Testimonios personales

“Nos dejan tirados 16 meses”: los pasajeros de la R3, ante un corte histórico y sin "alternativas claras"

El cierre entre Mollet-Santa Rosa y La Garriga, previsto a partir del 27 de septiembre, obligará a miles de viajeros diarios a reorganizar sus trayectos

La R3 de Rodalies iniciará en septiembre un corte de 16 meses que empezará por el tramo L'Hospitalet-La Garriga

CLAVES | Corte histórico de la R3 de Rodalies: estas serán las alternativas para los viajeros durante 16 meses

Sergi López de 30 años es vecino de Torelló y viaja hasta Parets con la R3 por trabajo

Sergi López de 30 años es vecino de Torelló y viaja hasta Parets con la R3 por trabajo / ZOWY VOETEN

Clàudia Mas

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Mollet del Vallès
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Un tren que no llega y una certeza: a partir del 27 de septiembre, todo será aún más complicado. Así es el ambiente en estaciones como Mollet-Santa Rosa o Parets del Vallès, puntos neurálgicos de la línea R3 de Rodalies. Durante 16 meses, el tramo entre Mollet-Santa Rosa y La Garriga quedará completamente cerrado por unas obras de desdoblamiento largamente prometidas. De estos, ocho meses estarán sin servicio las 15 estaciones que van desde L'Hospitalet del Llobregat hasta la Garriga.

La inversión, 68 millones de euros, no borra la indignación de quienes, usuarios como Francesc Quintana, ven que las soluciones llegan tarde y mal: “Cuando esto esté acabado, aún quedará por desdoblar de Parets hacia Mollet, Santa Perpètua y Montcada. Esto durará años. Por ahora nos quedaremos tirados más de un año”.

Francesc Quintana de 59 años, usuarios de la R3 de Parets del Vallès comentan el futuro del corte de vias

Francesc Quintana de 59 años, usuarios de la R3 de Parets del Vallès comentan el futuro del corte de vias / ZOWY VOETEN

Quintana, de 59 años, es vecino de Parets y trabaja en Barcelona. “Ya sufrimos el corte de 2023, y al final tienes que buscarte la vida. Las alternativas que ponen hacen lo que pueden, pero no funcionan. Y esta vez, con los buses de Renfe, seguro que no habrá suficientes. Yo, si puedo, tiraré de servicios privados. El coche no me lo planteo porque aparcar en Barcelona es imposible”.

La suya no es una opinión aislada. Muy cerca, en la estación de Mollet-Santa Rosa, Sergi Parra, de 42 años, resume con resignación lo que será el día a día a partir de otoño: “Cada día voy en tren a trabajar a Barcelona. Esto ya es un desastre, pero lo que viene ahora será aún peor. Ir a pie media hora hasta la R2 y luego a Sants. ¿Los buses? Sabemos lo que pasa. Siempre hay colas, llegan tarde, y son insuficientes”.

Para él, la historia se repite: "Mal servicio y soluciones parcheadas" que no alcanzan a absorber el volumen de viajeros. “Ya han hecho esto antes, y siempre acaba igual. Y lo peor es que esta vez son 16 meses”, recalca.

Sergi Parra de 42 años viaja cada día en la R3 de Rodalies para ir a trabajar

Sergi Parra de 42 años viaja cada día en la R3 de Rodalies para ir a trabajar / ZOWY VOETEN

Noemí Martínez, de 47 años, también viaja a diario a Barcelona desde Mollet. Más de una década como usuaria habitual le dan autoridad: “Fatal. Ahora mismo ya vienen con muchísimo retraso, es lo habitual. A veces me sale mejor ir directamente en bus o incluso andando más y tomar otro tren”. Ante el nuevo corte, lo tiene claro: “Cogeré el E21, que va bien. Es puntual y muchas veces tardo menos que con la R3. Pero no puede ser que tengamos que renunciar al tren para llegar a tiempo”.

En cambio, otros usuarios optarán por abandonar el transporte público, al menos temporalmente. Es el caso de Sergi López, de 30 años, que vive en Torelló y trabaja en Parets. Cada día hace el trayecto en tren con su bicicleta. “La R3 va con retrasos casi siempre. Pero con el corte ya no me sirve: no podré usar los buses porque no puedo subir la bici. Me veré obligado a venir en coche, aunque me salga más caro. Es una lástima tener que dejar el transporte público por falta de opciones”, critica.

La afectación no será igual para todos. Maria Luz, de 52 años, también viaja cada día hacia la Sagrera por trabajo. “A veces tengo que pedir a alguien que venga a recogerme porque va muy mal. Utilizaré los buses alternativos, pero habrá que ver cómo funcionan”, comenta, resignada.

Noemí Martínez viaja con la R3 de Rodalies desde Mollet hasta la Sagrega por trabajo

Noemí Martínez viaja con la R3 de Rodalies desde Mollet hasta la Sagrega por trabajo / ZOWY VOETEN

No todos los perfiles son diarios o laborales. Maria Majem (77) y Vicenç Ventura (78), un matrimonio de Mollet, viajan algunos fines de semana a Puigcerdà. “Siempre hemos tenido algo de miedo, pero la línea nos ha funcionado bien”, explican. Para ellos, el corte se compensará con viajes más esporádicos y apoyo familiar. “Iremos en coche o pediremos que nos acerquen. En invierno vamos menos, así que no nos afectará tanto”.

Maria Magem y Vicenç Ventura, un matriomonio de Mollet del Vallès que usan la R3 de Rodalies para ir a Puigcerdà

Maria Magem y Vicenç Ventura, un matriomonio de Mollet del Vallès que usan la R3 de Rodalies para ir a Puigcerdà / ZOWY VOETEN

Si se cumplen los plazos, en enero de 2027 los trenes circularán de nuevo por este tramo, con vía doble, mayor frecuencia y mejores condiciones. Pero durante año y medio, miles de personas tendrán que adaptar sus rutinas, con soluciones que —según expresan los propios usuarios— aún son poco claras o directamente insuficientes.