El 'DAFO' de Ernest Maragall

El análisis estrella del mundo de los negocios
disecciona las opciones de los alcaldables de BCN

EL PERIÓDICO disecciona las opciones electorales de los principales aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona los próximos cuatro años con una colección de análisis DAFO en formato multimedia. 'DAFO' son las siglas de "debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades", cuatro claves muy útiles para entender el presente y futuro de todo proyecto.

ERNEST MARAGALL

El candidato republicano afronta una complicada cuenta atrás electoral. La empezó como ganador de las últimas elecciones pero la campaña ha evolucionado a un empate tácito en el que le cuesta sobresalir. Su DAFO es especialmente interesante para evaluar sus posibilidades de remontada.

Maragall ha tenido un rumbo un tanto errático, que han minado su posición en los sondeos. Apenas reaccionó al 'efecto Trias' que claramente le roba voto independentista y en marzo tropezó con una desbandada de presuntos apoyos de intelectuales, que negaron apoyarle poco después de ser anunciados.

Los cuatro años de oposición "responsable" de ERC, aprobando a Ada Colau medidas clave y presupuestos, limitan presentarse ahora como rival. Su programa tiene coincidencias con el de 'comuns' y socialistas, que lo subrayan a menudo para menospreciarle y visualizarle como 'muleta' del bipartido.

A sus 80 años, con gran probabilidad Ernest Maragall afronta su último mandato en política y el último intento de hacerse con la alcaldía de BCN. Si no gobierna, podría retirarse como ha dicho que hará Xavier Trias si pierde. La sucesión del republicano es dudosa: su número 2, Elisenda Alamany, no ha sido ungida por ahora.

La irrupción del exalcalde como candidato hizo bajar a ERC en las encuestas: se volvió a demostrar que parte del electorado independentista es cautivo y oscila entre los dos partidos. Tal como Maragall absorbió parte del electorado de Junts hace 4 años en forma de voto útil, ahora podría suceder lo contrario si la polarización cristaliza.

Las apariencias importan mucho en campaña. El goteo de encuestas sobre un triple empate de Bcomú, PSC y Junts, con Maragall descolgado del liderazgo, suponen un importante riesgo de fuga de voto útil y de electorado que busca apostar siempre a caballo ganador.

Maragall ganó las elecciones municipales de 2019 pero no ha gobernado porque Manuel Valls propició una mayoría alternativa al investir a Ada Colau. El fantasma de este precedente plana sobre los rumores de un pacto sociovergente investido por el PP, lo que dejaría a ERC en fuera de juego otra vez.

Ernest Maragall sabe cómo funciona el Ayuntamiento de Barcelona y se conoce la ciudad al dedillo. Porque en parte es obra suya: además de ser la mano derecha de su hermano Pasqual cuando éste era alcalde, ha sido concejal 12 años y trabajó más de dos décadas de técnico, analista y gerente municipal.

La mejor baza de ERC ante la insatisfacción de los barceloneses es presumir precisamente de no haber gobernado la capital catalana desde los tiempos de la Segunda República. Aunque ERC formó parte de tripartitos con PSC e ICV, al no haber llevado el timón puede esquivar el desgaste.

Las caídas duelen pero escarmientan. Si ERC obtiene un buen resultado y/o una aritmética favorable, no dudará en empezar a negociar la misma noche electoral y con generosidad. Como hicieron Valls y el PSC hace 4 años. No caerá de nuevo en el error de esperar demasiado ni de pujar a la baja.

La ruptura de ERC y Junts en la Generalitat regala a Maragall la exclusiva de este apoyo versátil: 'consellers' y 'president' en los mítines, promesas de inversión, eco mediático, acceso a información... Músculo y escaparate.

Cuando se llega a la media parte de un partido perdiendo, se suele perder. Pero cuando se logra remontar in extremis, la épica convierte ese 'match' en histórico. Si Trias flaquea y Maragall se recupera rápido puede dar la campanada a lo grande con una victoria por la mínima.

El Procés independentista ya no marca el debate político en Catalunya ni moviliza tanto al electorado a favor y en contra. ERC lleva más tiempo que Junts y la CUP explorando la 'realpolitik' del Posprocés, una ventaja para acertar más con la agenda ciudadana y mediática actuales.

Un reportaje de
EL PERIÓDICO

Textos: Meritxell M. Pauné
Diseño: David Jiménez
Coordinación: Rafa Julve