Los 5 mejores parques alrededor de Barcelona

La presión urbanística derivada del gran crecimiento demográfico de los años 60 y 70 aniquiló buena parte de las zonas agrarias y boscosas que dominaban los municipios de los alrededores de Barcelona. Había hambre de terreno. Donde moraban los encinares y los robles o florecían las viñas y los cultivos de huerta, por ejemplo, se alzaron edificios, carreteras y polígonos industriales.

Sin embargo, la fuerza de los vecinos y los nuevos ayuntamientos democráticos lograron preservar al menos un puñado de hectáreas urbanas, la mayoría procedentes de antiguas fincas nobles con vegetación singular, en algunos casos con árboles centenarios, para convertirlas en parques abiertos a todos los públicos.

Cinco de los mejores ejemplos de estos modernos pulmones verdes los presentamos a continuación:

[La explicación de cada parque incluye un mapa con una pequeña ruta con algunas especies emblemáticas. Al final del reportaje te puedes descargar los PDF de los mapas]

Parque de Can Mercader

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

El parque de Can Mercader, el último vestigio del pasado agrícola de Cornellà, cuenta con un indudable atractivo botánico y algunos elementos históricos y sociales que vale la pena conocer, entre ellos el Museu de les Matemàtiques (Palau de Can Mercader) y un trenecito que hace las delicias de los más pequeños. Sin embargo, Can Mercader es ante todo un lugar acogedor en el que pasar unas horas al aire libre, como confirman las multitudes que lo utilizan como circuito para correr, las familias con niños que llenan el área infantil o los jóvenes que se tumban en sus zonas con césped en cuanto el invierno se retira.

Encajonado entre la vía del ferrocarril, la Ronda de Dalt y el soterrado Canal de la Infanta Isabel, una acequia de 18 kilómetros construida hacia 1820, el parque se inauguró en 1989 después de una lucha vecinal muy activa que logró la cesión del terreno al ayuntamiento.

Aunque la historia del parque se remonta a una masia medieval, el Mas Oriol de l’Empedrat, la estructura actual es el resultado del ajardinamiento integral acometido durante el siglo XIX por sus entonces propietarios, primero los Sadurní y luego los Mercader.

Los cambios fundamentales en el parque acontecieron a partir de 1814, cuando Josep Ignasi de Mercader, hijo de una familia burguesa de Barcelona, se trasladó a vivir a la antigua masía buscando un mejor aire para su debilitada salud e inició la transformación de los viejos campos de cultivo. Su hijo Ramon y especialmente su nieto Joaquim, heredero por matrimonio del linaje de los condes de Belloch, continuaron los trabajos. En tiempos de Joaquim también se edificó el Palau Mercader, situado en el centro del parque, mientras que el otro elemento arquitectónico más destacado, la torre de la Miranda, fue levantada en el año 1900 como observatorio de aves. Ya en el siglo XX, y después de diversos avatares, la finca Can Mercader pasó a formar parte de la fundación Belloch-Pozzali, adscrita en 1961 al obispado de Barcelona, y finalmente fue cedida al ayuntamiento en 1974.

INTERÉS BOTÁNICO

Can Mercader conserva algunos elementos de las reformas acometidas hace más de un siglo, pero su elevada diversidad obedece en gran medida a plantaciones relativamente recientes. El jardín es totalmente llano en su zona sur, pero accidentado y en cuesta en las proximidades del antiguo canal de la Infanta, donde además se sitúan el lago y dos estanques.

La especie mejor representada en Can Mercader es el plátano de sombra, con un centenar de pies, muchos de ellos centenarios, repartidos en dos zonas: un paseo señorial en la entrada principal por el sur y un conjunto de cuatro ejemplares monumentales detrás del Palau Mercader. El mayor tiene un tronco con un perímetro de 4,20 metros.

