Los 5 mejores parques de Barcelona para disfrutar la primavera

Aunque el crecimiento del último siglo ha cubierto de asfalto gran parte del término municipal de Barcelona, aún es posible encontrar espacios verdes que aúnan una gran belleza con una destacada biodiversidad. Ahora es el mejor momento para disfrutar de ellos, y los cinco que presentamos a continuación son los más destacados de la ciudad. Se trata de :

[La explicación de cada parque incluye un mapa con una pequeña ruta con algunas especies emblemáticas. Al final del reportaje te puedes descargar los PDF de los mapas]

Parque de la Ciutadella

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

Entrada gratuita

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

El parque de la Ciutadella podría definirse como el lugar donde concluyen los paseos de los turistas que se sienten agotados tras callejear durante horas por el centro de Barcelona. O como el destino familiar ideal para un día sin planes. O incluso como el escenario perfecto para las más variopintas 'performances' de música y arte. Y también, como destaca el ayuntamiento, como un museo al aire libre. Lo tiene todo: desde una rica historia y diversos edificios singulares, algunos con casi tres siglos de historia, hasta un patrimonio natural sobresaliente.

Con sus 30 hectáreas, 12 de las cuales corresponden al recinto del Zoo de Barcelona, la Ciutadella no es comparable en tamaño a Central Park ni a Hyde Park. Ni siquiera al Retiro. Pero ello no impide cumpla las mismas funciones de gran pulmón verde en el corazón de la ciudad, rodeado por completo por la malla urbana de asfalto y hormigón. No es un jardín de barrio: es el jardín de Barcelona por excelencia.

La zona del parque que da más cerca del Arc del Triomf

La zona del parque que da más cerca del Arc del Triomf

El parque de la Ciutadella fue creado con motivo de la Exposición Universal de 1888 en los terrenos de la antigua fortaleza mandada levantar por Felipe V tras la Guerra de Sucesión, que a su vez se había construido sobre parte del barrio de la Ribera. No obstante, como si se tratara de un problema actual, la construcción fue lenta y llena de dificultades, entre otros aspectos por el elevado coste de algunos edificios.

Del diseño y la dirección se encargó el maestro de obras Josep Fontseré, ganador de un concurso público, que ya en aquel tiempo pregonaba con criterios muy modernos que "los jardines son a las ciudades lo que los pulmones al cuerpo humano". Su inspiración fueron los Jardines de Luxemburgo, en París. La Ciutadella fue el primer parque que se construía específicamente como jardín público en Barcelona.

Uno de los espacios en los que hay una gran extensión de césped.

Uno de los espacios en los que hay una gran extensión de césped.

Del ajardinamiento se encargó Ramon Oliva, director del departamento municipal de parques, aunque medio siglo después se acometieron importantes reformas bajo la dirección del renombrado arquitecto Nicolau Rubió Tudurí, el mismo autor del Turó Park o los jardines del Palacio de Pedralbes y la Sagrada Família.

VALORES BOTÁNICOS

La Ciutadella destacaba ya en sus inicios por acoger especies arbóreas muy escasas o incluso únicas en el conjunto de la ciudad, muchas de ellas de orígenes lejanos. De finales del siglo XIX es, por ejemplo, la gran casuarina o roble australiano situada junto a la cascada y la estatua del mamut, un árbol con un imponente tronco bifurcado y una altura de 23 metros. Las casuarinas son hoy muy comunes en Barcelona, pero en aquellos tiempos era una sorpresa observar esta especie que recuerda por su aspecto a las coníferas sin tener la más mínima relación con ellas.

El mamut de la Ciutadella.

El mamut de la Ciutadella.

También descuellan por su rareza dos macluras o naranjos de Luisiana, unos árboles de origen norteamericano cuyo elemento más curioso son los grandes frutos esféricos que le dan nombre, aunque ni se hace zumo con ellos ni son comestibles. Con un origen similar, otros árboles poco comunes en Barcelona son los cipreses de los pantanos o taxodios que crecen rodeados de agua en el gran lago central, en la orilla más cercana al Parlament. Eso sí, posiblemente por falta de tierra fértil, su tamaño es escuálido si se compara con sus parientes silvestres en la cuenca del Misisipí o en Florida. Junto al Instituto Verdaguer hay también una gran acacia de Constantinopla que está incluida en el catálogo municipal de árboles de interés local. Su hermosa floración rosácea acontece ya en verano.

Otro elemento característico de la Ciutadella son las avenidas jalonadas por árboles de la misma especie. Los más famosos son los tilos plateados que reciben al visitante que se adentra en el parque desde el paseo de Lluís Companys y cuyas flores desprenden un agradable aroma cuando el verano se acerca. También forman una hermosa alineación los álamos de recios troncos que se alzan paralelos al paseo de Pujades, llenos en primavera del llamado vilano, una pelusa algodonosa que -
pese a la falsa creencia- no tiene relación con las alergias.

Otro de los pasajes de la Ciutadella.

Otro de los pasajes de la Ciutadella.

