La Atalaya
del Tibidabo

100 años en la cima de Barcelona

Textos e imágenes:
Mònica Tudela

El 18 de diciembre de 1921, hace ahora un siglo, se inauguraba la Atalaya del Tibidabo. Un gran brazo metálico giratorio que maravilló a la ciudad de la época por las espectaculares vistas a 551 metros de altura y lo trepidante de la experiencia.

“El doctor Salvador Andreu, fundador del parque de atracciones del Tibidabo, tenía mucho interés en fomentar el gran aliciente del Tibidabo, que son las vistas panorámicas. Y qué mejor que construir una torre que aumentara aún más la visión de toda la ciudad”, explica Josep Darné, historiador del Tibidabo.

Así, junto al ingeniero Mariano Rubió, se ideó una estructura metálica de 50 metros que potenciaba aún más la altura de la cota 500 que ya tiene la cima de la montaña.

"Es una atracción única en el mundo. Cuando se inauguró se la llamaba ‘la Gran Palanca’ o ‘Brazo Gigante’. En aquel momento subir a la cima de la montaña de Barcelona, en una cestita, tan alto, era impensable", explica Rosa Ortiz, directora del Tibidabo.

Cuando se inauguró, la Atalaya se convirtió en el mirador más alto de Barcelona, hasta que en 1961 se acabó de construir el Sagrat Cor (564 metros), en la misma montaña.

¿Quieres saber más de la historia de la Atalaya? En el vídeo, el historiador Josep Darné y la directora del Tibidabo, Rosa Ortiz, explican lo que supuso en la época la puesta en marcha de la atracción.

"Cuando se inauguró, a la Atalaya se la llamaba 'Gran Palanca'. Subir a la cima de la montaña de Barcelona tan alto en una cestita era, entonces, algo impensable"
Rosa Ortiz, directora del Tibidabo

Otros países, incluso en el continente americano, se interesaron en su día por construir estructuras similares al gran brazo giratorio que reinaba en Barcelona, pero ninguna idea llegó a prosperar. Por eso, la Atalaya sigue siendo a día de hoy una estructura única.

¿Sabías que...?

10 curiosidades de la Atalaya

La estructura metálica mide 50 metros y el brazo que gira pesa 3,5 toneladas. La parte móvil se renovó por completo en el año 2011.

La cesta tiene una capacidad de ocho personas aunque, por seguridad, actualmente el aforo máximo es de seis.

Desde lo alto, a 551 metros, pueden verse 80 poblaciones de 70 kilómetros a la redonda. En días claros se divisa también la sierra de Tramuntana, en Mallorca.

Cuando se inauguró, la Atalaya daba la vuelta completa en 6 minutos. En 1955 se aumentó la velocidad de la atracción y hoy se tarda poco menos de 5 minutos en subir y bajar.

La Atalaya se construyó en el lugar que antiguamente ocupaban distintas instalaciones para aves de la Reial Societat Colombòfila de Catalunya.

La atracción cuenta con iluminación nocturna. Cuando se inauguró, se colocaron 3.000 bombillas, que permitían ver la estructura desde toda la ciudad.

La Atalaya ha tenido distintos colores. Antiguamente era azul pero, en los últimos años, ha cambiado de color para integrarse con otras atracciones del parque, como la noria. Hoy es blanca y tiene una cesta amarilla y otra roja.

Cuando se inauguró, el precio de la entrada era de una peseta, muy caro para esa época. Pese a eso, la Atalaya tuvo un éxito formidable.

Funciona con un motor eléctrico y la hace girar una rueda con 25 dientes. Esa pieza engrana en una corona de 125 dientes que es la que hace girar toda la estructura. En caso de interrupción del suministro eléctrico, se puede manejar manualmente.

¡La Atalaya ha tenido su propio gigante! Fue en 1959, coincidiendo con las fiestas de La Mercè, cuando el Tibidabo presentó a los gigantes Doña Atalaya y Don Avión, y a un grupo de cabezudos. Durante un tiempo, juntos se paseaba por el parque.

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100 años
de anécdotas

100 años girando en las alturas dan para muchas anécdotas. Son muchos los barceloneses y los turistas que, en este tiempo, han sucumbido a los encantos de la atracción giratoria.

En este vídeo, tres personas muy cercanas al parque de atracciones nos comentan algunos de los momentos más entrañables y curiosos.

"Hay gente que sube a la Atalaya a reflexionar, a buscar un momento y un lugar para estar consigo mismo"
Rosa Ortiz, directora del Tibidabo
"Más de una pareja se ha declarado su amor arriba, en la Atalaya. Hemos visto peticiones de matrimonio en la cesta"
Rosa Casas, trabajadora del Tibidabo desde hace 34 años
"Al principio, los médicos recomendaban a los niños con tosferina subir a la Atalaya. Decían que el aire limpio les curaba"
Josep Darné, historiador del Tibidabo

Una Atalaya de postal

Poco después de la inauguración de la Atalaya, en los años 20 del siglo XX, la atracción se convirtió en protagonista de una serie de postales humorísticas que le rendían homenaje. Aquí puedes ver algunas.

¡Sube a la Atalaya!

¿Te has quedado con ganas de subir a la atracción que corona la montaña del Tibidabo? Aquí abajo puedes experimentar cómo es dar un paseo por las alturas con Barcelona a tus pies.


Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO en diciembre del 2021

Textos, fotos y vídeos:
Mònica Tudela

Fotos históricas:
Archivo de El Tibidabo, Archivo del historiador Josep Darné