El elemento más singular del parque es, no obstante, una gleditsia o acacia de tres espinas situada muy cerca de los plátanos monumentales que fue plantada en 1865 y que es posiblemente el espécimen más viejo del parque. Por desgracia, la acacia hace tiempo que está en declive y, aunque siguen brotando flores en primavera, su muerte definitiva está cercana. Para cuando eso suceda, en las cercanías hay otros dos grandes ejemplares de la misma especie que ocuparán su lugar honrosamente.

Destacan también las palmáceas, herencia de cuando la finca acogía una residencia señorial. Hay unas hermosas palmeras canarias en la zona de entrada, por el sur, aunque sin duda el conjunto más espectacular se encuentra en el otro extremo, junto a la piscina municipal. Se trata de una veintena de washingtonias o palmeras de abanico, originarias del norte de México y California, que miden 25 metros de altura y son visibles desde lejos.

Asimismo, en el parque pueden observarse coníferas como cedros del Atlas y cedros del Himalaya, cipreses y pinos, con un ejemplar muy destacado de pino piñonero en la parte alta. Hay asimismo un grueso falso pimentero, un sauce llorón, un bosquete de tipuanas, álamos, naranjos, encinas, olmos siberianos, tilos plateados, jacarandas, moreras, higueras y algunas rarezas como son un roble albar y un serbal. Los árboles más destacados cuentan con una etiqueta identificativa.

1. Palmeras canarias: De los diversos ejemplares de Can Mercader, los más hermosos se encuentran en su zona suroeste, junto a la carretera de L'Hospitalet.

2. Sauce llorón: Árbol ornamental originario de China, muy habitual junto a piscinas y otras zonas con agua. Hay muchas variedades de jardinería. Florece de abril a mayo.

3. Falso pimentero: Especie ('Schinus molle') de origen sudamericano muy empleada como ornamental y cuyo nombre común obedece a la similitud de sus frutos con los de la pimienta, aunque no tienen ninguna relación.

4. Roble albar: Especie de roble ('Quercus petraea') propia de clima bastantes más fríos y lluviosos que Cornellà cuya madera es muy apreciada para la fabricación de barricas de vino. En regresión en todo su ámbito natural.

5. Bosquete de tipuanas: Ejemplares jóvenes que crecen muy juntos formando prácticamente un bosque. Hermosa y tardía floración (meses de junio y julio). Las omnipresentes tipuanas proceden de América del Sur.

6. Washingtonias mexicanas: Grupo de 30 palmeras de abanico situadas junto a la piscina, en la zona norte, con una altura de unos 25 metros. Datan aproximadamente de 1915.

7. Arce negundo: Especie de arce norteamericano que antaño fue muy común como ornamental pero que ha caído un poco en el olvido debido, entre otros motivos, a la fragilidad de su madera.

8. Gleditsia o acacia de tres espinas: Ejemplar majestuoso que se halla en plena decadencia, seco en gran parte de la copa. Conocido como la Acacia de Can Mercader. Hay varios árboles cercanos de la misma especie.

9. Palmito: De los diversos palmitos de Can Mercader, el más vistoso se encuentra detrás del edificio principal, junto a un estanque. Tiene más de un siglo de vida.

10. Plátanos: El paseo principal jalonado por plátanos es uno de los símbolos del parque, pero los mayores se encuentran un poco escondidos en la parte trasera de los edificios. Fueron plantados en 1866.

11. Tilo plateado: Joven pero ya hermoso ejemplar. La especie es originaria de los Balcanes y el suroeste de Rusia. Como todos los tilos, con sus flores se elaboran infusiones sedantes.

12. Pino piñonero: Con una edad estimada de 108 años (2021), es la conífera más vieja y de mayor porte de todo el parque.

13. Casuarinas: Ejemplares un tanto apartados, muy discretos, pero que han alcanzado un notable desarrollo. Aunque sus hojas parecen aciculares, como las de los pinos, no son coníferas.

14. Cedro del Atlas: Entre el lago y la avenida de Can Mercader hay una singular formación de cedros, un árbol mítico en algunas culturas. También se observan cedros del Himalaya.