Finalmente, son asimismo reseñables los ginkgos, los plátanos (el mayor está cerca del mamut), los cóculos (vale la pena observar los que se encuentran al lado de la entrada del paseo de Picasso, prácticamente arbóreos), las palmeras (de varias especies), los pitósporos (hay uno enorme junto a la glorieta de los músicos), los tejos (los mayores están cerca de la estatua ecuestre del general Prim), las tipuanas, los magnolios, los naranjos amargos y las yucas, entre otros muchos árboles y arbustos. La Ciutadella es, en definitiva, el gran arboreto de Barcelona.

LAS PRINCIPALES JOYAS DEL PARQUE

1. Pitósporo. También conocida como azahar de China. Planta ornamental muy común en ciudades debido a su tolerancia a la contaminación.

2. Paseo de álamos. Conjunto de ejemplares esbeltos en alineación, paralelos al paseo de Pujades.

3. Casuarina. Uno de los hitos del parque por su altura, su grosor y su silueta bifurcada. Se trata de una especie de origen australiano habitual en Barcelona.

4. Naranjo de los osage. Especie estadounidense cultivada ocasionalmente como ornamental. Hay otro ejemplar de tamaño similar junto al kiosco de música.

5. Cipreses de los pantanos. Coníferas acostumbradas a vivir en terrenos pantanosos o incluso con las raíces bajo el agua. Proceden del sur de EEUU.

6. Acacia de Constantinopla. El mayor representante en Barcelona de esta especie también conocida como árbol de la seda. Emparentada lejanamente con las mimosas.

7. Bellasombras. Dos de los ejemplares más vistosos de Barcelona. Justo en la puerta de entrada por el paseo de Picasso. Son endémicas de Sudamérica.

8. Tejo. Los tejos, muy amenazados en sus formas silvestres, gozan de gran éxito como plantas ornamentales. Este es el mayor del parque.

9. Braquiquito. También llamado árbol botella. Especie australiana muy apreciada como árbol urbano debido a su tolerancia a la sequía y la contaminación.

10. Paseo de los tilos. Uno de los elementos inconfundibles del parque. La mayoría son 'Tilia tomentosa' (tilo plateado), especie originaria de los Balcanes y Europa central.

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Pitósporo.

Pitósporo.

Álamo.

Álamo.

Casuarina

Casuarina

Naranjo de los Osage.

Naranjo de los Osage.

Ciprés de los pantanos.

Ciprés de los pantanos.

Acacia de Constantinopla.

Acacia de Constantinopla.

Bellasombra.

Bellasombra.

Tejo.

Tejo.

Braquiquito.

Braquiquito.

Tilo.

Tilo.

Maclura.

Maclura.




Jardines de Costa i Llobera

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

Entrada gratuita

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

Los Jardines de Costa i Llobera, situados en la ladera marítima de Montjuïc, con vistas al puerto, están consagrados a los cactus y otras plantas crasas o suculentas, es decir,  especializadas en almacenar agua para estaciones difíciles. Así que, en cierta manera, el recorrido es un camino lleno de pinchos... pero hermosos.

Debido a la orientación hacia el mar y a resguardo del viento, el parque goza de un microclima muy temperado, sobre todo en invierno, lo que facilita el cultivo de especies propias de ambientes con un clima más cálido que el de Barcelona. Aun así, ello no ha evitado que grandes olas de frío, como las de enero de 1985 y enero de 1987, ocasionaran episodios de elevada mortalidad.

Vista del Puerto de Barcelona desde los Jardines de Costa i Llobera.

Vista del Puerto de Barcelona desde los Jardines de Costa i Llobera.

Los jardines siguen siendo uno de los mejores de Europa en su especialidad, tal y como se publicitó cuando fueron abiertos al público en 1970, en tiempos del alcalde Porcioles (¡hasta 'The New York Times' los incluyó entre el Top10 del mundo!). Sin embargo, el paso del tiempo ha sido implacable. Pese a la gran reforma acometida entre 2006 y 2011, que incluyó la mejora del drenaje y la estabilización del terreno, así como la plantación de numerosos ejemplares nuevos, los jardines muestran un aspecto desvencijado y decadente. El parque, además, sufre con desgraciada asiduidad la visita de vándalos que mutilan cactus o estampan su nombre en ellos con una navaja.

Los jardines, bautizados en honor del gran poeta y teólogo mallorquín Miquel Costa i Llobera, se realizaron bajo la dirección del jardinero Joan Pañella, técnico municipal y profesor de la Escuela de Jardinería de Barcelona, y el arquitecto Joaquim Maria Casamor, entonces director del departamento municipal de Parques y Jardines. Las primeras incorporaciones incluyeron la colección personal del propio Pañella, que hizo una donación, y numerosos ejemplares comprados en el Jardín Exótico de Pallanca, en Bordighera (Liguria, Italia), lo que permitió la llegada, entre otros, de un ejemplar bicentenario de Oreocereus neocelsianus, una planta endémica de América del sur subtropical.

