia y pérdida de peso inexplicables. 

“Tengo un mensaje de esperanza para los pacientes: el tiempo juega a su favor. Mayor supervivencia también significa mayores posibilidades de acceder a nuevos fármacos”

— Dr. Miguel Hernández-Bronchud

“En rigor, cada cáncer de colon es un caso único, al resultar de diferentes combinaciones de mutaciones”, afirma Hernández-Bronchud. Sin embargo, hay grandes diferencias entre los del lado derecho del colon y los del izquierdo, siendo los primeros los que más esconden sus síntomas y los más complejos de tratar.

“El estilo de vida es un factor de riesgo importante. Hay que evitar el alcohol, el tabaco, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad”, afirma Lara Aguilera, responsable de la consulta de alto riesgo de cáncer colorectal del Hospital Vall d’Hebron y representante en el debate de la Sociedad Española de Patología Digestiva. La doctora recomienda actividad física, beber agua y una dieta mediterránea rica en fibra, frutas y verdura, baja en grasas, con menos carne roja (ternera, cerdo y cordero) y menos carne procesada (embutidos, carnes fritas, barbacoas y salchichas).

La edad como factor de riesgo

La edad es otro factor de riesgo importante. En una minoría de casos hay factores más concretos. Por ejemplo, el riesgo aumenta en pacientes con enfermedades del sistema digestivo como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn o enfermedades inflamatorias.

Entre un 5% y un 8% de familias tienen una tendencia hereditaria hacia este cáncer, por alteraciones genéticas que se transmiten en las generaciones. Un ejemplo de ello es el Síndrome de Lynch, que causa un 3% de los cánceres de colon. En estas situaciones, el tumor puede aparecer en edades tempranas y resurgir más de una vez. Por ello, los antecedentes justifican que se recurra al consejo genético a familiares, especialmente por debajo de los 50 años. 

“Si el cribado se hace de manera regular, la probabilidad de detectar es mucho más alta. Se trata de un programa coste-efectivo”

— Pauline Dapena-Cherry

“En general los tratamientos que usamos, incluso la quimioterapia, son menos tóxicos que antes. Tenemos mejor control de náuseas y vómitos, infecciones y fiebre”, afirma Hernández-Bronchud. El oncólogo destaca también los avances quirúrgicos, por ejemplo, por medio de la laparoscopia, y los tratamientos personalizados, basados en el análisis de los genes mutados en cada paciente, entre otras estrategias. 

“Cuando empecé [en este sector] la supervivencia no llegaba al 50%. Ahora está en un 65%. Si se detecta precozmente puede ser un 90%, pero si se detecta ya con metástasis es un 10%”, explica Hernández-Bronchud. Esos porcentajes dejan muy clara la importancia de la detección precoz. 

Detección precoz

“La implantación de programas de cribado es fundamental” afirma Carlos Badiola, director médico de investigación y desarrollo de Casen Recordati. “Este cáncer evoluciona en un periodo largo de tiempo, por esto la detección precoz reduce tanto la frecuencia como la mortalidad”, añade. Gracias al cribado y a cambios en otros factores de riesgo, la mortalidad por cáncer de colon se ha reducido en las últimas décadas.

El cribado suele empezar con un test de sangre oculta en heces, recomendado cada dos años a personas con más de 50 años. Si la prueba es positiva, se procede a una colonoscopia. Esta puede detectar pólipos (una especie de verruga en el intestino grueso) o incluso un cáncer colorectal precoz. Si este es el caso, a menudo estas lesiones se pueden resecar o extirpar durante la misma colonoscopia. 

“Este cáncer evoluciona en un periodo largo de tiempo, por esto la detección precoz reduce tanto la frecuencia como la mortalidad”

— Dr. Carlos Badiola

“Si el cribado se hace de manera regular, la probabilidad de detectar es mucho más alta. Se trata de un programa coste-efectivo”, observa Pauline Dapena-Cherry, directora de desarrollo de negocios de la empresa biotecnológica Amadix en Estados Unidos. Dapena-Cherry también forma parte de ASEBIO. “El problema es que el nivel de adherencia a los programas de cribado está en un 50% en España. En Estados Unidos, por ejemplo, ya alcanza un 69%”, afirma. En consecuencia, la mayoría de los cánceres de colon se detectan ya en estado muy avanzado.