Palmeras canarias

Palmeras canarias

Sauce llorón

Sauce llorón

Falso pimentero

Falso pimentero

Roble albar

Roble albar

Bosquete de tipuanas

Bosquete de tipuanas

Washingtonias

Washingtonias

Arce negundo

Arce negundo

Sófora (tronco)

Sófora (tronco)

Palmito

Palmito

Platanos

Platanos

Tilo plateado

Tilo plateado

Pino piñonero

Pino piñonero

Casuarina

Casuarina

Cedro del Atlas

Cedro del Atlas

Item 1 of 15

Palmeras canarias

Palmeras canarias

Sauce llorón

Sauce llorón

Falso pimentero

Falso pimentero

Roble albar

Roble albar

Bosquete de tipuanas

Bosquete de tipuanas

Washingtonias

Washingtonias

Arce negundo

Arce negundo

Sófora (tronco)

Sófora (tronco)

Palmito

Palmito

Platanos

Platanos

Tilo plateado

Tilo plateado

Pino piñonero

Pino piñonero

Casuarina

Casuarina

Cedro del Atlas

Cedro del Atlas

Parque de Torreblanca

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

Como otros grandes espacios verdes del área metropolitana de Barcelona, el terreno que  que actualmente ocupa el parque de Torreblanca ha sufrido en su historia reciente tres grandes transformaciones: en la Edad Media y en los siglos posteriores estuvo dedicado a la agricultura, en el XIX se transformó en una gran finca señorial y finalmente ha acabado siendo un jardín público indispensable en unos barrios que han sufrido una urbanización vertiginosa. Torreblanca es el mayor pulmón verde de Sant Just Desvern y Sant Joan Despí, municipios que se reparten sus 10 hectáreas, e incluso también del vecino Sant Feliu de Llobregat. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), gestora del parque, lo califica como "privilegiado lugar de encuentro de las tres localidades".

La primera mención de la finca como Torre Blanca data 1564 y obedece a la presencia de una torre de defensa que se encontraba donde ahora está el laberinto. Por aquel entonces el nombre se escribía en dos palabras. Poco más se sabe hasta el siglo XIX, cuando los propietarios, los marqueses de Monistrol d'Anoia, decidieron construir una residencia de veraneo, ya desaparecida, y unos grandes jardines que son el germen del parque actual.

A los marqueses les gustó tanto que pronto dejaron su palacio en el centro de Barcelona, en la calle de Regomir, y se trasladaron a vivir a Cornellà. También se inicia en aquella época la plantación de los rosales que, todavía hoy, tras un proyecto de recuperación, siguen siendo una de las señas de identidad del parque (hoy hay más de 600).

Siguiendo la moda romántica de finales del XIX, los jardines se planificaron con un lago como eje -parte de las rocas se trajeron de Montserrat- y con una vegetación exuberante y en parte exótica. Todo ello hacía del recinto un auténtico jardín botánico.

Durante la Guerra Civil, la finca quedó muy dañada, lo que provocó que el palacio fuera demolido en 1958. En 1982, finalmente, la finca pasó a ser de titularidad pública y al año siguiente se abrió como parque público. Hoy acoge la sede del Consejo Comarcal del Baix Llobregat.

INTERÉS BOTÁNICO

Fruto de su larga historia, y al margen de la zona de rosales, en el parque cabe distinguir dos áreas diferenciadas: el lago romántico y sus aledaños, donde crece la vegetación más antigua, con algunos ejemplares que datan del siglo XIX y principios del XX, y las zonas más modernas, fruto de los ajardinamientos previos a la apertura como parque público o realizados con posterioridad. En el primer caso priman los rincones con sombra debido a las grandes dimensiones de algunos árboles, que apenas dejan pasar la luz, y el denso estrato arbustivo con aladiernos y pitósporos; en el segundo dominan los espacios abiertos, con líneas geométricas formando paseos. En total, según explica un folleto informativo del Área Metropolitana de Barcelona, gestora del parque, en Torreblanca hay más de 1.200 árboles de 36 géneros diferentes.