Escultura de 'La Puntaire'.

Escultura de 'La Puntaire'.

VALOR BOTÁNICO

En los Jardines de Costa i Llobera, según las explicaciones facilitadas por el ayuntamiento, se cultivan 800 especies de todo el mundo, aunque el continente mejor representado es sin duda América, muy particularmente las regiones áridas de México y el sur de Estados Unidos. Como plantas y árboles mediterráneos hay algarrobos, olivos y granados.

Entre las especies más vistosas presentes en el parque cabe citar los omnipresentes dragos -algunos de más de tres metros de alto-, los aloes -llegados de África meridional- y los ágaves o pitas -que son mexicanos-, todas ellas muy bien aclimatadas a Barcelona. Las chumberas fueron antaño una gran colección, pero la plaga de la cochinilla las ha aniquilado casi por completo y las supervivientes muestran un aspecto patético.

Una de las zonas escalonadas de los jardines.

Una de las zonas escalonadas de los jardines.

Llama también la atención la enorme altura que han alcanzado dos ejemplares de 'Euphorbia candelabrum', originarias del Cuerno de África. Hay también una buena representación del género Echinopsis, unas cactáceas de América del sur famosas por sus bellas flores, así como numerosos 'Echinocactus grusonii', comunes en jardinería y cuyo nombre popular es ilustrativo: asiento de suegra.

Sin embargo, atendiendo al espacio que ocupan y a su desarrollo, quizá las estrellas del parque son las palmeras, con 12 especies diferentes, desde las hermosas palmeras canarias -supervivientes a la plaga del picudo- hasta las menos comunes Brahea, Livistona o Syagrus romanzoffiana. Además, una sucesión de más de 20 washingtonias situadas en la puerta, a lo largo del paseo de Miramar, están catalogadas como árboles de interés local. Y hay, por supuesto, numerosos palmitos, la única palmera autóctona de Europa.

Una de las zonas más sombreadas de los jardines.

Una de las zonas más sombreadas de los jardines.

Finalmente, entre los restantes árboles se pueden observar grevilleas, patas de vaca, enormes ficus (incluido el mayor laurel de indias de Barcelona), árboles de coral, braquiquitos de varias especies (con espectaculares flores de color rosa y rojo) y, en el extremo sur del parque, un conjunto de ocho palos borrachos que nunca han llegado a lucir como deberían.

LAS PRINCIPALES JOYAS DEL PARQUE

1. Ave del paraíso. Herbácea de bellas flores originaria de zonas costeras Sudáfrica. Muy
habitual en jardinería​.

2. Plaza central de cactus. Conjunto singular consagrado por completo a los cactos. Incluye un ejemplar enorme de 'Euphorbia candelabrum', endémica del Cuerno de África.

3. Brahea armata. Hermosa palmera con tonalidades azules originaria de México. Su nombre es un homenaje al astrónomo Tycho Brahe.

4. Washingtonia robusta. Palmera de abanico mexicana, frecuente en en el parque. Pese al nombre, suele ser más fina de tronco que su pariente Washingtonia filifera.

5. Higuera herrumbrosa. Ficus de origen australiano con un gran tronco y unas características raíces áreas.

6. Palos borrachos. Diversos ejemplares de dos especies ('Ceiba chodatii', flores amarillas, y 'Ceiba speciosa', flores rosas) con un estado de salud precario.

7. Braquiquito rojo. Árbol australiano con unas espectaculares flores de color rojo brillante y forma acampanada. Es el mayor ejemplar de Barcelona.

8. Ficus microcarpa. Ficus conocido popularmente como laurel de Indias, nativo del Sudeste de Asia. Habitual como árbol urbano. Es el mayor ejemplar de Barcelona.

9. Erythrina lysistemon. Árbol sudafricano muy apreciado como ornamental debido a sus hojas rojizas. Las flores aparecen en racimos antes de que salga la hoja.

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Ave del paraíso.

Ave del paraíso.

Plaza central de cactus con la notable presencia de Euphoria candelabrum.

Plaza central de cactus con la notable presencia de Euphoria candelabrum.

Brahea armata.

Brahea armata.

Washingtonia robusta.

Washingtonia robusta.

Higuera herrumbrosa.

Higuera herrumbrosa.

Palo borracho amarillo.

Palo borracho amarillo.

Braquiquito rojo.

Braquiquito rojo.

Ficus microcarpa.

Ficus microcarpa.

Erithrina lysistemon.

Erithrina lysistemon.

Ficus rubiginosa.

Ficus rubiginosa.

Dracaena draco.

Dracaena draco.

Ceiba chodatii.

Ceiba chodatii.

