Propuesta de Junts
El Eixample vota por unanimidad revisar de forma quirúrgica el plan de usos del distrito de 2023
Los siete mapas imprescindibles para entender el Plan de Usos del Eixample de 2023
Los supermercados 24 horas de Barcelona acumulan cerca de 3.000 infracciones en los dos últimos años

Un supermercado de Consell de Cent, el efecto secundario indeseado del plan de usos de 2023. / FERRAN NADEU

Por unanimidad, que no suele suceder, el pleno del distrito del Eixample aprobó una iniciativa del grupo municipal de Junts que invita al Ayuntamiento de Barcelona a “corregir" el plan de usos del distrito aprobado a finales del anterior mandato. El propósito, coincidieron los portavoces de cada grupo, no es enmendar de principio a fin aquel documento que puso condiciones a la apertura de según qué negocios, sobre todos en los recién estrenados ejes verdes de la ciudad, sino cerrar algunas inesperadas vías de agua que tenía aquel plan de usos, como la que permitió la proliferación de los llamado supermercados de 24 horas, que quedaron fuera del acuerdo.
El texto de Junts recibió el apoyo del PSC, ERC, Comuns y PP, y en las intervenciones hubo un notable consenso en reconocer que el plan de usos de 2023 ha sido a grandes rasgos un acierto. Incluso en el turno de palabras del público, un representante de las asociaciones de vecinos se sumó a ese aplauso. Lo aprobado, en cualquier caso, es solo una invitación a que se abra ese debate en el Ayuntamiento de Barcelona, una idea que el concejal del distrito, Jordi Valls, aunque aconsejó que se aborde sin un exceso de focos y con el propósito de que la modificación sea quirúrgica, es decir, que se taponen esas vías de agua, como la de los supermercados y la de los negocios que buscan grietas en la redacción del texto para dedicar una parte de su establecimiento a degustaciones alimentarias.
La negociación del plan de usos en 2023 fue un parto con fórceps. Se negoció literalmente calle a calle. Comuns, por ejemplo, pretendía que en Bruc, Bailèn y Roger de Llúria fueran tratadas igual que el eje verde de Girona para evitar el efecto mancha de aceite que, en otras partes del Eixample, como Aribau, ha terminado claramente por producirse.
El debate en el pleno sirvió para subrayar que el plan de usos de 2023 no ha tenido los catastróficos efectos que en su momento se anunciaron desde algunos sectores, que pronosticaron una decadencia comercial en picado de los ejes verdes. Más bien ha ocurrido lo contrario. Se llegó a sostener que el ayuntamiento se inmiscuía fuera de sus competencias en el libre mercado, pero los planes de usos, aunque sea con otro nombre, no son extraños en otras ciudades. En Londres, por ejemplo, los ‘fast food’ están vetados cerca de las escuelas, y en Amsterdam, un caso aún más singular, las autoridades tuvieron que cerrar la puerta a la apertura de más tiendas de quesos. En el pleno salió a colación la proliferación de negocios de manicura como un posible caso a restringir, pero conviene subrayar de nuevo que solo se trataba de una proposición de Junts para abordar más adelante la cuestión.
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