Entre los elementos botánicos de mayor relieve destacan en primer lugar dos pinos canarios centenarios muy próximos entre sí que crecen junto al lago y que tienen una altura estimada de 22 metros, además de una densa colonia de cotorras. También junto al lago, pero en la zona de la cueva -en obras-, hay un gran tejo al que también se le calculan 70 de vida. Tanto los pinos como el tejo están catalogados como árboles de interés local.

En el segundo lugar de mayor interés es la zona conocida como el Bosquete y el Mirador del Laberinto. Allí, además de disfrutarse de unas buenas vistas, crecen separados por pocos metros un pino piñonero de grueso tronco y edad centenaria, una encina de unos 80 años, un esbelto pino carrasco y un palmito con gran vitalidad.

Finalmente, Torreblanca cuenta además, entre otras muchas especies, con un hermoso paseo de cipreses; un ficus herrumbroso, especie asiática muy poco frecuente en nuestros parques, y una nutrida y variada colección de palmeras. Las dos más famosas eran dos 'Phoenix canariensis' que se situaban en la zona norte, junto al laberinto, y eran conocidas como las Damas de la Torre, pero una murió recientemente.

1. Árboles del amor: Árbol originario del Mediterráneo oriental muy apreciado como ornamental debido a sus bellas flores de color rosáceo. La floración es en abril.

2. Rosaleda:  La Asociación Amigos de las Rosas de Sant Feliu gestiona diferentes parterres del antiguo cultivo de rosas de Torreblanca. Actualmente hay cerca de 600 rosales.

3. Almendro: Hay diversos especímenes de bella silueta rodeando los campos de rosas. La floración es muy temprana, generalmente en febrero o marzo.

4. Acacia azul: Árbol australiano que rara vez alcanza estas dimensiones. A diferencia de la tradicional mimosa blanca, también de floración amarilla, las hojas de esta especie son unos estrechos filodios lanceolados.

5. Pinos canarios: Dos ejemplares centenarios con sendos troncos de 2,20 m. y 1,90 m. de perímetro. Muestran buena salud aunque la copa es poco densa. Llenos de cotorras.

6. Tejo: Un ejemplar simbólico para el parque, situado en medio del lago, aunque en la última visita (abril 2021) la zona se encontraba en obras.

7. Roble: Ejemplares jóvenes pero ya de tamaño destacable de la especie 'Quercus pubescens', roble representativo de la zonas costeras de Catalunya.

8. Pino carrasco: La especie, típica de las zonas costeras y de media montaña, está adaptada a suelos poco fértiles y a periodos de sequía. Este ejemplar de Torreblanca es centenario.

9. Palmito: La única palmácea (familia Arecaceae) autóctona del Mediterráneo. Goza de una segunda juventud como especie ornamental.

10. Higuera herrumbrosa:  Ejemplar todavía joven (40 años) de esta especie ficus que puede alcanzar los 30 metros de altura. Muy raro en el área de Barcelona.

11. Ciprés común: Joven árbol que ha alcanzado un gran porte pese a su juventud porque crece sin competencia en una zona muy soleada.

12. Palmera canaria:  Originariamente eran dos palmeras mellizas bastante robustas que formaban un hermoso dúo, pero uno de los ejemplares murió recientemente.