Jardín Botánico de Barcelona

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN Y CÓMO LLEGAR

Entrada general: 3,50 euros

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

El Jardín Botánico de Barcelona (JBB) no sigue la estela de los grandes parques botánicos del mundo puesto que agrupa las especies de flora por ecosistemas, en lugar de hacerlo por familias biológicas, y se centra exclusivamente en las regiones del planeta con climas mediterráneos, más las islas Canarias. Por tanto, que nadie espere coloridas flores ecuatoriales o coníferas canadienses cuyas copas se pierden en las alturas. Ni siquiera bellos invernaderos cubiertos. El JBB es territorio de olivos, algarrobos y enebros en compañía de eucaliptos, banksias, aloes, bojes, brezos, adelfas y otras muchas especies adaptadas a los veranos cálidos y secos y a los inviernos temperados. Como en Barcelona, Atenas, Rabat, Ciudad del Cabo, Los Ángeles o Adelaida.

Vistas al Palau Sant Jordi desde el Jardín Botánico.

Vistas al Palau Sant Jordi desde el Jardín Botánico.

El JBB se encuentra en un solar poco transitado de la montaña de Montjuïc, a las espaldas del Palau Sant Jordi, así que, pese a sus 14 hectáreas de extensión, no es de extrañar que sea un desconocido para gran parte de los barceloneses. Y ciertamente es una lástima, puesto que el jardín tiene numerosos atractivos que, además, van mejorando poco a poco al ritmo que van creciendo sus árboles. Aunque el parque está aún en su adolescencia, solo por las vistas de Barcelona ya merece la pena conocerlo. Eso sí, mejor evitar las visitas a pleno mediodía en los días tórridos de verano: los turistas maldicen que los árboles sean pequeños todavía y no den apenas sombra.

La idea de crear un nuevo jardín botánico en Barcelona, más acorde con las nuevas directrices del conservacionismo, cristalizó con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. El anterior, situado detrás del MNAC, en la antigua cantera de la Foixarda, se había quedado pequeño y anticuado, además de tener problemas de estabilidad en las paredes y verse afectado por los nuevos accesos a las instalaciones olímpicas (unas escaleras mecánicas lo acabaron partiendo en dos).

Algarrobos y otras especies.

Algarrobos y otras especies.

Para el nuevo emplazamiento, el ayuntamiento escogió un terreno relativamente cercano que décadas atrás había sido un poblado chabolista y luego un vertedero de basuras. Las obras del JBB empezaron en 1991, según el diseño proyectado por los arquitectos Carles Ferrater y Josep Lluís Canosa, la arquitecta paisajista Bet Figueras, el biólogo Joan Pedrola y el horticultor Artur Bossy, y la inauguración fue en 1999. Pese a los años pasados desde entonces, el parque sigue inexplicablemente con dos ecorregiones -Chile y California- sin concluir.

Sortear los acusados desniveles fue un gran reto. Desde un punto de vista del diseño, el eje del JBB es un anfiteatro con estanque que está rodeado, remontando la montaña, por los diversos ambientes en que está estructurado el jardín, generalmente agrupados en parcelas (las llaman fitoepisodios) con una sorprendente forma triangular o incluso pentagonal (no cuadrada o rectangular). Los caminos están hechos de hormigón, pero en absoluto resultan agresivos. Todo es muy armonioso.

Pinos y palmeras son habituales en el parque.

Pinos y palmeras son habituales en el parque.

VALOR BOTÁNICO

La región mediterránea en sentido amplio, desde Lisboa hasta Oriente Próximo, así como buena parte de California, la provincia sudafricana de El Cabo, Chile central y el sur y el sureste de Australia, comparten un mismo clima caracterizado grosso modo por los inviernos suaves y los veranos calurosos y habitualmente secos, casi áridos. El JBB ofrece una pequeña muestra de la rica flora que medra en cada uno de estos ecosistemas y que representa en su conjunto el 20% de la biodiversidad mundial. Al tratarse de especies 'mediterráneas', se encuentran como en su casa.

El parque es una herramienta didáctica excelente porque permite observar cómo cada una de las regiones mediterráneas ha desarrollado su propia flora, pero las especies se han adaptado al clima de forma similar. Por ejemplo, muchos árboles y arbustos del chaparral californiano o del matorral chileno también tienen hojas duras y pequeñas, a veces espinosas, para evitar la pérdida de humedad. Como sucede con nuestras encinas.

Las zonas están señalizadas durante el recorrido.

Las zonas están señalizadas durante el recorrido.

Además, el JBB conserva algunos árboles singulares que ya estaban presentes en la zona antes de que se planificara el parque, herencia de los poblados chabolistas de los años 50 y 60. Destacan ante todo tres grandes pinos piñoneros visibles desde lejos, como hitos para facilitar la orientación, cuyos troncos rondan los dos metros y medio de perímetro. Hay también dos veteranos y gruesos almendros que siguen floreciendo con vivacidad y algún algarrobo.

El recorrido completo del JBB se inicia por Australia, con una excelente representación de eucaliptos y acacias de floraciones tempranas. El propio parque cita entre sus recomendaciones la Xanthorrhoea glauca, una hierba arborescente de crecimiento muy lento, y un enorme Ficus rubiginosa con sus raíces aéreas cayendo hacia el suelo. Justo al lado crece una banksia sudafricana de hermosa floración primaveral.

