DISFUNCIÓN ERECTIL

Causas y tratamientos de la impotencia: el problema de 1 de cada 5 españoles

La impotencia es la incapacidad para conseguir y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales

Es un trastorno muy frecuente, tanto que en España lo sufre casi el 20% de los españoles (1 de cada 5)

Ilustración sobre la disfunción erectil

Ilustración sobre la disfunción erectil

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El problema es que, según estimaciones, la mitad de la población que la sufre retrasan su visita al médico más de un año y eso empeora el problema. Sin embargo, tiene solución, aunque por vergüenza muchos no demandan ayuda profesional”, reconoce el doctor Mario Álvarez-Maestro, del equipo de Urología del Hospital HLA Universitario Moncloa (Madrid). El también miembro de la European Section Urology Oncology (ESOU) y de la European Section Uro-Technology (ESUT) subraya que suele ser más frecuente a partir de los 50 años y como consecuencia del descenso de la testosterona en los hombres.

Así, y entre los síntomas de disfunción eréctil, el doctor Álvarez-Maestro apunta a: problemas persistentes para tener una erección; problemas persistentes para mantener la erección; disminución persistente del deseo sexual. “Los problemas para conseguir o mantener una erección también pueden ser un signo de una afección de salud preexistente que necesita tratamiento y un factor de riesgo de enfermedad cardíaca. Por eso es importante acudir al urólogo lo antes posible”, insiste el urólogo. 

Con ello, enumera cuáles son los factores que favorecen la disfunción eréctil y las causas más frecuentes de esta afección, partiendo de la idea de que “en muchos casos” la disfunción eréctil es debida a factores físicos como una enfermedad cardíaca, vasos sanguíneos obstruidos (ateroesclerosis), colesterol alto, presión arterial alta, diabetes, obesidad, niveles altos de insulina, grasa corporal alrededor de la cintura, Parkinson, esclerosis múltiple, consumo de tabaco, enfermedad de Peyronie –desarrollo de tejido cicatricial dentro del pene–, abuso de alcohol y de otras sustancias, trastornos del sueño, tratamientos contra el cáncer de próstata o el agrandamiento de la próstata., cirugías o lesiones que afectan la zona pélvica o la médula espinal, testosterona baja.

Las causas psicológicas

Ahora bien, el urólogo subraya que dentro de las causas psicológicas que pueden favorecer la impotencia podrían influir muchos aspectos como el estrés, la autoestima, o problemas derivados de la convivencia con la pareja, etc. “Lo fundamental es un asesoramiento profesional para hablar de la disfunción eréctil con el afectado y con su pareja (si la tuviera) para ayudarles a superar el problema. Contextualizar el problema y tranquilizar al afectado informándoles de las opciones terapéuticas es muy importante, ya que disminuye la tensión por no encontrar una solución. Si existe una depresión o un problema psicológico acusado puede ser necesario un tratamiento médico”, valora el urólogo.

El doctor Álvarez-Maestro recuerda también que en el varón, a partir de los 50 años, se produce un descenso progresivo de la testosterona, que provoca el descenso en el deseo de actividad sexual. “Es lógico si entendemos que la esperanza de vida hace un siglo era de 30 años y hoy es de más de 70. Existen muchos tratamientos para recuperar la vigorosidad y el deseo sexual”. Con todo ello, el doctor sostiene que existen diversos tipos de tratamiento, basándose en su causa:

  •  Tratamiento psicológico: con un profesional que ahonde en las causas emocionales que provocan la disfunción eréctil
  •  Tratamiento hormonal, aquellos en los que el paciente tiene un déficit de testosterona y hay que aplicar un tratamiento sustitutivo en forma de gel, de parche, o de inyección…
  •  Tratamiento arterial mediante microcirugía de revascularización…
  •  Tratamiento de riesgo vascular para corregir factores que eviten el desarrollo de una enfermedad cardiovascular como la hipertensión, colesterol, diabetes, etc.
  •  Tratamiento protésico a través de un implante de prótesis de pene que permite al paciente recuperar la función sexual. Es una solución definitiva y con una vida media de hasta 10 años en el 70% de los pacientes. Por lo tanto, es más duradera que el resto de los procedimientos disponibles. Además, la intervención es muy poco invasiva y al cabo de pocas semanas se retoma completamente la capacidad sexual, según asegura.

En última instancia, el urólogo destaca que uno de los motivos por los que es importante prestar atención a la disfunción eréctil es porque puede ser la primera señal de una enfermedad cardiovascular. “La disfunción eréctil se considera un factor de riesgo cardiovascular, siendo un importante predictor de enfermedad coronaria, sobre todo en menores de 60 años. Además, hay un alto porcentaje de pacientes con enfermedad coronaria que sufren de disfunción eréctil”, según advierte.

A su vez, el doctor Álvarez-Maestro indica que la disfunción eréctil y las enfermedades cardiovasculares comparten los mismos factores de riesgo: vida sedentaria, obesidad, tabaquismo e hipercolesterolemia. Por ello, ve muy importante que los pacientes con disfunción eréctil acudan al urólogo.