Crisis de la vivienda
MAPA | El precio de los alquileres baja en 23 de los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona
Un total de ocho municipios de la conurbación barcelonesa lidian con arrendamientos más caros que la capital catalana
Los alquileres bajan un 4,9% en Catalunya aunque los contratos de temporada siguen al alza
Más pisos públicos, coto a los alquileres temporales y rehabilitación: recetas ante la crisis de la vivienda en L’Hospitalet
Collboni presiona a Airbnb con un nuevo convenio y amenaza con medidas penales

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Àlex Rebollo
Àlex RebolloPeriodista
Los alquileres bajaron en 23 de los 36 municipios del área metropolitana de Barcelona en el primer trimestre de 2025 respecto a los contratos registrados en los tres últimos meses del año pasado. Los últimos datos del Institut Català del Sòl (Incasòl) reflejan así un cambio de tendencia, dado que en el último balance hubo 21 localidades en el que el precio medio de los contratos subió. Pese a la caída de los importes, todavía hay 10 urbes de la metrópolis de Barcelona que mantienen medias superiores a los 1.000 euros al mes, en lo que no deja de ser el enésimo recordatorio de los problemas de acceso a la vivienda con los que viven cada vez más vecinos de la conurbación barcelonesa van más allá de la propia capital catalana.
De hecho, un total de ocho municipios metropolitanos lidian con arrendamientos más caros que los de Barcelona, uno más que a finales de 2024. La metáfora de la 'mancha de aceite' hace tiempo que quedó corta para explicar la subida de precios de los alquileres más allá de Barcelona y algunos expertos y colectivos por el acceso a la vivienda señalan que cada vez más ciudades, más allá de la expulsión de vecinos de zonas céntricas a las periferias, conviven con los mismos vicios que contribuyen a la escalada de precios en la capital.
Son ejemplo de ello la falta de oferta, la práctica inexistencia de un parque de vivienda pública o el aumento de pisos turísticos y de alquileres por habitaciones, una fórmula usada en ocasiones con el fin de esquivar las limitaciones aplicadas en estas localidades al ser declaradas zonas tensionadas. Si a ese cóctel se le suman una demanda disparada y las dificultades para cumplir con los requisitos que permiten acceder a una vivienda en propiedad, el combinado resultante no es otro que el de alquileres caros.
Pese a los valores todavía elevados, la consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, ha celebrado, ante la caída de precios general, que "los datos son buenos, puesto que nos muestran que la contención y las medidas legislativas y normativas ayudan a garantizar el derecho a la vivienda en este camino hasta alcanzar un parque público del 15%”.
Así, los tres municipios con los contratos más caros registrados en los tres primeros meses de 2025 fueron Sant Just Desvern (1.472,26 euros al mes), Sant Cugat del Vallès (1.350,01) y Begues (1.335,86), dos del Baix Llobregat y una del Vallès. Las otras localidades con valores medios por encima de los 1.000 euros son: Esplugues (1.281,97); Tiana (1.240,22); Castelldefels (1.125,76); Montgat (1.106,98); Sant Joan Despí (1.097,13); Barcelona (1.087,23); y Santa Coloma de Cervelló (1.041,72).
La tendencia de la bajada de alquileres se mantiene, aunque a menor escala, si se amplía el foco y se observa la evolución de los alquileres en el ámbito funcional metropolitano —que se compone de las comarcas del Baix Llobregat, Barcelonès, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental—. Los contratos firmados entre enero y marzo 2025 en el ámbito también conocido como Gran Barcelona supusieron una media de 953,61 euros al mes, un 2,5% menos que en el periodo anterior (978,02). Eso sí, en términos porcentuales, la caída queda lejos de la registrada en el conjunto de Catalunya (4,9%) y Barcelona ciudad (8,9%).
Un problema extendido
Los dolores de cabeza en el marco del acceso a la vivienda no son tampoco competencia exclusiva de Barcelona y los municipios más caros. Ciudades como Badalona, Santa Coloma o L'Hospitalet, con rentas medias más bajas que urbes como Sant Cugat y Sant Just, también pugnan con la crisis habitacional. Por ejemplo, las quejas por las dificultades para acceder a una vivienda han escalado en L’Hospitalet casi a la par que lo han hecho los precios de las mismas.
En concreto, el valor medio de los alquileres en la segunda ciudad más poblada de Catalunya se ha disparado un 66% en los últimos 10 años, entre 2014 y 2024. En barrios como Santa Eulàlia, la Torrassa y Collblanc —todos fronterizos con Barcelona y cercanos a enclaves turísticos como el Camp Nou— hay habitaciones que se ofertan con precios por encima de la media de los contratos registrados por el Incasòl de pisos enteros, con ofertas de hasta 850 euros al mes por un habitáculo en un piso compartido con otros inquilinos.
La ciudad ultima ahora un Plan de Vivienda para tratar de solucionar, en el marco de sus competencias, algunas de las mayores carencias y necesidades más apremiantes en materia habitacional, así como la creación de una empresa pública que gestione buena parte de las políticas locales de vivienda y que sirva como herramienta para aumentar el parque público, así como para agilizar trámites como el acceso a subvenciones para rehabilitaciones.
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