El jardín incluye cartelería informativa en muchos rincones.

El jardín incluye cartelería informativa en muchos rincones.

La visita prosigue luego por Chile y sus árboles esclerófilos, desde el algarrobo ('Prosopis chilensis') y el falso pimentero ('Schinus molle') hasta el quillay ('Quillaja saponaria'), pasando por la hermosa palmera 'Jubaea chilensis'. A continuación, aún pendiente de acabarse, está California, rodeando al anfiteatro o plaza polivalente, con sus grandes pinos de Monterrey (no en excelente estado), sus cipreses y hasta dos secuoyas todavía jóvenes.

En la zona más elevada del parque se ubican dos ecosistemas mediterráneos (occidental y oriental) con flores, arbustos y árboles que resultarán cercanos, como las jaras, los brezos, los serbales, los enebros, los pinos carrascos y las encinas. Las estrellas en esta zona son sin duda dos grandes olivos procedentes de una donación desde Alicante -trasplantados en 1994- a los que se les atribuye una edad de más de 300 años y son posiblemente los árboles más viejos de Barcelona. Asimismo, en la flora del norte de África, vale la pena detenerse ante un gran araar o sabina de Cartagena, un argán y un bosquete de cedros del Atlas.

Finalmente, el recorrido concluye con la flora canaria, dominada por un bosque -no es una exageración pese a su juventud- de pinos canarios, unas recias palmeras supervivientes al picudo y unos enormes barbusanos.

LAS PRINCIPALES JOYAS DEL PARQUE

1. Araucaria columnaris. Procedente de Nueva Caledonia, en Oceanía, pero habitual como árbol ornamental. La especie puede alcanzar hasta 60 m. de altura.

2. Zona de eucaliptos. Extenso género de árboles originario de Oceanía, especialmente de Australia. En el JBB hay una rica colección: 15 especies diferentes.

3. Higuera herrumbrosa. Gran ficus originario de Queensland (Australia) y conocido también como higuera de Puerto Jackson. Forma unas vistosas raíces aéreas.

4. Washingtonia de California. Palmera característica de zonas subáridas de California y norte de México. Muy habitual en jardinería.

5. Chañar. Árbol originario del norte de Argentina y Chile y de otras área de América del sur subtropical. Con sus frutos se elabora un jarabe dulce.

6. Almendros. Los dos ejemplares son herencia de los poblados chabolistas anteriores a la creación del actual Jardín Botánico. Tienen al menos 70 años.

7. Pino piñonero. Árbol existente antes de la construcción del parque que se conservó por su belleza. Se encuentra en uno de los mejores miradores del recinto.

8. Olivos. Ejemplares hermanos procedentes de una donación desde Alicante. Tienen al menos 300 años y son, por tanto, dos de los árboles más viejos de Barcelona.

9. Araar y argán. Dos especies características de la flora del norte de África. Del argán se extrae un aceite muy apreciado en gastronomía y cosmética.

10. Bosquete de pino canario. 'Pinus canariensis' es un endemismo de las islas. Sus resinas contribuyen a protegerlo de insectos e incendios.

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Araucaria.

Araucaria.

Eucaliptos en la zona de Australia.

Eucaliptos en la zona de Australia.

Una higuera herrumbrosa o ficus rubiginosa.

Una higuera herrumbrosa o ficus rubiginosa.

La zona dedicada a California del Jardí Botànic de Barcelona.

La zona dedicada a California del Jardí Botànic de Barcelona.

Chañar.

Chañar.

Almendro.

Almendro.

Pino piñonero.

Pino piñonero.

Olivo.

Olivo.

Araar.

Araar.

Bosque de pinos canarios.

Bosque de pinos canarios.

Flor de banksia integriflora.

Flor de banksia integriflora.

Jardines de Pedralbes

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN Y CÓMO LLEGAR

Entrada gratuita

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

La historia del Palacio Real de Pedralbes y sus espléndidos jardines empieza con un incendio. En 1875, las llamas destruyeron un edificio señorial del siglo XVIII situado en el llamado Pla de Palau, en la zona marítima de Barcelona, que era la tradicional residencia de los reyes de España en sus visitas a la ciudad, y hubo que pensar en un lugar alternativo.

La búsqueda se demoró más de lo esperado, pero finalmente se hizo realidad en 1918, cuando el empresario y político Joan Antoni Güell cedió para tal propósito un finca familiar situada en el barrio donde actualmente se ubican los campus universitarios de la Diagonal.

Una de las zonas del parque donde predomina el césped.

Una de las zonas del parque donde predomina el césped.

La casa existente originariamente en la finca, una masía del siglo XVII que Eusebi Güell, padre de Joan Antoni, había adquirido en 1862, ya había sufrido dos grandes reformas a finales del siglo XIX, una de las cuales realizada por el propio Gaudí, que la convirtió en un edificio de aire mudéjar. Sin embargo, para acondicionarla y convertirla en palacio real se hizo una nueva y gran reforma y fue dotada de unos hermosos jardines diseñados por el paisajista Nicolau Rubió i Tudurí, artífice de la gran revolución de lo que ahora se llamaría el 'verde urbano' de Barcelona. Las flores sustituyeron a las antiguas tierras agrícolas.

