100 años de excursiones

‘Dijous al Foment!’ era casi una forma de vida. Eran tiempos en los que no había Whatsapp, ni móviles. Ni siquiera, en los primeros años, teléfono fijo; y la cita semanal en Foment era la única manera de estar al día, de formar parte del grupo. Alrededor de ‘los jueves en Foment’ giraba la vida social de sus socios, tal y como está recogido en los boletines que llevan publicando de forma prácticamente ininterrumpida desde 1922, año de fundación del Foment Excursionista de Barcelona (FEB), institución que está de aniversario. Un siglo subiendo montañas y vertebrando la vida comunitaria de sus socios.  

Pese a que eran los jueves por la tarde el momento en el que salían de allí con el lugar y la hora de encuentro para la próxima salida, Jaume Ferret, uno de los veteranos, recuerda que el punto y la hora de encuentro no solía variar demasiado: “‘A tres quarts de cinc a plaça Catalunya'”. Para coger el tren, claro. Subían por la tarde para hacer noche ya en la montaña y subir al día siguiente, bien temprano, pero no es lo que parece: dormían en pajares. Por cerca que fueran en aquel entonces, los trayectos se hacían tan largos que subir el día antes era la única manera de poder echar a andar el domingo a una hora razonable.

Carles Vallès, socio del FEB, participó en 1985 en el primer ascenso catalán al Everest

Durante los primeros años hubo mujeres que se hicieron pasar por hombres para poder participar de las excursiones

Ferret tiene recuerdos de Foment desde que era un crío. La hermana de su madre, su tía Dolors Giner Cortés, a quien todos conocían como Lola, se hizo socia “hace muchísimos años”. “Fue una de las primeras de la montaña en Foment. Ya en los años 50 había estado en los Picos de Europa”, explica con orgullo. Ferret se hizo socio a los 18 años, en 1965. “El excursionismo en aquella época era Barcelona y cercanías: el Montseny, Montserrat… No había coche y tirábamos de tren. Como mucho podíamos ir a La Molina, en invierno, pero eran cuatro horas de viaje”, prosigue. Unos viajes que recuerda bien, se pasaba tocando la armónica. “¡Nos montábamos unos conciertos!”, rememora.

Su primera excursión con el Foment, a los 18, fue al Montseny. Durmieron en una masía llamada Sant Andreu de la Castanya, muy cerca de Collformic. Hicieron la travesía Collformic, Matagalls, Santa Fe. “Subimos en tren hasta Balanyà y dormimos en un pajar lleno de ratones. Bueno, dormir, dormir… yo no pegué ojo con el ruido de los ratones al moverse entre la paja”, narra el deportista. Vestían jerseys de lana tejidos por sus madres y calzaban chirucas.

Dos carnets del club: uno de José Ramón Pérez y otro de Maria Rosa Albiach Lecina. La diferencia entre ambos es que en el segundo pone bien grande ‘biblioteca’. Era la manera de que las mujeres pudieran hacerse socias. Mujeres que subían a la montaña con falda, pero subían. “Las primeras, primeras se hacían pasar por hombres para poder subir”, señala Xavier Sànchez, actual presidente del FEB.

La escritora e historiadora local Júlia Costa ha elaborado para este centenario una completa cronología sobre la historia del FEB en la que se señalan fechas clave, como 1936. En agosto de dicho año un boletín de una sola hoja anunciaba la suspensión de las actividades por el estallido de la guerra, “hasta que la vida ciudadana vuelva a la normalidad”. Pero el parón no fue tan largo (o la guerra lo fue mucho más).

En octubre de 1936, según documenta Costa, se instalaron en el sótano de un socio, desde donde organizaron una función teatral para recaudar fondos para las víctimas de la guerra. Durante los tres años que duró la guerra los boletines del FEB continuaron publicándose y en ellos se informaba de las bajas en el frente de socios o familiares de socios de la entidad.

Entre los grandes hitos del club está la participación de Carles Vallès, socio del FEB, en el primer ascenso catalán al Everest, en 1985. Una década antes, en 1975, Ramon Bramona, socio del Foment, formó parte de la expedición al Saraghrar (7.340 metros).

"Subíamos a La Molina en tren, cuatro horas de viaje tocando la armónica", recuerda Jaume Ferret, socio desde 1965, a los 18 años

Y, mirando hacia el futuro, otra de las acciones del centenario será, en cuanto tengan todos los permisos -su trabajo ya está hecho-, la inauguración del primer sendero urbano sin salir de las fronteras de Barcelona.

Durante las últimas décadas el FEB ha estado muy arraigado al Poble Sec, así que, como no podía ser de otra manera, el sendero recorrerá su montaña, Montjuïc, pasando pasando por caminos ya existentes, pero menos conocidos que los habituales, y marcando la ruta con las marcas oficiales.

"Existen muchas rutas por nuestras montañas pero ninguna oficial sin salir del termino municipal de Barcelona. Nos hace mucha ilusión estrenarla para nuestro centenario", concluye el presidente de la entidad, orgulloso del pasado, pero con la mirada puesta en el futuro. Tienen claro que quieren celebrar los 200.

En el marco del centenario trabajan en la creación del primer sendero urbano que no sobrepase los límites de BCN