TECNOLOGÍA SANITARIA

La renovación sanitaria en el 2019 no mejoró pese a las iniciativas de algunas CCAA

En el 2019 la inversión destinada a la renovación de tecnología sanitaria en los hospitales, públicos y privados, fue insuficiente a pesar de las iniciativas de algunas Comunidades Autónomas para corregirlo

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Según el Estudio de Mercado Sector Tecnología y Sistemas de Información Clínica 2019 realizado por Fenin, el año pasado nuestro país tuvo un entorno económico favorable, aunque presentó un elevado déficit público por encima del objetivo que repercutió en la financiación del Sistema Nacional de Salud.

La inversión total en el 2019 experimentó un decrecimiento del 9,79% en comparación con el 2018 siendo las áreas de Diagnóstico por la Imagen, condicionada por la inversión derivada de la donación de la Fundación Amancio Ortega, las que sufrieron una caída mayor, minorando en un 16,39% el volumen de inversión. Asimismo, se mantuvo un bajo nivel de inversión en áreas Quirúrgicas. 

Aunque las áreas de Cuidados Críticos crecieron un 13,1% frente al 2018, los datos de partida de este año habían alcanzado mínimos históricos de inversión, según los datos recogidos de los últimos 10 años. Mejoraron los datos de inversión en Diagnóstico por Imagen Molecular y creció el mercado de Ecografía debido a las nuevas aplicaciones clínicas y usuarios que incorporaron estas herramientas en sus procesos asistenciales. 

El estudio también señala que, durante el 2019 se mantuvo la limitación de presupuestos para la renovación de la tecnología instalada en los centros sanitarios lo que ha producido un significativo envejecimiento del parque instalado llevando, tras varios años, a niveles muy difíciles de revertir. Aunque en algunos campos el mercado da señales de recuperación son aún insuficientes. 

Además, en el estudio de Mercado Sector Tecnología y Sistemas de Información Clínica 2019 se refleja que, en muchos territorios, se mantiene la tendencia a considerar el factor precio como principal elemento de valoración de las ofertas sin considerar la calidad de las tecnologías en contra de lo dispuesto en la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) y directivas de la UE, donde establece que los criterios de compra deben contemplar la calidad, el ciclo de vida, el retorno de la inversión y la propuesta de valor. 

La aplicación, ya consolidada, de la nueva Ley de Contratos del sector público tampoco ha resultado ser útil ya que los concursos públicos se agregaron, tanto en términos de lotes como geográficos, con presupuestos más reducidos y con un incremento del peso del precio en el criterio de compra, aunque alguna CCAA empieza a aplicar criterios de compra basada en valor, pero aún son minoría.