Gran parte del recinto se recorre por caminos de tierra.

Gran parte del recinto se recorre por caminos de tierra.

En 1926, el alcalde de Barcelona hizo entrega de la nueva residencia a Alfonso XIII, pero fue una propiedad fugaz porque en 1931, con la proclamación de la República, el palacio y los jardines acabaron como propiedad del ayuntamiento, que los acabó reconvirtiendo en Museo de Artes Decorativas. Luego también fueron residencia de Francisco Franco en sus visitas a la ciudad. Actualmente, tras pasar en 2004 a manos de la Generalitat de Catalunya, es un recinto donde ocasionalmente se celebran recepciones oficiales y festivales de música. También es la sede de la Unión Europea para el Mediterráneo.

VALORES BOTÁNICOS

Observando la entrada principal por la avenida de la Diagonal, donde destaca un portalón de hierro forjado junto a un gran muro por el que trepan las buganvillas, ya es fácil deducir que nos encontramos ante uno de los parques más señoriales de Barcelona. Los jardines tienen en su zona central un diseño afrancesado, con setos en alineación, estatuas y varios estanques, mientras que los laterales son más zonas más boscosas dominadas especialmente por pinos y cedros (y más raramente por cipreses). Todo está tapizado por las omnipresentes yedras.

Los tilos ocupan el paseo central del jardín.

Los tilos ocupan el paseo central del jardín.

Antes de iniciar el recorrido, en la plazuela de sablón que saluda al visitante, vale la pena detenerse ante dos elementos botánicos singulares: a la izquierda, dos ejemplares solitarios de cedro japonés o criptomeria, una especie sumamente rara en Barcelona; a la derecha, junto a los primeros parterres, el mayor representante en la ciudad de araar o ciprés de Cartagena, un árbol poco conocido cuyas mayores extensiones se encuentran en el Atlas marroquí y argelino.

Los jardines del palacio son muy variados desde un punto de vista botánico, pero destacan ante todo por su colección de coníferas, muchas de los cuales son anteriores al planeamiento de Rubió i Tudurí y tienen por tanto más de un siglo. Los árboles han crecido muy juntos en busca de la luz, lo que ha generado un bosque con sombra en cuyo subsuelo apenas sobreviven bojes, boneteros, aligustres, fotinias o laureles. La mayoría de los grandes árboles han sido colonizados por las cotorras en una densidad de nidos elevadísima.

Cedros, pinos y demás árboles de altura conviven con vegetación baja.

Cedros, pinos y demás árboles de altura conviven con vegetación baja.

El conjunto más sugerente de coníferas, formado por cedros del Atlas plateados (variante glauca), se encuentra también junto a la entrada, a mano izquierda, pero en general las hay por todo el jardín, muy a menudo superando los 20 metros de altura. Destaca, por ejemplo, un grueso pino piñonero situado junto a una puerta secundaria en la calle de John M. Keynes, un muy cercano grupo de pinos carrascos esbeltísimos y, al lado del palacio, unos elevadísimos cedros del Himalaya, un ejemplar de los cuales está incluido en el catálogo municipal de árboles de interés local.

El paseo principal que lleva a la residencia está jalonado por dos hileras de grandes tilos, con el suelo cubierto por la yedra, y a ambos lados zonas de césped, setos recortados de boneteros y naranjos amargos. El camino se hace luego más denso y pasa juntos a dos pequeños estanques y bosquetes de bambúes. Finalmente, ya junto al palacio, emerge un enorme y fotogénico ciprés común que aún no ha dejado de crecer.

LAS PRINCIPALES JOYAS DEL PARQUE

1. Criptomeria. Dos ejemplares. Conífera muy escasa en Barcelona. Es originaria de Japón, donde se la conoce como 'sugi' y se planta alrededor de los templos.

2. Bosquete de cedros del Atlas de la variedad 'glauca'. Frecuente en jardinería. Especie endémica de zonas montañosas de Marruecos y Argelia.

3. Araar. También llamado ciprés de Cartagena. Endemismo mediterráneo muy escaso. Es el árbol nacional de Malta. Ejemplar catalogado por el Ayuntamiento de Barcelona.

4. Tilos. Paseo formado por tilos de la especie Tilia tomentosa (tilo plateado), endémica de los Balcanes, y algunos ejemplares del híbrido Tilia x europaea (tilo común).

5. Bambú. Pequeña formación que rodea la fuente de Hércules, de Gaudí. El bosquete tapó durante décadas la fuente e hizo que cayera en el olvido.

6. Pinos carrascos. Una de las formaciones más esbeltas de todo el parque. Los árboles han sido colonizados colonizados por numerosos nidos de cotorra.

7. Pino piñonero. Junto a la puerta de acceso de la calle de John Maynard Keynes. Uno de los ejemplares más gruesos de Barcelona.