España incorporó este cribado al Sistema Nacional de Salud en 2014. Desde entonces, las Comunidades Autónomas han tenido 5 años para implantarlo y luego cinco más para alcanzar la cobertura del 100%.

“No obstante, el índice de participación sigue siendo demasiado bajo”, apunta Badiola. Este médico lo atribuye a una falta de consciencia y de información entre los pacientes, debida a que perciben el riesgo como algo alejado en el tiempo. Badiola destaca que los avances en la sedación y la mejora del sabor y la reducción del volumen de las sustancias evacuantes hacen que la colonoscopia ya no sea el trámite desagradable que era hace años. A su vez, destaca el esfuerzo de Casen Recordati en iniciativas para aumentar la concienciación y el nivel de información de los posibles candidatos a estas campañas de cribado, como un servicio gratuito de atención telefónica para resolver dudas antes de una colonoscopia.

No es dolorosa y es segura. Los riesgos, como la perforación, se dan en casos rarísimos”, añade Aguilera. De los pacientes que hacen el test de sangre oculta, solo un 7% pasa a la colonoscopia. De estos, la mitad no tienen cáncer, pero un 40% tiene lesiones precancerosas y un 10% tiene el tumor.

Aprender sobre prevención

Hernández-Bronchud pide que la escuela conciencie sobre la prevención y que tanto la medicina primaria como las farmacias colaboren en la tarea de recordar el cribado a la población y así aumentar la adherencia.

En el último año, a ello se ha añadido el reto de la pandemia. Durante los meses más duros, el cribado se redujo drásticamente e incluso suspendió. Aguilera dice que los hospitales están trabajando para recuperar los niveles anteriores. Por ejemplo, priorizando las endoscopias y creando circuitos seguros para los pacientes.

“Una vía muy prometedora viene de estudiar cómo interactúan el cáncer y el sistema inmune del paciente, para usar el segundo contra el primero, una estrategia llamada inmunoterapia”

— Dra. Lara Aguilera

“No podemos perder el ritmo: en el primer año de pandemia hubo 2.5 millones de fallecidos a nivel global, pero a la vez 10 millones de personas perdieron la vida a causa del cáncer, de los cuales un millón fue colorrectal”, observa Dapena-Cherry.

Otra tendencia preocupante es la incidencia creciente en edades inferiores a los 50 años. Este crecimiento, estimado en un 2% anual en Estados Unidos, ha impulsado a la Asociación del Cáncer de ese país a recomendar el cribado a partir de los 40 años.

Innovaciones en la detección

Algunas innovaciones podrían facilitar la tarea de extender la detección precoz. Amadix, por ejemplo, está trabajando en una “biopsia líquida”, o sea un sistema para detectar señales del cáncer en sangre, que podría complementar los sistemas de sangre en heces. “Facilitaría las cosas porque todo el mundo está acostumbrado a hacerse una analítica de sangre”, comenta Dapena-Cherry. 

Otras innovaciones incluyen sistemas que mejoran la endoscopia, como la Pillcam (una pastilla equipada con una cámara) o la aplicación de la inteligencia artificial para detectar mejor las lesiones. Badiola destaca los avances en la limpieza del colon, esenciales para conseguir imágenes útiles. 

La investigación también está explorando el papel de la microbiota. “Ciertos cánceres de colon se asocian con la presencia de ciertas bacterias que hacen que el paciente responda peor a algunos tratamientos o tenga recaídas más fácilmente”, explica Aguilera. 

Hernández-Bronchud destaca algunos avances cruciales en la comprensión molecular del cáncer. En particular, de los genes mutados de las células cancerosas, de los marcadores que condicionan la expresión de esos genes (la epigenética) y de las diversas clases de células que conforman la mucosa gastrointestinal. Una vía muy prometedora viene de estudiar cómo interactúan el cáncer y el sistema inmune del paciente, para usar el segundo contra el primero, una estrategia llamada inmunoterapia. 

A la espera de nuevos avances, todos los participantes en el debate llaman a una mayor concienciación sobre la prevención y la participación en programas de cribado. “Tengo un mensaje de esperanza para los pacientes: el tiempo juega a su favor. Mayor supervivencia también significa mayores posibilidades de acceder a nuevos fármacos activos aprobados, o de entrar en ensayos clínicos con nuevos fármacos prometedores”, concluye Hernández-Bronchud.