Rosaleda (invernal)

Rosaleda (invernal)

Árboles del amor

Árboles del amor

Almendro

Almendro

Acacia azul

Acacia azul

Pinos canarios

Pinos canarios

Tejo

Tejo

Roble pubescente

Roble pubescente

Pino piñonero

Pino piñonero

Palmito

Palmito

Higuera o ficus herrumbroso

Higuera o ficus herrumbroso

Ciprés común

Ciprés común

Palmeras canarias

Palmeras canarias

Item 1 of 13

Rosaleda (invernal)

Rosaleda (invernal)

Árboles del amor

Árboles del amor

Almendro

Almendro

Acacia azul

Acacia azul

Pinos canarios

Pinos canarios

Tejo

Tejo

Roble pubescente

Roble pubescente

Pino piñonero

Pino piñonero

Palmito

Palmito

Higuera o ficus herrumbroso

Higuera o ficus herrumbroso

Ciprés común

Ciprés común

Palmeras canarias

Palmeras canarias

Parque de Can Solei i Ca l'Arnús

FICHA TÉCNICA

UBICACIÓN

INTRODUCCIÓN E HISTORIA

Los parques de Can Solei y de Ca l'Arnús, los jardines más importantes de Badalona por la diversidad de sus especies vegetales, además de contar con destacados valores artísticos e históricos, forman un único espacio verde desde el año 2007, cuando se adecuaron los caminos para transitar de uno al otro. Ahora el visitante no percibe la división, pero en las décadas anteriores habían constituido dos fincas de la misma propiedad pero con usos diferentes: Can Solei, situada al oeste, con unos jardines frondosos llenos de sombra, que abrieron como parque público en 1977, i Ca l'Arnús, al este, que aún conserva vestigios de su pasado agrícola, cuya inauguración fue 20 años después. Un sendero flanqueado por plátanos monumentales marca el límite entre ambas. 

El ajardinamiento de los parques se inicia en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el banquero y filántropo Evarist Arnús compra parte de Can Solei, una finca agrícola cuya existencia está documentada desde el siglo XVI, para construir en ella una casa de veraneo. El jardín principal, acorde con lo que se llevaba en aquella época, es de inspiración romántica, con senderos sinuosos, desniveles y hasta zonas con grutas y cascadas. Los árboles más antiguos de todo el parque, con una edad estimada de 130 años, se encuentran en esta zona.

Los Arnús tenían una vida social intensa, como recuerda la web de información municipal dedicada al parque. Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, por ejemplo, en su residencia se alojaron durante dos días la reina regente María Cristina y su hijo Alfonso XIII, todavía un bebé de dos años. Emili Arnús, hijo de Evarist, realizó con posterioridad una nueva reforma que incluyó, entre otros aspectos, la construcción del sorprendente castillo de aire 'kitsch' con lago y puente levadizo que se puede apreciar en la parte más alta del parque. 

Al margen del castillo y de dos construcciones singulares de valor histórico como son las torres del agua y del reloj, de aquellos tiempos de esplendor quedan en pie tres residencias, dos de ellas tapiadas y llenas de penosos grafitis. De hecho, el gran parque en su conjunto, que posiblemente sea el más biodiverso y hermoso de todos los jardines metropolitanos, con rincones inolvidables y senderos por los que caminar es un placer, presenta un estado decadente y necesita con urgencia un programa de restauración que frene su deterioro. 

INTERÉS BOTÁNICO

El parque de Can Solei i Ca l'Arnús cuenta con dos estructuras paisajísticas diferenciadas. Por una parte están los ambientes sombríos, como en las cercanías del castillo y en el jardín situado bajo las dos residencias, en los que la yedra es omnipresente y abundan también grandes arbustos como los pitósporos, los laureles y los aladiernos. Sin embargo, si alguna especie vale la pena destacar son los cóculos, una especie originaria de Asia oriental que tuvo gran éxito a principios del siglo XX como símbolo de exotismo en los jardines más señoriales. En Can Solei i Ca l'Arnús pueden observarse ejemplares con troncos muy gruesos, prácticamente arbóreos.

En el jardín romántico, donde la vegetación es muy densa, los árboles han crecido vigorosos buscando la luz. Es un placer sentarse en un banco y observar cómo el viento mueve las hojas. En esta zona destaca ante todo un cedro del Líbano, el mayor del área metropolitana, cuya copa se eleva hasta 26 metros de altura, así como un pino piñonero prácticamente igual de alto. Los dos cuentan con etiquetas identificativas. A su lado puede apreciarse una gran fotinia, con flores blancas que descuellan a mediados de la primavera, y un admirable tejo, una conífera amenazada en estado silvestre pero muy apreciada como planta ornamental.