8. Ciprés común. Ejemplar de bella silueta y grandes dimensiones pese a ser bastante joven. La especie es originaria del Mediterráneo oriental.

9. Cedros del Himalaya. Concentración de coníferas centenarias. Catalogados como árboles de interés local.

10. Fotinias. Árbol o gran arbusto de vistosas flores en primavera. Originario de China y muy habitual en jardinería. En el parque hay varios ejemplares más.

Item 1 of 10

Criptomeria.

Criptomeria.

Cedros del Atlas.

Cedros del Atlas.

Jardín con un Araar (centro).

Jardín con un Araar (centro).

Paseo central presidido por los tilos.

Paseo central presidido por los tilos.

Un pequeño estanque artificial.

Un pequeño estanque artificial.

Pinos carrascos.

Pinos carrascos.

Pino piñonero

Pino piñonero

Ciprés común.

Ciprés común.

Fotinia.

Fotinia.

Clivias.

Clivias.

Parque del Laberint d'Horta

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

Entrada general: 2,23 euros

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

El parque del Laberint es el jardín más antiguo que se conserva en la ciudad de Barcelona y sin duda uno de los más populares debido al ajardinamiento con setos de ciprés que le da nombre y también a la tranquilidad que se puede encontrar paseando por él. Joan Antoni Desvalls, marqués de Llupià y de Alfarràs, miembro de una destacada estirpe de militares y cortesanos, compró la finca a finales del siglo XVIII para levantar en ella una lujosa residencia de estilo neoclásico con el amor como eje. En sus orígenes pertenecía al municipio de Horta, que no fue anexionado por el de Barcelona hasta 1904.

El palacete, en su estado de mala conservación.

El palacete, en su estado de mala conservación.

Al margen del famoso laberinto, el parque actual cuenta también con varios edificios de valor arquitectónico e histórico -aunque hoy el palacete de entrada se encuentra en estado casi ruinoso, como denuncian los vecinos-, estanques adornados con esculturas de inspiración clásica, bellos senderos a los que no suelen llegar los turistas y un destacado interés botánico e incluso faunístico, con multitud de pequeñas aves, ardillas y hasta jabalís. En 2014, el ayuntamiento lo incluyó en la red de refugios urbanos que impulsa la fundación World Nature.

Joan Antoni Desvalls, prohombre ilustrado, muy interesado por las artes y las ciencias, contrató al ingeniero italiano Domenico Bagutti para que se encargara del diseño del primer ajardinamiento, cuyas obras se iniciaron en 1791 y que incluían ya el laberinto neoclásico. No obstante, el aspecto actual es en buena medida una herencia de las ampliaciones acometidas por los herederos del fundador, fundamentalmente por su nieto Joaquim Desvalls​. Entre otros hitos destacados, a mediados del siglo XIX se creó el actual Jardín Romántico, la zona con más sombra, que incluye un canal de agua que se abastece de tres fuentes naturales situadas ladera arriba.​

Una de las zonas más sombreadas del parque.

Una de las zonas más sombreadas del parque.

El plan comarcal de 1953 declaró la finca como parque no urbanizable, lo que privaba a la familia Desvalls de darle otros aprovechamientos. Así que, años después, al no poder asumir los gastos de mantenimiento, los herederos decidieron venderla al ayuntamiento. La finca pasó a ser propiedad municipal en 1969 y dos años después fue reabierta como parque público. La gran afluencia de público en los años posteriores a la inauguración de 1971 obligó a una nueva y gran reforma en 1994, a la que siguieron varias posteriores de menor calado. Sin embargo, el hermoso Laberint nunca ha podido desprenderse de la imagen de parque en decadencia que necesita una inyección de dinero.

VALORES BOTÁNICOS

Desvalls siempre quiso que su residencia estuviera rodeada de naturaleza, por lo que solo 9 de las 55 hectáreas de la finca corresponden a la zona urbanizada. El resto, el terreno con mayor pendiente, es una continuación poco alterada de la vegetación de Collserola, es decir, bosque mediterráneo dominado por encinas, pinos carrascos, lentiscos y madroños.

Paseantes y jabalís coinciden en el parque.

Paseantes y jabalís coinciden en el parque.

La zona visitable ofrece varias posibilidades de recorrido. Por ejemplo, nada más atravesar la puerta de entrada, junto al antiguo palacete de la familia Desvalls, se puede observar a mano izquierda una gran glicinia ('Wisteria sinensis'), una planta trepadora de origen asiático. La floración de color azulado y levemente perfumada es un espectáculo en primavera.

Pocos metros más adelante se encuentran los tilos de mayor envergadura del parque. Son concretamente tilos plateados ('Tilia tomentosa'). Si se visitan en floración -a finales de la primavera y principios del verano- desprenden una fragancia que no pasa inadvertida.

El recinto está repleto de recovecos por los que perderse paseando.

El recinto está repleto de recovecos por los que perderse paseando.

