Renovación de flota
El AMB desbloquea tras 13 años el contrato de autobuses de Cerdanyola del Vallès: 30 millones y ocho años de servicio
El ente metropolitano y el Ayuntamiento sellan un acuerdo que permitirá renovar el servicio, con una aportación municipal de aproximadamente 1,5 millones anual
CONTEXTO | Los buses urbanos de siete ciudades del área de Barcelona pasarán a manos del AMB

Un bus urbano de Cerdanyola del Vallès.


Clàudia Mas
Clàudia MasPeriodista
Periodista especializada en el Vallès. He trabajado en medios como VilaWeb, iSabadell, Diari de Sabadell y Bellaterra Diari. Codirigí el documental Els Residus del Mercuri (septiembre de 2023).
Después de más de una década de prórrogas y con un servicio que funcionaba bajo el paraguas de un contrato vencido desde 2012, el transporte urbano en autobús de Cerdanyola del Vallès encara al fin un relevo. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha sacado a licitación el nuevo contrato por un valor estimado de 30 millones de euros y una duración de ocho años, con posibilidad de dos más de prórroga. No todo el coste recaerá sobre el ente metropolitano.
Fuentes municipales confirman a EL PERIÓDICO el acuerdo definitivo entre AMB y Ayuntamiento: como novedad, el consistorio asumirá un tercio del coste total de la licitación —en torno a 1,5 millones anuales—, una aportación vinculada directamente a las mejoras del servicio, como la incorporación de innovaciones tecnológicas o la renovación de la flota, que se perfila como la mejora tangible más destacada. El AMB cubrirá el resto, los dos tercios restantes. Cabe recordar que el alcalde de Cerdanyola, Carlos Cordón (PSC), es el actual vicepresidente de Movilidad del AMB.
El anuncio del nuevo contrato pone fin a soluciones transitorias. El contrato anterior, formalizado antes de 2012, había quedado prorrogado durante 13 años. “Que se haya desbloqueado el contrato y esté en proceso de licitación, significa que después de años de mucho trabajo administrativo y político, avancemos de forma firme hacia un nuevo servicio de transporte urbano de calidad, que mejorará la vida de nuestros ciudadanos”, valora la concejala de Movilidad, Innovación, Agenda Urbana y Agenda 2030 del Ayuntamiento de Cerdanyola, Conchi Martínez, en declaraciones a este diario. Según las previsiones municipales, el nuevo operador debería estar en marcha a principios del próximo año, si la licitación avanza sin contratiempos.
El contrato fija un margen máximo de tres meses desde su formalización para que el servicio arranque. Entre las exigencias clave figura la obligación de que la adjudicataria garantice que toda la electricidad empleada para la explotación del servicio —tanto directa como indirectamente— proceda de fuentes 100% renovables, con garantía de origen.
El procedimiento de adjudicación incluirá las cláusulas habituales en este tipo de licitaciones y fija un plazo máximo de diez años, sumando la duración inicial y la posible prórroga. Esta prórroga, en caso de acordarse, será de obligado cumplimiento para la empresa si el AMB la comunica al menos dos meses antes de que expire el contrato.
"Será una nueva red de buses urbanos adaptada a las dinámicas reales de la población, pero también de toda una serie de vehículos que cooperarán en el proceso de descarbonización del municipio y en hacer, por tanto, una Cerdanyola mucho más saludable. El nuevo dibujo del bus en Cerdanyola comportará una mejor comunicación entre barrios, con nuevas líneas, nuevas paradas y mayores frecuencias de paso, pero también, y sobre todo, transformará nuestra ciudad en una ciudad más accesible, ágil y cómoda", manifiesta Martínez.
Sant Cugat y Barberà, a la espera
El caso de Cerdanyola no es una excepción en el mapa del transporte público de la segunda corona metropolitana. Como ocurre con las concesiones de agua en algunos municipios, la gestión del bus urbano arrastra en varios puntos una notable desactualización contractual. En una situación similar están Sant Cugat del Vallès —con el contrato de autobuses prorrogado desde 2018—, Barberà del Vallès, Corbera de Llobregat, Ripollet y Torrelles de Llobregat. A principios de abril, el AMB asumió la titularidad y gestión del servicio de bus urbano de Castellbisbal, un movimiento que se espera se replique próximamente en los municipios citados.
Las tensiones con Sant Cugat afloraron de forma evidente el pasado 15 de marzo de 2024, cuando el consistorio exigió al AMB una compensación de unos 20 millones de euros por haber sufragado con recursos propios el coste del transporte urbano durante estos años. Su alcalde, Josep Maria Vallès (Junts), llegó a a/esdvertir que no descartaba acudir a los tribunales si no se alcanzaba un acuerdo. Sin embargo, todo apunta a que en las próximas semanas se alcanzará un entendimiento entre ambas administraciones.
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