La vegetación cambia en las zonas más abiertas o asfaltadas. Junto a las dos residencias conocidas como las "casas gemelas", por ejemplo, puede apreciarse una notable variedad de palmeras: además de una bella palmera canaria situada en la entrada por la calle de La Seu d'Urgell, en el atrio que separa ambas viviendas crecen una butia, una palmácea procedente de Sudamérica, así como dos centenarias datileras, aunque no están precisamente en su plenitud. Junto a la torre Arnús, además, hay dos livistonas, originarias de Japón y Taiwán.

Finalmente, el parque cuenta con dos atractivos que suelen pasar inadvertidos. En la zona más cercana al colegio Lola Anglada hay un campo con diversos frutales, una curiosidad para los urbanitas que no tienen la oportunidad de contemplarlos, y también dos espacios reservados para mariposas y otros insectos, rodeados de plantas aromáticas. Una delicia.

1. Nolina: Ejemplar singular por su tamaño y antigüedad, superior a los 100 años. Es endémica de zonas áridas del norte de México. Se encuentra fuera del parque, junto a su entrada por el norte. Es conocida como el Candelabro.

2. Palmera canaria: Situada entre las Casas Gemelas. Muy apreciada como especie ornamental, aunque en los últimos tiempos se ha visto muy afectada por la plaga del picudo rojo.

3. Palmera butia: Palmera ('Butia capitata') nativa de Brasil muy poco habitual en nuestros jardines. Mide unos 9 metros de altura y tiene 110 años. Hay otros ejemplares en el parque.

4. Palmera datilera: Aunque parecida a la palmera canaria, suele ser de tronco más fino y esbelto y de copa menos densa. Hay ejemplares en varios emplazamientos de Can Solei i Ca l'Arnús.

5. Tejo: Árbol de crecimiento lento y venerado por algunas culturas. Amenazado en el medio natural, es cultivado intensamente como ornamental, incluso para setos.

6. Cedro del Líbano: Ejemplar visible desde lejos debido a su gran altura, unos 26 m., sin parangón en el parque. Tiene una edad estimada de 110 años.

7. Fotinia: Justo al lado del cedro. Pese a tratarse generalmente de un arbusto, el ejemplar tiene un porte totalmente arbóreo. Flores blancas en abril.

8. Pino piñonero:  La vegetación en el Jardín Romántico es tan densa que el árbol puede pasar inadvertido. Sin embargo, su robusto tronco lo delata. Mide cerca de 20 metros de alto.

9. Paseo de plátanos: Imponente formación con una veintena de árboles de tronco recio (más de tres metros de perímetro). El mayor de todos, sin embargo, se encuentra justo antes de entrar en el parque, en la Riera de Canyadó.

10. Palmera livistona: También conocidas como palmeras de abanico chinas ('Livistona chinensis'), poco habituales en el área de Barcelona. Son dos ejemplares próximos situados junto a la Torre Arnús.

11. Zona de frutales:  Interesante zona agrícola donde se pueden apreciar diversas especies de frutales domésticos, como perales, membrilleros, higueras y caquis.

12. Jardín de mariposas:  Hermoso espacio de arbustos y pequeñas plantas aromáticas que ha sido acondicionado para servir de hogar a mariposas, abejas y otros insectos que contribuyen a la biodiversidad del parque.

13. Eucalipto: Junto al lago crece un gran ejemplar de la especie 'Eucalyptus globulus' cuya copa se pierde en la altura entre la densa vegetación. La especie es originaria del sureste de Australia y de Tasmania.

14. Almez:  Hermoso árbol con una gran copa y una altitud imponente -unos 20 metros- que se sale de la media de la especie. Catalogado como árbol de interés local de Badalona.