Siguiendo el recorrido, junto a la llamada Puerta China, vestigio de un viejo jardín oriental ya desaparecido, crece uno de los mayores tejos del parque, mientras que en el Jardín Doméstico, desgraciadamente cerrado al público, hay un cedro del Himalaya incluido en el catálogo de árboles de interés local de Barcelona. Se cree que fue plantado hacia 1910. Se puede ver desde las vallas que impiden la entrada.

Retornando al camino principal, se observa a la derecha otro de los árboles incluidos en el catálogo municipal: se trata de una secuoya roja, especie originaria de California, que fue plantada hacia 1923 y que ha sobrevivido aceptablemente a los cálidos y secos veranos de Barcelona (mide 260 metros de altura). A su derecha hay dos eucaliptos ('Eucalyptus globulus') que son posiblemente los árboles más gruesos de todo el jardín y que es imposible no ver porque su altura es similar a la de la secuoya.

La salida del emblemático laberinto, que da al palacete.

La salida del emblemático laberinto, que da al palacete.

El laberinto vegetal que da nombre al parque ocupa una superficie de 45 x 50 metros e incluye 750 metros lineales de setos de ciprés.​ Tiene forma trapezoidal, no cuadrada, y se basa en el mito griego del laberinto cretense donde estaba encerrado el Minotauro. Una placa en la entrada explica el reto: «Entra, saldrás sin rodeo, / el laberinto es sencillo, / no es menester el ovillo / que dio Ariadna a Teseo». Y luego, en su interior, hay una estatua de Eros.

La sombra y la humedad del Jardín Romántico, a la izquierda del parque, favorecen la existencia de plantas acuáticas, hiedras que lo tapizan todo y muy particularmente una gran extensión de agapantos o lirios africanos ('Agapanthus africanus'), con una vistosa floración azul en verano. Le acompañan evónimos, durillos, laureles y pitósporos. En este tramo, buscando la luz, se alzan los árboles más esbeltos del Laberint, entre ellos varios plátanos, tilos (Tilia x europaea) y castaños de Indias, así como pinos canarios y una robinia.

LAS PRINCIPALES JOYAS DEL PARQUE

1. Glicinia. Planta trepadora de origen asiático. La floración de color azulado y levemente perfumada es un espectáculo en primavera.

2. Tilos. De los muchos ejemplares que acoge el parque, estos son posiblemente los de mayor tamaño. Son concretamente tilos plateados ('Tilia tomentosa').

3. Tejo. Uno de los mayores tejos del Laberint se puede observar junto a la llamada Puerta China, vestigio de un viejo jardín oriental ya desaparecido.

4. Lentisco y cóculo. Dos ejemplares reseñables si se tiene en cuenta que se trata de especies generalmente de porte arbustivo.

5. Cedro. Ejemplar de 'Cedrus deodara' plantado hacia 1910 e incluido en el catálogo de árboles de interés local de Barcelona. No se puede acceder hasta él.

6. Secuoya roja. Conífera californiana que puede llegar a superar los 100 metros de altura. Esta, la mayor de Barcelona, data de 1923 y mide unos 28 metros.

7. Eucaliptos. Dos de los árboles más gruesos del jardín del Laberinto, con un perímetro de tronco de 4,18 y 3,78 metros. Son de la especie 'Eucalyptus globulus'.

8. Laberinto de cipreses. El laberinto vegetal que da nombre al parque ocupa una superficie de 45 x 50 m y está formado por más de 400 metros de setos de ciprés común.

9. Bosque mediterráneo. Conjunto de encinas, robles pubescentes y pinos carrascos, representantes de la vegetación potencial de la zona.

10. Agapantos. Gran extensión de agapantos o lirios africanos (Agapanthus africanus), con una vistosa floración azul en verano.

11. Plátano y tilos. En el llamado Jardín Romántico, presidido por un canal con agua, se alzan los árboles más esbeltos del Laberint d'Horta.

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Glicinina.

Glicinina.

Flores de tilo.

Flores de tilo.

Ramas de tejo.

Ramas de tejo.

Lentisco.

Lentisco.

Cóculo.

Cóculo.

Piñas de cedro.

Piñas de cedro.

Hojas de secuoya roja.

Hojas de secuoya roja.

Eucalipto.

Eucalipto.

El laberinto de cipreses.

El laberinto de cipreses.

Zona de encinas.

Zona de encinas.

Agapantos.

Agapantos.

Troncos de plátanos.

Troncos de plátanos.

Uno de los jardines cercanos a las escalinatas.

Uno de los jardines cercanos a las escalinatas.

El jardín incluye zonas de frondosa vegetación.

El jardín incluye zonas de frondosa vegetación.

Descárgate aquí los PDF de cada mapa:

Textos: Antonio Madridejos
Vídeos: Jordi Otix y Manu Mitru
Fotos: Manu Mitru, Jordi Òtix, Antonio Madridejos, Maria d'Oultremont
Gráficos: Marina Cortés
Coordinación: Rafa Julve

Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO el 8 de abril de 2021. Actualizado el 7 de abril de 2022