Seis meses de prórrogas

Rubí aprueba por primera vez un presupuesto de 100 millones para 2025

El gobierno municipal saca adelante unas cuentas de 101,9 millones de euros con el apoyo de En Comú Podem y la abstención de ERC

Rubí desbloquea su presupuesto municipal tras seis meses de prórrogas

Ayuntamiento de Rubí

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Por primera vez, Rubí (Vallès Occidental) contará en 2025 con un presupuesto municipal que supera la barrera simbólica de los 100 millones de euros, tras seis meses de prórrogas. Las cuentas, aprobadas inicialmente este martes en pleno, ascienden a 101,9 millones y han sido posibles gracias a un ejercicio de negociación política poco frecuente en el actual clima institucional. El gobierno local ─formado por el PSC y En Comú Podem─ ha logrado sacar adelante la propuesta con el respaldo de sus socios y la abstención estratégica de Esquerra Republicana.

La alcaldesa, Ana María Martínez Martínez (PSC), ha subrayado que el nuevo presupuesto “deja atrás las limitaciones de unos cuentas prorrogadas” y permite proyectar una acción de gobierno “ambiciosa y realista”. En rueda de prensa, tanto ella como Andrés Medrano Muñoz, tercer teniente de alcaldía y portavoz de ECP, han destacado la voluntad de diálogo que ha marcado todo el proceso. Según Martínez, el resultado es fruto de “una clara apuesta por construir consensos y priorizar los intereses de ciudad por encima de las diferencias partidistas”.

Por encima de los 3,5 millones

Con un incremento de 3,5 millones respecto al ejercicio anterior, el presupuesto se sostiene sobre una previsión optimista de ingresos procedentes del Estado y otras administraciones supramunicipales como la Generalitat y la Diputación de Barcelona. A pesar del aumento global, el consistorio mantiene la presión fiscal intacta: el IBI sigue siendo la principal fuente de financiación, pero Rubí se sitúa, según el gobierno local, por debajo de la media comarcal tanto en carga impositiva como en esfuerzo fiscal.

Entre las principales partidas del presupuesto destacan las destinadas a seguridad ciudadana y mantenimiento urbano. Se prevé una inversión de 112.000 euros para digitalizar y modernizar la Policía Local, así como la incorporación de nuevos agentes. A ello se suma un plan de asfaltado dotado con 1,2 millones de euros, más 450.000 euros para mejorar el arbolado urbano y otros 400.000 euros para actuar en instalaciones deportivas, como las de Can Rosés.

Uno de los capítulos más relevantes es el destinado a la recogida de residuos, que rozará los 10 millones de euros. Se incluye aquí un plan de choque para la limpieza intensiva de contenedores, especialmente en el núcleo urbano y en urbanizaciones. En paralelo, se destinan casi 2,5 millones al mantenimiento de zonas verdes, una cifra que apunta a una mejora significativa en la cobertura y frecuencia del servicio.

Inversión social y perspectiva de género

La vertiente social del presupuesto no queda relegada. El gobierno local mantiene su apuesta por las políticas centradas en las personas: 1,2 millones para el Pla d’Acció Social, 444.000 euros para personas con discapacidad y 460.000 euros en iniciativas para la tercera edad y colectivos vulnerables. El servicio de atención domiciliaria absorberá 2,6 millones y la educación contará con cerca de 800.000 euros para becas y programas de inclusión.

La perspectiva de género se presenta como un eje transversal, con 4,1 millones dedicados a medidas como el segundo Pla d’Igualtat. Además, el consistorio apuesta por el acceso a la vivienda, la transición energética y la protección animal, con una dotación para este último ámbito que crece un 7,5 %.

También se ha completado el proceso de estabilización de la plantilla municipal, incluyendo la aplicación de la nueva valoración de puestos de trabajo, una medida largamente demandada por los sindicatos.

En palabras de la alcaldesa, estos presupuestos representan “una herramienta potente para transformar la ciudad” y se sitúan en la línea de “garantizar la excelencia en los servicios públicos”. Su socio de gobierno, Andrés Medrano, ha defendido que el acuerdo logrado entre fuerzas progresistas responde a la necesidad de “hacer una política útil y de trazar una alternativa sólida frente al populismo de la extrema derecha”.

En un momento en que muchas corporaciones locales trabajan con cuentas prorrogadas o enfrentan bloqueos políticos, Rubí se anota un tanto institucional que va más allá de las cifras. El presupuesto de 2025, además de romper un techo económico, evidencia que el consenso, cuando se persigue con constancia, aún es posible en política municipal.