Reforma urbana

L'Hospitalet busca reducir las 1.000 viviendas del sector Can Rigalt al incluirlo en el plan urbanístico del Clínic

El alcalde David Quirós redibuja el desarrollo residencial ante el aterrizaje del hospital: "Necesitamos pisos, pero no tantos"

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Panorámica del sector Can Rigalt, en la intersección entre Barcelona, L'Hospitalet y Esplugues.

Panorámica del sector Can Rigalt, en la intersección entre Barcelona, L'Hospitalet y Esplugues. / Manu Mitru

Manuel Arenas
Àlex Rebollo
L'Hospitalet de Llobregat
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El norte de L'Hospitalet de Llobregat está abocado a la convulsión urbanística los próximos años. A la reforma integral de los barrios del Samontà, en la que ha puesto el foco el alcalde David Quirós (PSC), se suma la del sector Can Rigalt. Sobre él se cierne una metamorfosis en relación a lo proyectado hasta la fecha ante el aterrizaje del nuevo Hospital Clínic en los cercanos terrenos deportivos de la Universitat de Barcelona (UB). La singularidad de Can Rigalt redunda en que sus terrenos de 156.000 metros cuadrados son una golosina urbanística para promotoras y administraciones: son próximos a la Diagonal y se ubican en la intersección entre Barcelona y L'Hospitalet y Esplugues de Llobregat.

El vuelco urbanístico en Can Rigalt lo avanza a EL PERIÓDICO el alcalde Quirós después de que el sector se incluyera a finales de mayo en los Estatutos del nuevo consorcio que impulsará el campus del Clínic. "Este nuevo marco nos permite repensar el proyecto y valorar su impacto", explica Quirós, quien deja patente que L'Hospitalet no está por la labor de que se construyan en Can Rigalt las 1.080 viviendas proyectadas en él desde hace dos décadas.

Ante la inclusión del sector en la 'operación Clínic', "el plan anterior queda sin efecto y las viviendas serán menos de las mil previstas: necesitamos pisos, pero no tantos", enfatiza Quirós. Desde su llegada a la alcaldía hospitalense, el edil ha puesto en la agenda el lema 'menos urbanismo y más humanismo', con el que dibuja perfil propio y trata de desmarcarse de la gestión que le precede.

La reformulación de los planes locales en torno a Can Rigalt deberán lidiar con los propietarios del suelo, entre los que se halla el mismísimo Barça y desde principios de año la promotora inmobiliaria Metropolitan House, que a principios de año compró a Empresa y Sacresa terrenos por valor de 19 millones de euros. Sobre estos propietarios, Quirós asegura que "en ningún caso perderán sus derechos y nadie les expropiará". No obstante, el edil puntualiza que la segunda ciudad de Catalunya debe hacerse valer para, ya que su término municipal estará en juego con el Clínic, "no recibir un impacto negativo".

Con el rechazo de "ese impacto negativo" el alcalde de la segunda ciudad de Catalunya aplica un discurso similar al que usa con respecto a la Fira de Barcelona: L'Hospitalet no sólo puede asumir los costes de los grandes proyectos que aterrizan en la ciudad, defiende. Consecuentemente, el alcalde pretende que Can Rigalt acabe acogiendo servicios para los vecinos con un componente social, como por ejemplo vivienda protegida o realojos de los afectados. En este último caso, por los derribos puntuales vinculados a la regeneración del Samontà cuya necesidad ya ha asumido el Ayuntamiento de L'Hospitalet.

De la subestación eléctrica al Hospital General

El nuevo consorcio para el desarrollo del campus del Clínic deberá lidiar con dos escollos más vinculados al norte de L'Hospitalet: la reserva de suelo para un futuro Hospital General de la ciudad, que este diario ya avanzó que corre peligro, y una aparatosa subestación eléctrica propiedad de Endesa cuyo traslado está previsto antes del año 2027 en el actual Plan de Red Eléctrica aprobado por el Ministerio para la Transición Ecológica.

La aparatosa subestación eléctrica que obstruye la urbanización de Can Rigalt.

La aparatosa subestación eléctrica que obstruye la urbanización de Can Rigalt. / Manu Mitru

En cuanto a la reserva de suelo del Hospital General, fuentes municipales del consistorio hospitalense se limitan a considerar que "puede cambiar con la nueva ordenación". En hospital es una de las grandes reivindicaciones históricas de la ciudad, sobre todo de los vecinos de los barrios norte, que aún hoy se ven obligados a desplazarse al Hospital Moisès Broggi, en Sant Joan Despí, para recibir atención médica. El ayuntamiento y el Departament de Salut trabajan ahora en una región única de atención sanitaria para toda la ciudad que debe suponer que todos los vecinos sean atendidos en el propio municipio. Sin embargo, los detalles de este nuevo mapa sanitario no explicitarán hasta el próximo año, por lo que todavía no está claro qué papel jugarán los distintos centros disponibles y proyectados en L'Hospitalet.

Y la cosa se complica todavía más en relación a la infraestructura eléctrica: su desplazamiento cuesta la friolera de 60 millones de euros, que deberán sufragar los propietarios del suelo, entre ellos el propio Ayuntamiento, la promotora Metropolitan House y el propio Barça. Uno de los condicionantes de la operación pasará por estudiar cómo afecta el Clínic a la subestación. El consistorio hospitalense sopesa que la estructura pueda requerir que se duplique la capacidad ahora proyectada, con el objetivo de atender las exigentes necesidades del futuro campus hospitalario. "L'Hospitalet no puede asumir tanto la cesión de terrenos como el coste del traslado de la operación", concluye Quirós.

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